Las emblemáticas salas de cine de los centros de las ciudades están en peligro de extinción y las películas españolas estrenadas en ellas tampoco corren mejor suerte, ya que el año pasado el cine nacional recaudó un 11,6% menos que en 2015, pasando de 110 a 98 millones de euros. Son solo dos de los síntomas de la enfermedad que padece la industria y que recoge el Anuario del Cine español 2016 (ACE 16) elaborado por Barlovento Comunicación y Media Research & Consultancy con el apoyo de Fapae. La crisis económica, la piratería, la digitalización de las pantallas, el IVA cultural y la cada vez mayor oferta de ocio son algunas de las causas que llevan a echar el cierre a los locales urbanos en favor de los centros comerciales, donde los exhibidores encuentran precios por metro cuadrado más baratos para instalarse, de acuerdo al análisis de los profesionales del sector.
En total, España cuenta con 3.492 pantallas de cine, 440 menos que en 2011, cuando disponía de 3.932. "Las salas ahora están en los centros comerciales. Son un apéndice del negocio inmobiliario. En muchos casos, se pide el metro cuadrado gratis a cambio de poner allí las pantallas puesto que es una forma de atraer clientes también para los locales comerciales", explica el presidente de Fapae, Ramón Colom.
En comparación con el año anterior, el país ha perdido 60 salas, un descenso que también afecta al parque de butacas, pasando de 880.550 a 782.208. "En los pueblos ya no hay cines y en 2020 casi no existirán en el centro de las ciudades", advierte. "En Argentina, para que no se pierdan los cines, se los queda la municipalidad y asume la programación, pero proponer eso aquí es tomado como una locura", compara. Ya en 2006 comenzó el viacrucis para las míticas salas de algunas ciudades gallegas, pero capitales como Madrid o Barcelona también se están viendo afectadas. En el caso de la primera, Palafox cambió de dueño y en la Ciudad Condal el emblemático Lauren Gràcia también puso el candado.
Un Netflix latino
Y asegura que la tendencia a la baja afectará también al número de espectadores que acuden al cine de lunes a viernes, quienes, en su mayoría, rondan los 50 ó 60 años, según Colom. "A este tipo de público no le importa ir en metro a Gran Vía, pero si tienen que desplazarse a un centro comercial en las afueras será distinto", opina. Por eso, continúa, las plataformas de VoD "serán el sitio donde mucha gente acabará viendo las películas". Plataformas como Netflix, a la que la industria cinematográfica de países como Francia tienen la guerra declarada con el fin de apoyar a las salas comerciales. Ejemplo de ello es que el Festival de Cannes anunció este miércoles que, a partir del año próximo, no tolerará la excepción que ha terminado aceptando en esta edición con la plataforma estadounidense, y todas las películas que compitan tendrán que ser estrenadas en salas comerciales francesas.
Es necesaria una plataforma en español para todo el mundo. Se nos llena la boca hablando de China, que aporta el 8% del PIB mundial, cuando los países de Iberoamérica aportan un 10%"
"Sería ideal que hubiera un Netflix europeo, y es necesario y exigible una plataforma en español para todo el mundo, es un idioma que hablamos 580 millones de personas. Se nos llena la boca hablando de China, que aporta 8% del PIB mundial, cuando los países de Iberoamérica aportan un 10%", considera Colom. Y señala que, al comprar derechos universales de los títulos, el gigante de contenido audiovisual en streaming en ocasiones "secuestra" películas porque las adquiere, pero luego no las exhibe. Además, de acuerdo a Fernando Labrada, responsable Media Research & Consultancy, el mercado de las plataformas VoD "es opaco". "Netflix se caracteriza por no revelar datos de este tipo, así que solo hemos contado con la colaboración de la plataforma Filmin para este anuario", dice.
Caída en recaudación
La recaudación total de los cines en España en 2016 asciende a 605 millones de euros, de los que 110 pertenecen al cine español -sumando estrenos, reposiciones y películas del año 2015 que han continuado su recorrido en salas durante este año-, obteniendo así el cine español un 18,2% de cuota de mercado.
Pero el ACE 16 se centra en los datos del cine estrenado en salas cinematográficas en España durante 2016 que, según el informe, recauda 570 millones de euros, de los que solo 98 millones corresponden a estrenos españoles, una cantidad menor que la registrada en los dos años anteriores. En 2014 se logró una recaudación de 125,69 millones de euros con 114 títulos estrenados, descendiendo a los 110,94 millones de euros en 2015 con 188 estrenos. El año siguiente, aunque se repite el número de títulos (188) la caja cae hasta los 98 millones de euros, un 11,6% menos.
El 'síndrome de la sala'
De los 188 títulos de cine español estrenados en salas comerciales en 2016, un total de 70 son documentales, una cifra que los productores consideran "elevada" y se quejan de que, pese a tener el "oligopolio cinematográfico", las cadenas de televisión privadas "no financian documentales" y por eso, se exhiben en la gran pantalla. "Solo TVE y paga 45.000 euros por documental, una cifra insuficiente", lamenta el presidente de Fapae. "Pienso que muchos de estos documentales deberían estrenarse directamente en televisión, porque al final acaban quitando cuota, es un problema pensar que todo debe acabar en la sala, en España existe lo que denominamos el 'síndrome de la sala', añade Labrada.
El género documental recaudó en 2016 678.409 euros, mientras que otros géneros como el drama, la comedia o el 'thriller' -que sí despiertan interés por las cadenas de televisión- consiguieron 36.408.562 euros, 32.254.391 euros y 22.075.471 euros, respectivamente, con un total de 50, 32 y 24 títulos, por ese orden.
Sin embargo, en comparación con 2015, las cadenas también pierden recaudación en sus apuestas cinematográficas y si hace dos años Telecinco Cinema -junto a la Zona Films y Weather Films- lograba acaparar más de 32 millones de euros con Ocho apellidos catalanes, en 2016 llegó a los más de 26 millones de euros con Un monstruo viene a verme junto a otras productoras como A monster calls A:I:E., Apaches Entertainment, la Trini, Participant Media y River Road Entertainment.