La autoedición en formato digital se dispara. El mercado se reconfigura, se amplía, casi diríamos que se hincha como la más turgente de las burbujas. Cada vez son más quienes publican sus propios libros. Las cifras de venta les acompañan. Desde el fenómeno superventas de Amanda Hocking hace ya tres años hasta lo que en España llegó a conocerse como la Generación Kindle, la configuración de un nuevo mercado va adquiriendo otras formas.
Acaso conscientes de que los manuscritos frescos -promisorios superventas, o no, que crecen como tréboles en Internet forman parte de un territorio sensible, grandes grupos se han metido en apuestas digitales para pescar nuevos talentos. Desde los conocidos Kindle de Amazon; Google Books o Author Solutions, de Penguin hasta apuestas más modestas y locales como Bubok, que en España, se ha mantenido a la cabeza del fenómeno.
¿Se buscan nuevos autores o se reciclan?
No necesariamente relacionado con la autoedición, pero sí con un mercado digital creciente –libre de la maldición de la devolución y con una capacidad mucho mayor de metabolizar las novedades-, la editorial Planeta ha anunciado el lanzamiento del nuevo sello Click Ediciones, un proyecto que pretende publicar tres obras inéditas al mes, todas ellas exclusivamente en formato digital, tal y como comunicó el grupo en estos días. Cabe acotar que no es la primera apuesta del grupo en su tipo. En 2012, se creó el sello editorial digital especializado en fantasía, ciencia ficción y terror: Scyla eBooks.
Las obras se podrán leer en cualquier dispositivo y adquirir en cualquier plataforma de venta digital "a un precio muy competitivo", según informó Planeta. El pistoletazo de salida lo darán El apeadero muerto, de Pablo R.Nogueras; El productor de sueños, de Marino José Pérez, y La dama del armiño, de Antonio Cavanillas. Sin embargo, algo resulta curioso. Al examinar la página de Click Ediciones -una apuesta recién creada- algunos de los títulos que se ofrecen como novedades, por ejemplo Pecados que cometimos en cinco islas, de Carmela Díaz, ya aperece en la plataforma de Ediciones Tagus, otra apuesta online del grupo a través de La casa del Libro. ¿Se buscan nuevos autores o se reciclan?
Algunas de los títulos que se ofrecen como novedades en Click Ediciones ya aperecen en la plataforma de Ediciones Tagus de La casa del Libro
Justo este miércoles, dos días después de la noticia de Click Ediciones, se anunció la creación de Falsaria, una nueva plataforma para escritores noveles en castellano que permite a cualquier autor darse a conocer, divulgar su obra e interactuar con otros creadores. La 'startup', con sede en Madrid y Buenos Aires, incorpora un nuevo modelo de publicación editorial colaborativo basado en la decisión colectiva sobre los contenidos, a la manera de una red social literaria.
Falsaria propone una forma de escribir, compartir y publicar a través de una plataforma que permite a los lectores incidir en los artículos publicados. De esta manera, las obras (novelas, cuentos, microrrelatos, poemas) van superando una serie de pasos o exámenes de popularidad entre los usuarios de la red, hasta llegar a la Portada, donde se promocionan a través de Facebook y Twitter, con el fin de formar parte de la Edición Impresa trimestral de Falsaria.
No será Bezos el único en lucrarse
Conscientes de que ese mercado no puede quedar en manos de Amazon, grandes y chicos se baten a duelo. En esta jungla donde conglomerados editoriales y pequeños actores se mezclan, un aspecto queda muy claro: el asunto no radica sólo en descubrir nuevos autores y estilos sino también crear comunidades de lectores y escritores, un medidor perfecto de tendencias, gustos y por tanto de facturación. De esta noción dio luces en su momento el portal Me gusta escribir, una plataforma de Random House Mondadori que cuenta con una red social de casi 9.000 usuarios y donde se dan consejos para ser escritor y publicar.
Hay quienes celebran, pero también los que se llevan las manos a la cabeza. ¿Hay lectores para tanto libro? ¿Quién asegura la calidad de lo que se publica? De momento, las cifras indican dos cosas: el libro en papel ya acumula una reducción del 8,6% en España frente a un crecimiento sostenido –que no arrollador- de la edición digital, que ha experimentado un aumento del 2,5%.