Hace cinco días, Ernest Urtasun declaraba que la Cultura es la mejor arma de combate político y que “la extrema derecha intenta atentar contra los valores de la democracia”. Poco después, la actriz y humorista Silvia Abril aprovechaba una entrevista en Eldiario.es para pedir cositas para el gremio: “Un presupuesto digno para la Cultura del país que yo quiero. La cultura es tan importante, tan importante…nos hace seres mejores, más críticos…Aquí falta capacidad y espíritu crítico. Más presupuesto para la Cultura, que esté más presente en las televisiones, en las escuelas, que sea más fácil levantar espectáculos y películas que son importantes en nuestro país, para no olvidar cosas que han ocurrido”, explicaba desordenada y emocionada, pidiendo más melodramas sobre la Guerra Civil (o eso entendimos casi todos).
Luego continuó: “Estamos en un momento en el que la ultraderecha emerge como la tendencia a la que parece que lleva el mundo, pero todo esto se combate con Cultura, todo esto se combate recordando cosas que ya vivimos y la cosas que ya ha vivido el mundo. Se me pone la piel de gallina. Es que no podemos vivir sin saber de dónde venimos, por qué estamos aquí y la lucha que ha costado llegar hasta aquí. Que estamos votando, que nuestros abuelos y tatarabuelos no podían votar. Y todo esto es Cultura”, exponía.
Estamos, una vez más, ante un discurso con tradición, que cuenta con momentos estelares como aquel en el que el joven actor Eduardo Casanova pidió a gritos “más dinero público” para sus películas, enfundado en un modelo de alta costura en la alfombra roja de los Goya 2020. Hace pocos días, el cantautor Quique González anunció en una de sus entrevistas que deseaba que ningún votante de Vox asistiese a sus conciertos (no fueran a desintegrarse al contacto con el calor cáustico de la cultura, suponemos). Por su parte, la escritora feminista y progresista Lucía Lijtmaer mostró públicamente su preocupación por el hecho de que la amplia victoria de la derecha española en las últimas elecciones municipales pudiese desembocar en algo tan extremo como que se invitase a mesas de debate cultural -¡cobrando!- a personas no progresistas. Sería el fin de una larguísima era, sin duda.
Cultura y dinero
Al leer estas declaraciones, cabe preguntarse por las personas que las emiten. ¿Saben, por ejemplo, que Hitler ordenó salvar de los bombardeos el Ponte Vecchio de Florencia porque le parecía demasiado bello para ser destruido? ¿Recuerdan que el poeta Gabriele D’Annunzio fue uno de los iconos del fascismo italiano? ¿Les extraña que Juan Manuel de Prada destacase hace poco que algunos de los mejores escritores de nuestro siglo XX (Zunzunegui, Víctor de la Serna, Agustín de Foxá) fueron falangistas? El filósofo de izquierda hegeliana Slavoj Zizek tiene una columna memorable, titulada El complejo poético-militar, donde nos recuerda la obsesión por la poesía de muchos dictadores. Así de juntitas y de la mano van Cultura y fascismo.
La tesis sanchista de que el fascismo se combate con Los Javis, Luis García Montero y el bono cultural de 400 euros no suena muy sólida
Me pregunto cómo reaccionarán Abril y Urtasun si descubren que algunos de los intelectuales y columnistas más estimulantes de la España actual han defendido el programa de Vox, o incluso se han presentado como candidatos por el partido de Abascal. Pienso en el poeta Enrique García-Máiquez (que lo intentó en el Senado), el arquitecto y ensayista Iván Vélez (candidato al Congreso por Albacete), el historiador José María Marco y los filósofos Mariona Gumpert y Miguel Ángel Quintana Paz (varios de ellos colaboradores de Vozpópuli y otros responsables de respuestas sustanciosas siempre que les entrevistamos en nuestra sección de Cultura). Mi sospecha, que ojalá alguien desmienta, es que ni la actriz ni el ministro conocen a ninguno de ellos, a pesar de su relevancia dentro del debate público en España.
Los ministros, presentadores y actrices ‘antifas’ de nuestra era suelen ir cortitos de Cultura y de Historia, como ha podido comprobarse en numerosas ocasiones. Pienso ahora en ese momento en el que el humorista y analista Héctor de Miguel, antes conocido como Quequé, soltó en 2018 a la audiencia de La vida moderna que José Antonio Primo de Rivera había sido uno de los dictadores de España, en vez de una de las primeras víctimas de nuestra guerra civil (confundirle con su padre ya parece una venerable tradición en nuestra izquierda). Ni David Broncano, ni Ignatius Farray, presentes en el programa, le sacaron de su error (pueden escucharlo aquí a partir del minuto 02:29). Problemas de conocer la historia de España a partir de las canciones de Toreros Muertos, que es la fuente historiográfica que cita De Miguel.
La tesis sanchista de que el fascismo se cura con un bono cultural de 400 euros no parece muy sólida. Ni las series de Los Javis, ni los podcasts de Inés Hernand ni los versos de Luis García Montero van a parar el fascismo, de hecho en gran parte viven de él, de usarlo como trampantojo. Esto no va tanto de política como de ganar dinero.
vallecas
Pero D. Víctor ¿y este cambio? ¿ Y esta defensa de la verdad? ¿y esta objetividad?. No se lo habrá escrito un "negro" ¿no?. Defender a Sánchez y al PSOE solo es comparable a estar dentro de una relación "tóxica" Espero que la verdad y la razón iluminen a TODOS los periodistas y jueces de España. ¡¡ Estamos en vuestras manos¡¡
Ansurez
El panorama cultural español no puede ser más desolador en su mayoría una banda de paniaguados y barraganas chupando de la subvencion
Manoni
Muchos artículos de Víctor Lenore, como éste, parecen una rabieta poco argumentada contra "los progres", "el sanchismo", etc. Una pena, porque es un autor al que da gusto leer en libros como "Indies, hipsters y gafapastas", o "Espectros de la Movida". Con la calma de tener 200 páginas para explicarse, presenta sus opiniones a contracorriente de forma clara y a convincente, lo cual tiene mérito triple. No sé si la discrepancia entre artículos y libros viene por las prisas, el espacio o por el medio que le paga. Una pena...
Birmania
¿Cuando van a dejar de usar el término "progresista" para referirse a gente anclada en el radicalismo decimonónico?
Hanio
Aunque el concepto de cultura,como muchos otros,es amplio y quepan en él infinidad de artes y disciplinas,no creo que los metrajes en los que participa la Sra Abil-€mil,deban incluirse en él. En mi opinión,cualquiera que tenga que ver,lo más mínimo,en la realización de esos subproductos cinematográficos,debería sentase frente a un juez y dar explicaciones.Sobre todo si el engendro ha sido financiado con dinero público. Hace un par de años voté a Vox.Un tiempo más tarde,asistí a un concierto de Quique González.Tendré que ponerme en contacto con él para que me devuelva el importe de la entrada.
Darksith1977
Pues sí. pero de esto también tienen culpa las Derechas españolas, que les han subvencionado y reído las gracias. Por no hablar de su falta de supervisión en materia de educación o su nulo proyecto transformador de la sociedad. Ahora, ajo y agua.
pancho
Hay borregos rojos y borregos azules, pero los dos son borregos. De electores libres, no hay muchos, y casi todos de un bonito color verde.
Urenga
La verdad es yo hace mucho que siento un enorme deprecio por los sedicentes "hombres (y mujeres, claro) de la kultura". Soy una persona con unos estudios y cultura razonables y buen lector, pero en cuanto detecto en algo o alguien la más mínima pretensión de hacer "pedagogía progresista" conmigo, lo mando directamente a la *ierda. Sinceramente, creo que estoy a años luz por encima de la mayoría de ellos, y lo digo sin ambages y sin complejos. Por eso por ejemplo no veo cine español salvo en contadísimas excepciones.
Urenga
"todo esto se combate con Cultura" Está mal transcrito, seguro que lo que dijo ese ser de luz progresista fue "todo esto se combate con Kultura".
KVLT
Nuestra cultura masterchefa -_-
errefejota
Los comunistas siempre vuelven al mismo punto: a los ingenieros de almas que diría el camarada Iosif Stalin. Dándole ese empaque a la Cultura imaginan al proletariado a salvo del "fascismo". Stalin, que era un tipo culto y un gran lector disfrutaba con las películas americanas, sobre todo, las del oeste, prohibidas al pueblo. En el caso de nuestro ministro clochard, ni eso. Es un tipo completamente ajeno a la cultura española, a la que desprecia con ese ensayado rictus de asco que luce constantemente. Ahora quiere trocear el mejor museo del mundo (sus colegas gabachos no osarían tal cosa con el Louvre) e imagino que regará el lampante cine español para que cuenten las mismas chorradas que no ve nadie, para que finalmente salve las cifras del cine patrio el cutre Santiago Segura. "Cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola" dicen que decía Goebbels. Urtasun tira de chequera.
maullador
El hecho de que Vox haya conseguido un aumento significativo en España, no es otro que la consecuencia de la aparición del gobierno franquestein de Sanchez@Iglesias y sus políticas de confrontación y división. La mal llamada progresía de la izquierda es un cuento chino, al que se suben muchos artistas, con el fin de vivir subvencionados.,ya que de su trabajo son incapaces de vivir. Déjense de memoria histórica y revisionismo, la constitución se hizo para mirar al futuro todos unidos, sin más guerra civilismo,aquí no hay buenos y malos.,todos debemos ser iguales ante la ley.