Cuando Olivia Newton-John falleció, en agosto de 2022, muchos se preguntaron acerca de la trascendencia de una película musical tan naif y agradable como Grease y cómo, con unos ingredientes tan sencillos y efectivos, se había convertido en un símbolo no solo para la generación que vivió su juventud a finales de los 70 y principios de los 80, sino para todas las que llegaron a continuación. Es una de las películas con tramas de instituto, ligues y lucha de bandas más famosa de la historia del cine y la música que la acompaña una de las más radiadas, cantadas y bailadas.
La película se centra en la historia de amor entre Danny Zuko (John Travolta) y la inocente Sandy Olsson (Olivia Newton-John) en un verano idílico en el que las emociones puras no se pervierten hasta que empiezan las clases. En el instituto Rydell, un ecosistema en el que conviven buenos y malos, famosos y marginados, guapos y feos, es el escenario en el que se reencuentran, eso sí, con nuevas normas y convenciones sociales. Allí, con las Pink Ladies, la pandilla que forman las chicas malas de clase, Sandy encuentra un lugar más descarado desde el que llamar la atención de Danny y el resto de la historia es de sobra conocida.
Además de llevar una cazadora rosa y mostrar una actitud rebelde, desafiante y desinhibida, poco más se sabe de quiénes eran Rizzo, Frenchy, Marty y Jan. Ahora, SkyShowtime estrena Grease: Rise of the Pink Ladies, diez episodios en clave musical que se desarrolla en el mismo instituto en 1954, cuatro años antes de la película, cuando cuatro chicas, cansadas de ser las marginadas y olvidadas del instituto, reivindican su lugar en el mundo y en Rydell High.
No importa aquí si uno es amante del musical o incluso si detesta el género, porque los números son cortos, directos y entretenidos
Al igual que ocurre en Grease, el verano se termina y empieza un nuevo curso. Los jóvenes apuran los últimos días antes del comienzo de las clases y se suben al coche para acudir a los cines o establecimientos de comida rápida del lugar. Revolcones y besos con lengua en la parte trasera de sus autos en mitad de una película de un drive-in son el arranque travieso y golfo de esta serie, trufada de buena música y muchas coreografías. No importa aquí si uno es amante del musical o incluso si detesta el género, porque los números son cortos, directos y entretenidos.
La acción arranca con Jane, una joven llegada de Nueva York que encuentra el amor en uno de los jugadores populares de la ciudad. Su cazadora dura en sus hombros el mismo tiempo que tarda en propagarse un bulo sobre la novata: es promiscua, siempre llega al final y porta enfermedades venéreas. A pesar del intento de ambos por frenar los chismes, la máquina de las mentiras funciona demasiado bien y él decide poner fin a la relación o bien mantenerla en secreto para no perjudicar su candidatura como delegado. La imagen aquí lo es todo.
Pink Ladies: una oda al diferente
"La reputación es todo lo que tiene una chica", le dice a Jane la directora del instituto, donde las apariencias son todo y las clases de costura, de cocina y de cuidado de bebés se imponen en la formación de las buenas alumnas. La protagonista, junto a otras tres compañeras que se sienten también en la periferia del instituto pero que aún tienen fuerza para reivindicar su visibilidad, se presenta a las elecciones para dar voz a los invisibles.
Grease: Rise of the Pink Ladies es, ante todo, una oda a quienes no encajan, no encuentran su lugar, se sienten diferentes, extraños y son considerados personas equivocadas
Grease: Rise of the Pink Ladies es, ante todo, una oda a quienes no encajan, no encuentran su lugar, se sienten diferentes, extraños y son considerados personas equivocadas que, por otro lado, son una mayoría que tiene clavada su mirada en los rostros populares, a menudo inalcanzables, tan perfectos y al mismo tiempo tiranos.
La misma tiranía y presión que, también, sufre la familia de la protagonista, emigrantes puertorriqueños que prohíben hablar español en casa para empezar una nueva vida. "No spanish, we left that in Nueva York", sentencia la madre. La misma opresión que siente otra de las compañeras insurgentes, cansada de no poder vestir una de las cazadoras del grupo de chicos al que quiere sumarse.
Para esta redactora de Vozpópuli, la nueva serie de SkyShowtime es menos cursi y más divertida de lo que aparenta. Como el mambo de Dámaso Pérez Prado, las Pink Ladies llegan para aportar un poco de indecencia y de rebeldía, justo antes de que el rock and roll tome el testigo. Digna, fresa, entretenida y atractiva. Así empezó todo.