Una entrada al cine cuesta ocho euros. Si el filme requiere 3D, incluye un suplemento de un euro y el adicional correspondiente a las gafas. Si a eso se suman los seis euros que supone el combo de palomitas con bebida, hablamos de un total de 16 euros por ir al cine. Si aplicáramos esta media a una familia, digamos, de cuatro miembros, una tarde de sábado podría salir, por lo bajo, 64 euros.
Según un análisis reciente realizado por FACUA- Consumidores en acción, el IPC entre noviembre de 2004 y diciembre de 2011 fue de un 19,4% mientras el cine aumentó sus entradas un 36%, que pasaron de costar una media de 4,8 a 6,53 euros. El incremento sin embargo es anterior, según un estudio de Media Salles, entre 1990 y 2005 los precios del cine en España subieron un 84%.
El Gobierno plantea ahora una subida del IVA, un cambio impositivo, que grava los tickets con un 13%. Aun en el supuesto de que la industria asumiera la subida, las entradas habrían aumentado su precio un 3% más que el resto de los productos y servicios. Si no lo hacen, un español pagará en otoño un 50% más por ver una película que hace ocho años. De esta manera, el cine sería un 30% más caro que el resto de los productos.
Aun en el supuesto de que la industria asumiera la subida, las entradas habrían aumentado su precio un 3% más que el resto de los productos y servicios.
Desde 2004 hasta hoy, hay 40 millones de espectadores menos. Según los exhibidores, los precios también suben porque hay menos público. Sin embargo, lo que sí parece significativo no es sólo la subida de precio y la caída de público sino también la disminución de las proyecciones.
Según el Anuario de Estadísticas Culturales publicado por la SGAE, el número de largometrajes exhibidos en las salas españolas durante 2011 ha descendido ligeramente con respecto al año 2010 un 1,5%. El número de sesiones, siguiendo la tendencia anteriormente citada, se redujo pasando de 4.581.803 millones en 2010 a 4.518.778 en 2011 (un 1,4% menos).
Estas sesiones atrajeron a 98,2 millones de espectadores, lo que frente a los 101,1 millones de 2010 supone un descenso de 2,9 millones de espectadores en un año (pérdida del 2,8%). El total de espectadores se concentra principalmente en Madrid (20,9%), Cataluña (20,6%) y Andalucía (14,57%), sumando entre las tres comunidades más del 55% de la audiencia.