Fue el retratista de la Nueva York de los setenta y ochenta. Patti Smith fue una de sus mayores confidentes y musas. Provocador, explícito y a la vez elegante, Robert Mapplethorpe retrató no solo una ciudad sino el espíritu que la recorría, un aliento con el ruboriza al Grand Palais parisino con una retrospectiva homónima. Esta muestra coincide con otra que organiza el Museo Rodin el 25 aniversario de la muerte del fotógrafo.
Según el comisario de la muestra exhibida en el Grand Palais, Jérôme Neutres, Mapplethorpe (1946 -1989) sorprendió y escandalizó con muchos de sus trabajos por recurrir a "la estética más refinada para ennoblecer temas tabú". Para Mapplethorpe no había partes vergonzosas del cuerpo. Todo dependía de cómo fuese mirado. Y así lo demuestra esta selección de más de 250 imágenes, una selección que incluye retratos, sexo explícito y también sus series de flores.
"Estoy obsesionado por la belleza, quiero que todo sea perfecto", reiteraba en muchas entrevistas el autor, que dotó a su obra de una dimensión clásica. Lo dijo en más de una ocasión: quería ser considerado primero artista y luego fotógrafo. “Si hubiese nacido cien o doscientos años antes hubiese sido escultor, sin duda", decía. Sin embargo, su medio idóneo era la fotografía.
Por su objetivo pasaron actores como Richard Gere, artistas como Roy Lichtenstein y Yoko Ono, también escritores como Truman Capote, y por supuesto su musa: Patti Smith, una de las personas que más le influyó. Fue su compañera sentimental durante unos años, antes de aceptar plenamente su homosexualidad. Su otra musa fue la culturista estadounidense Lisa Lyon, cuya figura musculosa encarnaba un ideal estético para este fotógrafo, quien consideraba que se parecía a las modelos de Miguel Ángel.
La escultura clásica, especialmente la de ese pintor y escultor italiano, a quien reivindicaba como "modelo absoluto", fue su principal referencia en el tratamiento de los desnudos, aunque también hay influencias de Caravaggio en los claroscuros, según Neutres. La propuesta esencial del comisario, parte del hecho de que las obras de Mapplethorpe "se alejan de la fotografía y parecen cuadros", gracias al uso de técnicas mixtas como la fotografía sobre tela.
Su innovación artística dejó huella en muchos creadores, no solo fotógrafos, sino también cineastas como el español Pedro Almodóvar, que ha reivindicado su influencia y que en 2011 fue el comisario de una exposición dedicada a Mapplethorpe en la galería madrileña Elvira González.
Mapplethorpe, que falleció por complicaciones relacionadas con el virus del VIH, nació en una familia católica practicante y mantuvo la fe toda su vida, aunque, según el comisario, siempre se debatió entre "sus deseos de libertad sexual y la cultura tradicional". Algunos de los elementos que reflejan el peso de la religión en sus creaciones son los posados con los brazos en cruz y la forma de exponer las fotografías, creando composiciones muy semejantes a las que se encuentran en las capillas.
La muestra, que se podrá visitar desde el miércoles hasta el 13 de julio, coincidirá con otra organizada por el Museo Rodin del 8 de abril al 21 de septiembre, en la que también se incide en esa dimensión clásica yuxtaponiendo las esculturas del francés con los trabajos del estadounidense.