Este segundo trailer apareció en los Estados Unidos un día antes de las elecciones. El primero coincidió con uno de los debates entre los candidatos Barack Obama y Mitt Romney. Sin embargo, el director de Lincoln, Steven Spielberg (demócrata reconocido) ha insistido ante la prensa que no busca influir de ninguna manera en el proceso electoral y que por ello la película no se estrenará en salas estadounidenses hasta el 16 de diciembre.
"Me hubiese encantado hacer Lincoln en el año 2000, durante la administración Bush", dijo el director hace unos días. "No tiene nada que ver con la política actual. No tiene que ver con sostener un espejo ante la manera en que dirijimos nuestros asuntos en el Capitolio hoy en día. Esto está pensado para que sea un retratro de Lincoln. Creo que cualquier momento es el adecuado para una historia verdaderamente necesaria".
El cineasta admite que quería aprovechar el ciclo electoral para que se hablara de la película, no sobre la política y los enfrentamientos entre demócratas y republicanos: "Pensé que era más seguro dejar a la gente que hablara de la película durante la campaña, pero dejar el estreno después de que las elecciones se decidieran". Es posible que así sea, pero lo que sí que busca con este trabajo es una presencia masiva en los Oscar, empezando por el guión y acabando por lo que promete ser otra de las desbordantes interpretaciones de Daniel Day-Lewis. En esa campaña, sin duda, Lincoln ha entrado de lleno.
La cinta que protagoniza el ganador del premio de la Academia por Mi pie izquierdo (1989) y Pozos de Ambición (2007) está basada en el exitoso libro Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln, de la ganadora del premio Pulitzer Doris Kearns Goodwin, y se centra en los últimos meses de Lincoln, con el final de la Guerra de Secesión y la abolición de la esclavitud -y las tensiones que esta decisión creó en el gabinete del presidente- como telón de fondo. La adaptación del guión estuvo a cargo del también Premio Pulitzer Tony Kushner.