Dirigida por Emilio Ruiz Barrachina, Morente. El barbero de Picasso fue el último trabajo en vida de Enrique Morente, por lo que constituye un testimonio de enorme valor sobre la producción musical del cantaor flamenco, además de un legado musical y un registro de su pensamiento.
A lo largo de la película, el propio Enrique Morente habla sobre su vida, el flamenco, su familia y la genialidad de Pablo Picasso, además de la historia de amistad del pintor malagueño con el barbero de Morente, Eugenio Trías.
Todo esto cuenta Morente ante la cámara a la sazón de un paseo por las calles de Granada acompañado del director Emilio Ruiz Barrachina y sus hijos, Estrella, Soleá y José Enrique Morente, con quienes canta por primera y última vez en el incomparable marco de los baños árabes de Granada.
La película recoge varios conciertos, entre ellos el del Liceo de Barcelona que está considerado como uno de los mejores de su vida. También se incluye la última canción que el artista cantó en vida: el Ángel Caído de Antonio Vega, interpretada junto al pianista de jazz Federico Lechner. Testimonios de vida y musicales recogidos con la mejor calidad de imagen y sonido gracias a las siete cámaras de alta definición y el sonido en 63 pistas con que fue grabada la película.
"La película está dedicada fundamentalmente a la Amistad, un tema tan cubista como la obra del pintor malagueño", dijo su director, Barrachina.
Se entremezclan con los conciertos diversas conversaciones, improvisaciones y apuntes que, desgraciadamente, jamás volverán a repetirse y que salpican el largometraje de anécdotas vitales, de creatividad, de vida, de sorpresas, además del propio barrio de Morente donde, junto a sus vecinos, evoca el transcurso de su vida.
"La película está dedicada fundamentalmente a la Amistad, un tema tan cubista como la obra del pintor malagueño", confiesa su director, Emilio Ruiz Barrachina. Una estrecha amistad que une a Picasso con su barbero y una especial relación como la que establece Morente con Picasso.
"Intentar explicar este trabajo yo mismo seguro que es una tontería", contaba el propio Morente, "porque las sensaciones que reciba el espectador son las únicas válidas. De Picasso me llamó la atención sus sentido de la libertad, como no podía se de otra forma, ya que todas sus líneas estaban escritas con amor y gracejo, sentido que no había perdido de su condición de malagueño, recordando una y otra vez la luz, los sabores y olores de Málaga".
"El rodaje de este documental me dio la más que gratificante posibilidad de trabajar con alguien a quien admiro y a quien venía siguiendo desde hacía muchos años, lo que me llevó a plantearme este proyecto como algo más personal y propio", afirma su director, Emilio Ruiz Barrachina.
La conjunción de Morente y Picasso, en esa fusión visual y musical, han dado como resultado, según la crítica, una película fresca, repleta de fuerza y verdad, estética, colorista y resultados artísticos de gran trascendencia que, a partir del próximo 12 de septiembre, también podrán disfrutar muchos más espectadores desde las salas de cine francesas.