Cultura

El museo del Prado exhibe la primera exposición monográfica en España dedicada a la obra de Ingres

La exposición traza un recorrido cronológico y temático por más de 60 obras como La gran odalisca, un lienzo que muy pocas veces ha salido del Louvre, y que podrá verse a partir del lunes en el Prado.

  • La gran Odalisca (1814), de Jean - Auguste Dominique Ingres.

El Museo del Prado, con la colaboración del Museo del Louvre y la participación del Museo Ingres de Montauban, presentan la primera exposición monográfica en España dedicada a la obra de Jean-Auguste Dominique Ingres (1780-1867), uno de los pintores más influyentes en el devenir de la pintura de los siglos XIX y XX, y del que no se conserva ninguna obra en colecciones públicas españolas. La exposición abrirá sus puertas el 24 de noviembre y podrá visitarse hasta el 27 de marzo de 2016 en la salas A y B del edificio de los Jerónimos.

El Museo del Prado y el Louvre ofrecenla primera exposición monográfica en España dedicada a la obra de Jean-Auguste Dominique Ingres

Ingres traza un recorrido cronológico-temático por más de 60 obras entre las que, además de los emblemáticos ejemplos procedentes de Francia como La gran odalisca, que ha salido en contadas ocasiones del Museo del Louvre, o El sueño de Ossian del Museo de Ingres, se incluyen pinturas cedidas por instituciones belgas, inglesas, italianas y norteamericanas como La condesa de Haussonville o La Sra. Moitessier, iconos del género del retrato que hoy son universales. Una ocasión extraordinaria que ofrece al visitante del Prado una experiencia de conjunto difícilmente repetible.

La muestra, comisariada por Vincent Pomarède, del Museo del Louvre y Carlos G. Navarro, ofrecerá al visitante una estructura temática que permita comprender y analizar la relación del maestro francés con los movimientos artísticos de su tiempo –neoclasicismo, romanticismo y realismo- que no consiguieron desvirtuar ni su estilo ni su ideología. Llevado por el impulso romántico de la búsqueda de la belleza ideal, que en él fue resultado de su atracción por la grandeza del pasado clásico y su fascinación por el arte de Rafael, Ingres engrandeció los géneros del retrato, del desnudo y la pintura de historia. Sus extraordinarias dotes como dibujante le sitúan además en la cúspide de esta disciplina y revelan su incansable búsqueda de perfección.

Ingres traza un recorrido cronológico-temático por más de 60 obras entre las que, además de los emblemáticos ejemplos procedentes de Francia como La gran odalisca

En este recorrido se prestará cuidadosa atención a su dedicación al género del retrato, que dejó tras de sí uno de los episodios más bellos de toda la pintura del siglo XIX. Capaz de captar con nitidez el carácter de sus modelos, supo reflejar con igual maestría la imponente presencia de un emperador, tal y como hizo en Napoleón I en su trono imperial del Louvre, un icono de la historia del arte y el carácter soñador de un artista François Marius Granet.

La obra de Ingres, según los comisarios de la muestra, escapa a cualquier clasificación ya que exploró todos los temas y proposiciones estéticas de su época, pero rechazó las trabas a la libertad de elección de una escuela, de un movimiento o de un estilo. Prueba de su carácter singular es la trascendencia que ha encontrado como precursor fundamental del lenguaje de las vanguardias y la abstracción y la influencia que ejerció, por ejemplo, en algunos de los pintores españoles más sobresalientes como Federico de Madrazo, Pablo Picasso o un joven Salvador Dalí.

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