Las turbulencias en Vox tienen que ver con un crudo conflicto político que será central en los próximos años: ¿la nueva derecha debe ser liberal (incluso libertaria) o centrarse en programas sociales y en la defensa de los vínculos entre seres humanos? Nada más escuchar su discurso de dimisión, me metí en la cuenta de Twitter de Iván Espinosa de los Monteros y descubrí que acababa de recomendar un ensayo colectivo titulado Reflexiones sobre una nueva derecha. El texto, que se puede bajar de Amazon por menos de un euro, contiene un prefacio del propio Espinosa donde despliega un enfoque muy noble: percibe a la derecha como el ala política que sabe dar las gracias por el sistema institucional heredado (filosofía griega, derecho romano, moral judeocristiana) mientras que la izquierda actual busca destruir ese legado aplicando diferentes experimentos sociales, cada vez más radicales y disolventes. Antes el progresismo ofrecía un sistema socioeconómico alternativo, pero desde Mayo del 68 y la Contracultura quiere cuestionar cada aspecto de Occidente hasta hacerlo picadillo. ¿Compramos la tesis?
La aportación más sustancial del libro para comprender la crisis de Vox la hace Francisco José Contreras, catedrático de Filosofía del Derecho. Su posición es que la nueva derecha que está en auge en Europa necesita combinar un sector liberal y otro patriótico, que se encuentren a mitad del camino y que sepan deshacerse de los extremos, que serían los liberales globalistas (perfil Macron) y los tradicionalistas iliberales (perfil Viktor Orban). La aleación antiradical que propone Contreras es la que mejor encaja con Espinosa de los Monteros, pero justo ahora está en auge la contraria. “Se está desarrollando una visión conservadora-nacionalista de la que la nueva derecha debería guardarse”, denuncia el profesor, como anticipando las turbulencias que vive ahora el partido verde. “Se presenta asociada con frecuencia a una óptica conspiracionista que atribuye el curso de la historia reciente a -incluido lo que ellos llaman ‘plandemia’- a siniestros poderes ocultos (el Club Bildelberg, las ‘Big Pharma’, la ‘plutocracia angloliberal’ o el ‘judaísimo internacional’)”, añade. Párrafos como éste muestran que, a partir de ahora, el combate no será versallesco: te pueden llamar "radical" a poco que sugieras que las grandes farmaceúticas tratan de exprimir hasta el ultimo euro de las crisis médicas globales o que insistas en que ponen su beneficios por encima del bien común (lo mismo con la plutocracia angloliberal).
Encrucijadas de la nueva derecha
Otro texto muy potente es el del joven politólogo argentino Agustín Laje, intelectual y activista volcado en dar la batalla cultural contra la izquierda. El asunto que aborda es el aborto, pero no desde la perspectiva católica -la más habitual- sino desde el liberalismo de Fiedrich Hayek, en quien se apoya para denunciar que el proabortismo es un proyecto de constructivismo totalitario muy bien financiado por la red progresista de instituciones, ONGs y laboratorios de pensamiento (la afirmación está sólidamente documentada en el texto). La tesis es que la izquierda de comienzos de siglo XX pasa de defender el aborto con argumentos antipáticos (maltusianismo, eugenesia) a conseguir revestirlo de buen rollo (ecologista y feminista, sobre todo). “En 1921, amparada en esta ideología, feminista y eugenésica, Sanger fundó la American Birth Control League. Hacia 1939, la institución en cuestión se fusiona con otras y cambia su nombre a Birth Control Federation of América y, en 1942, cuando hablar de eugenesia y ‘control natal’ ya se relacionaba directamente con el nazismo, pasó a llamarse Planned Parenthood”. El éxito de esta estrategia blanqueadora llega al extremo de que el presidente Lyndon Johnson declara que “menos de cinco dólares invertidos en control de población equivalen a cien dólares invertidos en crecimiento económico”. La izquierda del siglo XX (Eduardo Galeano) todavía se escandalizaba por frases de este calibre, pero la que vino después ya no.
En los últimos años, Vox evitó con habilidad la teoría de las dos almas, la turboliberal y la nacional-popular, que convivían en el partido
Los otros dos textos del libro detallan la tesis expuestas en los primeros. Vanessa Vallejo, economista colombiana del sector libertario, desmonta el feminismo actual y hace inventario de unas consecuencias que raramente se comentan. “Lo que se ha llamado ‘liberación sexual’ no es ninguna liberación, sino todo lo contrario. Es reprimir el deseo real -incluso biológico- de tener una relación con respeto y con amor, es vivir atado a impulso momentáneos sin mediar las consecuencias y el daño que a largo plazo causan sus comportamientos”, defiende. Es un argumento que sigue sonando rancio a la mayoría, pero cuyos partidarios van creciendo poco a poco, basta ver el éxito de Esperanza Ruiz con el libro Whiskas, satisfyer y lexatín (Ediciones Monóculo). Cierra el volumen el filósofo italiano Renato Cristin, con un texto espeso y a ratos apocalíptico, centrado en denunciar la infiltración rojiparda, "alimentada y propagandeada actualmente en Occidente por ciertos conservadores obtusos, cristianos tradicionalistas". Es el texto más flojo del conjunto y el peor escrito, aunque tiene el mérito de señalar que la nueva derecha debe posicionarse en algún momento sobre esa corriente política, llena de exizquierdistas decepcionados que buscan refugio en una derecha social.
¿Conclusiones? En los últimos años, Vox evitó con habilidad la teoría de las dos almas, la turboliberal y la nacional-popular, que convivían en el partido. Ahora cada vez parece más claro que hay que decantarse por una de ellas. ¿Cuál prefieren ustedes?
En calidad de afiliado, Vozpópuli obtiene ingresos por las compras que cumplen los requisitos. La inclusión de enlaces no influye en ningún caso en la independencia editorial de este periódico: sus redactores seleccionan y analizan los productos libremente, de acuerdo con su criterio y conocimiento especializado.
eddo
que había defendido a una mujer, quiso crear una cuenta en VOX para que la gente le pagará la indemnización a la familia de la victima que ese mato. Pero es que Iván sabía que ese huyo a Londres al ver que no le creyeron, que le convencieron que regresará y le esperaron en el aeropuerto para detenerlo., teniendo en cuenta que el comisario era de VOX Iván no hizo otra cosa que mentir siempre.
eddo
mentía más que hablaba, que perseguía a los cargos electos del partido por lo civil o penal, o criminal, caso emblemático la concejal de Galapagar y su ex marido pero como este caso cientos, que quiso crear un héroe en uno que mato a un ladronzuelo por que dijo
Brigantinus
El liberalismo puede ser una corriente fuerte, pero está condenada a ser minoritaria. Nuestra época pide Estados fuertes y que intervengan en la vida económica equilibrando los grandes desajustes que produce el capitalismo. Desde EEUU hasta cualquier país europeo importante se puede ver lo que comento. No hay necesidad de ser adivino. Si Vox se convierte en un partido liberal... seguirá el mismo destino de Ciudadanos, ni más ni menos. Solo si sabe combinar el nacionalismo, el tradicionalismo, el fuerte impulso económico y una política razonablemente distributiva tendrá posibilidades de crecer.
Susanam
No hay que darle tantas vueltas. La agenda 2030 lo explica todo
tinotron
Ser de derechas significa ser consciente de lo difícil que es construir y lo fácil que es destruir. De que lo construido por quienes nos precedieron es valioso, que las instituciones jurídicas y sociales tienen mucho esfuerzo y a menudo también mucha sabiduría detrás. Es la humildad como filosofía política y como forma fundamental de abordar cualquier problema. Ser de izquierdas es justamente lo contrario: el adanismo, la soberbia monumental del que se piensa que antes de llegar él nadie sabía hacer nada y todo el mundo era im.bécil, de manera que hay que arramblar con todo derramando sangre si es preciso. O sea, Zapatero, Pablo Iglesias, Irene Montero, Pedro Sánchez, etc.
Perhaps
LLevemos las cosas al extremo y simplifiquémoslas al máximo que ayuda a situar movimientos políticos. Hay tres corrientes básicas de pensamiento social. socialistas conservadores y liberales. Para los liberales el mayor valor de la humanidad está en el individuo, origen desde el que se desarrolla la sociedad. Para los socialistas la sociedad es lo fundamental, siendo el individuo un mero ladrillo de su construcción, sin otro interés. Los conservadores por su parte consideran que la organización, vale decir las familias y agrupaciones, son los soportes de la realidad social de las naciones. Ninguna persona tiene únicamente uno de estos planteamientos, los va a tener mezclados con preferencias de alguno de ellos. Mire usted cómo prefiere construir la sociedad y verá a qué grupo preferente pertenece.
stoicus
Ya no hay ninguna de ellas en VOX. Lamentablemente, han comprado las teorías del marketing y están llegando a la memencia del pensamiento débil.