Entramos y salimos todos los días. Trepamos por sus bocas profundas, a veces derrotados, en otras preparados para comenzar la larga marcha. El metro de Madrid forma parte de nuestra vida. Una rara poesía obra en nosotros gracias a su naturaleza. Para llegar al destino escogido hay que hacer a veces trasbordo en un pintor o un poeta, esos nombres que entran en los días como una anestesia y que apenas notamos. SObre el origen de esos nombres -sus historias y leyendas- el periodista Rafael Fraguas ha preparado el volumen Madrid por dentro: personajes e historias de la ciudad a través del metro.
El metro, ese escenario cotidiano que conjuga "lo público y lo íntimo", le sirve a Fraguas para desempolvar relatos de la historia de Madrid que ha ido acumulando en su memoria a base de "muchos años de paseos" y de charlas por una ciudad que a sus ojos es "muy bella pero muy fragmentada". Quienes la han gobernado no la conocían muy bien, dice el reportero. A lo largo de las páginas de este libro. Fraguas explica la dicotomía madrileña entre 'villa' y 'corte', lo que a su juicio genera que "la capitalidad del Estado haya ocultado muchas veces la identidad de la ciudad como un espacio propio de convivencia".
Fraguas cuenta cómo un barrio tan 'castizo' como el de Chamberí toma su nombre del francés Champ de Berry.
"Este libro reivindica la villa, la vida madrileña, pero sin caer en el casticismo porque lo que tampoco hay que olvidar es que Madrid es una ciudad absolutamente cosmopolita", reflexiona el periodista, que sonríe con guasa cuando recuerda que un barrio tan 'castizo' como el de Chamberí toma su nombre del francés Champ de Berry o que el organillo que suena en las verbenas tradicionales de la capital es en realidad de origen napolitano. Anécdotas como éstas van saliendo a la luz a través de las casi 300 páginas del libro, que rinde homenaje a estaciones de metro muy conocidas como Sol, Tirso de Molina, Goya, Atocha o Chueca, y otras que pasan más desapercibidas como las dedicadas a Miguel Hernández o a Antonio Machado.
Cuenta Fraguas que dos de los personajes del libro que resumen mejor la esencia de Madrid son Diego Velázquez y Francisco de Goya, curiosamente ninguno de origen madrileño y ambos con estación propia en el barrio de Salamanca, "el más fácil de recorrer" y al que el autor se siente especialmente ligado. "Velázquez sabe captar el atributo más importante de esta ciudad, que es la luz y la penumbra: esos cielos altos, esos picachos nevados de la sierra y esa serenidad para la contemplación y para observar la realidad e interpretarla con un pincel finísimo", rememora el periodista, que apostilla que, como dice el refrán, de la capital de España "lo más bello es su cielo".
Cuenta Fraguas que dos de los personajes del libro que resumen mejor la esencia de Madrid son Diego Velázquez y Francisco de Goya.
"Pero para la pasión está Goya", añade Fraguas, a cuya estación dedica uno de los capítulos del libro en el que cuenta, por ejemplo, que en sus cercanías se alza una estatua de bronce con la cabeza del pintor, cuyo cadáver, paradójicamente, llegó repatriado a España sin testa tras permanecer sepultado en el cementerio de Burdeos desde 1828 hasta 1903.
Entre las estaciones preferidas de Fraguas está también la de Francos Rodríguez, madrileño de nacimiento, un personaje para el que pide un mayor reconocimiento porque desde múltiples disciplinas -fue médico, periodista, higienista y edil- mostró una preocupación extraordinaria por la mujer y por sacarla de la invisibilidad social.
Madrid por dentro: personajes e historias de la ciudad a través del metro permite descubrir también, por ejemplo, por qué la parada ubicada sobre la plaza de la Cebada -una de las más céntricas de la capital- se llama La Latina, nombre con el que se conocía a la doncella Beatriz Galindo por su profundo conocimiento de las lenguas clásicas.
El libro -que será presentado el 4 de diciembre en el centro Conde Duque por la periodista Pilar Álvarez y el viñetista Antonio Fraguas, "Forges", hermano del autor- es una invitación a la gente de Madrid "a amar la ciudad" y a "contemplarla con unos ojos que valoren la belleza de los personajes y sus gentes".