“En los últimos diez años he leído casi 30 libros de republicanos sufriendo en el exilio; de los monárquicos apenas un par”, asegura, tajante, la escritora Almudena de Arteaga, quien retoma la novela histórica con La estela de un recuerdo (Planeta), basada en las cartas que sus tíos abuelos se cruzaron en los años 30.Así lo explica la hija del Duque del Infantado, quien ha decidido contar la historia de su familia.
“En los últimos diez años he leído casi 30 libros de republicanos sufriendo en el exilio; de los monárquicos apenas un par”
"Es una historia que deseaba trabajar desde hace mucho tiempo. Ahora, en este momento convulso, de crisis política y descontento general, me parecía que era oportuno volver a mirar parte de nuestra historia y encontrar muchísimas similitudes", explica de Arteaga, quien asegura que en aquel tiempo "los monárquicos también sufrieron, pero nadie lo cuenta".
La marcha de Alfonso XIII de España sirve de punto de partida de esta novela, que es a la vez historia de amor, retrato familiar y estampa histórica. La novela contiene además una historia de amor entre Borja, hijo de los duques del Infantado, monárquicos "incansables", quien vive un amor epistolar e "imposible" con Rafaela, una joven heredera de un ilustre aristócrata madrileño. Todo está contado a través de la mirada de María, personaje narrador que funciona como elemento unificador.
Una generación “amordazada”
La noche del 13 de abril de 1931, la familia del duque del Infantado está en el ojo del huracán político que parece avecinarse sobre España. Fieles y reconocidos monárquicos, no pueden evitar sentirse desprotegidos al conocer la salida del país de Alfonso XIII. Los republicanos "más intransigentes plantean tomar medidas drásticas que devuelvan poder y propiedades al pueblo". En la casa de la familia de Infantado, la situación se vive con preocupación.
Una novela que retrata a una generación "amordazada" que Almudena de Arteaga compara con la actual
Los disturbios en el Círculo Monárquico, la quema de conventos, el alzamiento de Sanjurjo y la constante inestabilidad política dibujan el escenario de La estela de un recuerdo (Planeta), una novela que retrata a una generación "amordazada" que Almudena Arteaga compara con la actual, "con cambios de gobierno constantes e ilusiones por cosas nuevas ".
Una conversación de la autora con su madrina y abuela materna María, voz de la narración, en la que esta le hace entrega a la escritora de dos cartas de amor de despedida de su hermano Borja, sirven de pretexto a la escritora, y marquesa de Cea, para iniciar una novela con la que vuelve a la voz femenina, como es habitual en prácticamente todas sus obras. Según Arteaga, descendiente de un sobrino de Borja, el protagonista y de una hija de Rafaela, faltan novelas que aborden estos seis años de una España convulsa, en los que "la literatura ha estado ausente".
"Al revisar aquellas cartas, me di cuenta de lo fuertes que eran los valores de María, ideas y creencias de tal magnitud, que hoy sería difícil de conseguir en alguien de esa edad. Es sorprendente que alguien tan joven defendiera sus creencias así con esa vehemencia. De ahí surge la novela”, asegura Arteaga. Convencida de que sólo existen novelas mal escritas y bien escritas, Arteaga se sacude el debate sobre la pertinencia o vigencia de la novela histórica, un género que, a su juicio, ni está manido ni sobre utilizado.
Ganadora del Premio Azorín de Novela de 2012 por su novela Capricho -dedicada a las musas de Goya-, Almudena de Arteaga se dio a conocer con La princesa de Éboli (1997), su primera novela, que alcanzó notoriedad mediática. Entre el resto de sus libros podrían destacarse títulos como La vida privada del emperador Carlos V(1999), Eugenia de Montijo (2000), La Beltraneja, el pecado oculto de Isabel la Católica(2001), Estúpida como la luna(2001), Catalina de Aragón. Reina de Inglaterra (2002), entre otras. Con María de Molina. Tres coronas medievales ganó el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio 2004.