Cultura

Enrique Gato, director de 'Tadeo Jones 3': "No existe el paro en esta profesión"

El animador estrena este mes de agosto la tercera parte de la exitosa saga Tadeo Jones

El cine en familia tiene este verano varias propuestas suculentas en las salas españolas. A la tercera parte de Padre no hay más que uno y el musical Voy a pasármelo bien, que se estrena este viernes, se suma el día 26 de este mes Tadeo Jones 3: la tabla esmeralda, la nueva entrega de la exitosa saga de animación dirigida por Enrique Gato, un ingeniero informático que afirma tener el corazón repartido entre la vertiente artística y la técnica .

Según ha explicado a Vozpópuli el director, guionista y animador español, la tercera parte de las aventuras de este albañil soñador convertido en arqueólogo -de cuya primera entrega se cumplen ya diez años- está orientada a un público familiar, no solo infantil, con el fin de no dejar a nadie fuera en la trama que propone.

Pregunta: ¿Qué va a encontrar el público en esta nueva entrega de Tadeo Jones?

Respuesta: La aventura más grande que hemos tenido hasta ahora de toda la saga: nos vamos a Egipto, París, a sitios enormes. Pero sobre todo lo que se va a encontrar es una evolución muy importante de cara al público adulto. La película sigue teniendo todos los ingredientes para el público infantil, pero sobre todo tiene una lectura más profunda, de asuntos que no hemos tratado en las dos partes anteriores.

P: ¿Sigue siendo el reto y el objetivo del cine familiar atraer la atención de todos los espectadores, mayores y pequeños?

R: Soy padre y sé lo que es llevar a mi hijo a la sala y mirar el reloj desde el minuto diez. Es muy importante que la gente disfrute, desde el más pequeño al más adulto. Quizás las películas anteriores eran un poco más infantiles, y esta es un poco más adulta, aunque sin perder el foco en los más pequeños. El cine familiar, desde que lo reinventó Pixar, ha apuntado a esto. Es un handicap, porque es muy difícil conseguir todos los niveles de lectura para que la película funcione, pero es el tipo de cine que más me gusta.

Lo único bueno que nos ha traído la pandemia es que hemos descubierto que somos capaces de hacer una película completa desde casa", señala el director

P: ¿Es este el motivo por el que os ha llevado tanto tiempo?

R: Con las películas de animación, te pongas como te pongas, tres o cuatro años de desarrollo no te los quita nadie. Son muy difíciles de elaborar. A pesar de que se hacen con ordenadores, todo el proceso es muy manual, muy artístico. No es una cuestión del guion, sino de la propia técnica, que es muy exigente y lenta.

P: ¿El trabajo se hizo en plena pandemia?

R: Lo único bueno que nos ha traído la pandemia es que hemos descubierto que somos capaces de hacer una película completa desde casa, algo que no sabíamos que podíamos hacer. Esto ha supuesto una revolución para nuestro sector. Hemos tenido a gente trabajando en todo el planeta, desde Nueva Zelanda a Canadá. Ha sacudido los cimientos de nuestro sector pero para bien, y lo estamos aprovechando porque hasta entonces no éramos capaces de terminar las películas íntegramente con la gente del estudio y teníamos que recurrir siempre a otros estudios. Esta es la primera película que hemos conseguido terminar cien por cien con gente contratada por el estudio. Nos ha permitido trabajar con artistas de todo el mundo.

P: ¿Contra qué estereotipos se enfrenta la animación, tan asociada al público infantil?

R: Es una cuestión internacional, salvo por el cine asiático, donde llevan toda la vida haciendo animación en todo tipo de géneros. Es algo de occidente, donde la animación desde el principio se ha asociado al cine infantil y ahora al cine familiar. Pero por suerte esto empieza a cambiar, y plataformas como Filmin impulsan la aparición de otro tipo de géneros. Es importante que empecemos a entender que la animación puede ser tantas cosas como imaginemos en la acción real.

La animación española no ha dejado de crecer, es un auténtico disparate", destaca Enrique Gato

P: La animación española vive un momento de auge, con buenas cifras en taquilla y representada en los grandes premios, como los Oscar.

R: Hemos tenido ya nominados a mejor película de animación -Sergio Pablos con Klaus el año pasado-, y este año un premiado, Alberto Mielgo. Desde fuera siempre se nos ha considerado muy bien y hemos tenido relación directa con grandes producciones americanas y desde allí nos han buscado mucho para desarrollar proyectos de forma conjunta. La parte buena es que empezamos a llevar proyectos grandes desde aquí, sin tener que estar fuera de España. Desde que empezamos a hacer cine de animación no ha habido ni un año en el que no haya podido decir que estamos en el mejor año de la animación española, no ha dejado de crecer, es un auténtico disparate, y no dejan de salir más figuras y estudios que siguen tirando del carro. Cada vez hay más producciones para que la gente que quiera dedicarse a esto pueda quedarse en España.

P: Algunos de los grandes nombres han tenido un pie en España y otro fuera. ¿Hay una fuga de cerebros irremediable?

R: Lo que necesitas es industria aquí y eso ya está sucediendo. Ha costado muchos años armarla, pero hay muchos estudios muy grandes en España que van a permitir sustentar al talento, y eso permite que no haya esas avalanchas enormes de gente que se va. Marcharse empieza a ser una opción. Si quieres quedarte ya es posible tanto en el mundo de la animación, como de los efectos visuales como de los videojuegos. Todo coge poco a poco fuerza y, aunque quedan cosas por hacer, ya es una opción viable y se nota en lo mucho que cuesta encontrar gente. Es tal el disparate el número de producciones que están en marcha, que da igual el número de gente que sale por la puerta de las escuelas, están todos trabajando. Prácticamente no existe el paro en la profesión. No sabemos cuánto va a durar.

P: Desde la primera parte de Tadeo Jones han pasado muchas cosas en el cine. ¿Cómo le afecta al cine de animación?

R: No somos una excepción. La taquilla ha caído en picado desde que empezó la pandemia y ahora estamos en el punto de inflexión. La taquilla ha empezado a renacer este verano, vuelve a lo que era antes de la pandemia. Ojalá aguante y veamos las plataformas y el streaming como una opción más y no como algo que reemplaza a la gran pantalla, que es donde hay que seguir viendo las películas.

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