La Feria del libro de Madrid llega a su edición número 77, que se celebrará en el parque El Retiro desde el 25 de mayo hasta el 10 de junio. Una vez más, el director de la feria, Manuel Gil, ha insistido en un mensaje que ya transmitió a esta cabecera en una entrevista telefónica hace unas semanas: ésta será la edición de la feria con la mayor presencia editorial de su historia reciente. Así responde Gil a la decisión de la Asociación de Editores de Madrid de retirarse de la Comisión Organizadora de la feria al considerar que tenían "limitada" su capacidad de influencia en
"Hay que quitarle importancia al tema de la salida de los editores", dijo el director de la Feria del Libro, que ha asegurado que este año habrá 207 casetas de editoriales con una presencia de 800 sellos, la presencia editorial más grande de todas las ediciones de la feria, según recogen las agencias en su reseña de la presentación pública del cartel de la Feria, que este año ha diseñado la ilustradora valenciana Paula Bonet. Su intención, asegura, ha sido querido dar voz a las mujeres en la literatura, por eso en el diseño incluye referencias a diferentes autoras a partir de una figura principal, la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.
Otros temas han formado parte de los mensajes más importantes. Manuel Gil ha recalcado su preocupación por la sostenibilidad del parque del Retiro y ha indicado que, aunque las librerías mantienen su espacio en la Feria del Libro, así como los organismos y los distribuidores, "el crecimiento de la industria editorial en este país es enorme y tenemos que buscar fórmulas de acomodo". Por eso, ha dicho, han constituido una comisión para reunirse con los editores madrileños para que sean éstos los que aporten soluciones al problema que supone que haya más demanda de espacio que oferta en la Feria del Libro, en la que hay "gigantismo".
Este será el segundo años de Manuel Gil como director de la Feria, a la que intenta modernizar y mejorar en sus elementos esenciales: horarios, accesibilidad, visibilidad, calidad. Conocedor del sector, Gil librero y trabajó en la compleja estructura editorial. Su llegada marcó el inicio de una serie de decisiones encaminadas a hacer más práctico y efectivo el funcionamiento de la feria. Ya entonces, Gil había explicado muy claramente qué quería: una feria de calidad, internacional y sostenible. Así de sencillo.
Tres objetivos. El primero, la calidad, pasa por diseñar un evento con actividades de primerísima línea. Para eso necesita rastrear autores de peso y conocer quién es su lector: ¿quiénes leen e-book? ¿cuántos compran en papel y cuántos prefieren otros formatos? ¿quiénes siguen a los Booktubers? Para conseguir extraer esa información se ha dedicado a hacer distintas encuentras y estudios con los propios visitante. Lo segundo, la internacionalización implica retomar el país invitado, que en este caso será Rumanía. En tercer lugar, el perfil ecológico. La Feria del Libro de Madrid se celebra en un parque que aspira ser reconocido como patrimonio cultural y natural. Por eso subraya la idea de lo ecológico como requisito para optar a la mayor visibilidad y viabilidad.