Cultura

Una ruta de cine por Asturias

En sus playas y acantilados se han rodado producciones como La Señora o algunas de las películas más importantes de José Luis Garci o Gonzalo Suárez. En Llanes José Antonio Bayona filmó El Orfanato y ni siquiera Woody Allen pudo resistir pasar por Oviedo para hacer allí parte de su Vicky, Cristina, Barcelona.

El cinematógrafo no es ajeno a sus paisajes. Desde hace más de cien años Asturias fascina a los amantes de la imagen, que ya desde finales del siglo XIX habían escogido sus tierras como locación para sus historias. En 1897, dos años después de que los hermanos Lumiére estrenaran el cinematógrafo en París, los productores portugueses César Marqués y Alexandre de Azevedo grabaron una vista del rompeolas desde Santa Catalina; en 1905 se captó la llegada del tren a Llanes; en 1924, el traslado de los restos mortales de Pedro Menéndez de Avilés… De ahí en adelante, la lente y sus paisajes no lograron separarse.

Cineastas como Gonzalo Suárez, Vicente Aranda, José Luis Garci, Woody Allen o José Antonio Bayona han encontrado en el Principado un lugar perfecto para recrear pasiones, dramas e historias tanto contemporáneas como de época. Tan sólo en la localidad de Llanes, al noreste de Asturias, existe una ruta cinematográfica con 25 localizaciones. El recorrido, que puede hacerse en tres tramos -algunos andando y otros en coche- comienza en la propia villa, justamente en el Paseo de San Pedro, donde José Luis Garci rodó Historia de un beso (2002), su décima primera película tras ganar el Oscar en 1983.

Más de un centenar de largometrajes se han filmado en Asturias. Sus playas, especiales por sus acantilados, su arena fina y sus paredes de piedra talladas por el mar, han servido de plató para: El Orfanato (2007), de la que José Antonio Bayona rodó una parte en la senda costera de Poo –en Llanes se hizo el grueso, especialmente en la Plaza Parres de Sobrino y el Palacio de Partarriú-; You are the one (2007), de José Luis Garci, que cuenta con secuencias en las playas de Cuevas del Mar, a dos kilómetros de Villanueva; El detective y la muerte (1994), de Gonzalo Suárez, y Estirpe de Tritones (2006), de Julio Suárez, también se filmaron en Llanes, concretamente en la Playa de Ballota, al este de la comarca.

Hay realizadores que han dedicado casi su filmografía completa al noreste de Asturias. Es el caso de Gonzalo Suárez, quien ha rodado nueve largometrajes en su tierra de origen.  Después de que en 1969 se estrenara con Aoom -rodada en la playa de Toró-, Suárez convirtió al Principado –y más concretamente Llanes- en uno de sus lugares predilectos.

Películas como Parranda (1977), Epílogo (1984), Remando al viento (1987), Mi nombre es sombra (1996) o El portero (2000) se rodaron tanto en playas como pueblos del oriente asturiano, Suárez sólo cambiaría de locación –y aun así se quedó dentro de la propia Asturias- con Oviedo Express (2007), una película con Carmelo Gómez, Aitana Sánchez-Gijón, Bárbara Goenaga y Maribel Verdú, ambientada en al sociedad ovetense de finales del XIX.

Otros directores asturianos como José Antonio Quirós -Pídele cuentas al Rey (2000)- o Tom Fernández - La torre de Suso (2007)- escogieron las cuencas Hullera Central y El Caudal para escenificar sus comedias agridulces –acaso más bien dramas sociales-  volcadas sobre la vida en las minas de carbón o las fábricas de Mieres y Felguera.  Tampoco los realizadores extranjeros han renunciado al encanto de los paisajes asturianos, como fue el caso de Woody Allen, quien desarrolla buena parte de Vicky, Cristina, Barcelona en la ciudad de Oviedo.

Las series de televisión se han servido igualmente de Asturias para sus rodajes. Es el caso de Segunda enseñanza, de Pedro Masó y Ana Diosdado; Los jinetes del alba, de Vicente Aranda  y más recientemente La señora, serie de Radio Televisión Española dirigida por Lluís María Güel o Doctor Mateo, serie de Notro Tv para Antena 3 rodada en Lastres y Colunga.

Existe incluso en Lastres -cuyo centro histórico fue declarado Bien de interés cultural- una ruta del Doctor Mateo, que incluye: el Faro; la casa del médico, en la Atalaya; la casa de los fontaneros, en la Casona de la familia Victorero; la taberna del Pueblo; la Casa de la Maestra, frente a la Torre del Reloj; la Radio Local, la Comisaría o el Colegio, que conforman el último triángulo espacial para terminar de conocer la villa de Lastres. A ese recorrido se suman las playas de Lastres y La Griega.

Referirse a Asturias como un lugar de película no supone, ni mucho menos, una exageración. Se trata, en toda regla, de una tierra cuyos paisajes han cautivado –y continúan haciéndolo- a guionistas, realizadores y directores de fotografía. No en vano, en el Principado funciona una Comisión de Cine que promueve actividades asociadas a las artes visuales, sino que además cuenta con el Festival de Cine de Gijón, una cita cinematográfica que año tras año atrae a directores, productores y actores, pero también a viajeros, curiosos y viandantes.

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