El pasado lunes publicamos un artículo sobre el espectáculo musical de Nacho Cano en Hortaleza (Madrid) que obtuvo amplia repercusión: no solo fue el más visto del lunes, sino que siguió circulando el día siguiente y el miércoles reapareció en la lista de ‘más leídas’ (cien mil páginas vistas, con un promedio de seis minutos cincuenta, que muestra el interés del público por leer argumentos contrarios al linchamiento digital al exMecano). Para la redacción de Cultura de Vozpópuli fue una sorpresa, ya que nos limitamos a señalar la solidez del comunicado de respuesta de Cano frente a numerosos titulares difamatorios, sobre todo en diarios digitales de izquierda.
Nuestra aportación fue comparar la reacción hiperventilada contra el musical de Cano con la indiferencia o cuestionamientos templados a otros proyectos similares con respaldo de Más Madrid. Los ejemplos van desde el apoyo incondicional al festival Mad Cool (con un largo historial de negligencias) hasta la cesión a dedo por Manuela Carmena de una nave del centro cultural Matadero durante medio siglo a una fundación italiana (que se criticó discretamente en el campo de la izquierda). Doble rasero evidente, que por desgracia se ha repetido en los últimos días.
El concejal Alberto Serrano, del partido Ciudadanos, se ha visto obligado estos días a desmentir dos informaciones. Primera: ElDiario.es publicó que la cesión de la parcela de Hortaleza se había cerrado durante una cena privada en casa de Nacho Cano, atribuyendo al propio concejal la información. En ningún momento se aportan datos de que Serrano haya dicho eso ni se da ningún detalle de la cena ficticia (en realidad, el político acudió a las oficinas del músico para ver el documental de Netflix sobre el espectáculo; solo trató tres minutos con Cano). Segundo desmentido: El Plural afirma que Serrano fue obligado a desplazarse a las oficinas de Nacho Cano, también sin aportar pruebas. El propio concejal rechazó ambas afirmaciones de manera tajante, pero ni El Diario ni El Plural retiraron sus artículos, ni incluyeron su desmentido en el texto. ¿Todo vale para cuestionar Malinche? ¿Hasta colorear la verdad?
Ataques a un libreto que no se conoce
En Hortaleza, esta temporada también se prepara otro musical sobre la icónica actriz Audrey Hepburn, apoyado por descendientes de Henry Mancini. Todos los procedimientos para aprobarlo fueron iguales a los que superó la empresa de Nacho Cano. Por supuesto, no se encuentra en redes ningún reproche a este proyecto, quizá porque no es políticamente rentable cuestionarlo. La hostilidad de la izquierda contra Malinche llega incluso a poner en duda su rigor histórico, antes incluso de estrenarse y sin acceso al libreto. Se hacen especulaciones basadas en un minuto de tráiler del documental para Netflix. Y se evocan imágenes equívocas en el titular: “Nacho Cano y la derecha reescriben la historia de la fundación de México”. Como si Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal fuesen coautores de escenas, decorados y canciones del musical de Cano.
Si la familia Bardem viene a Hortaleza con un proyecto de once millones de euros les recibiremos con los brazos abiertos
Tras pasar la mañana del miércoles en distintas dependencias municipales, recabando información, nos quedamos con la frase de un cargo técnico veterano: "Si la familia Bardem viene mañana con un proyecto de once millones de euros a Hortaleza, que es lo que presenta Nacho Cano, les recibiremos con los brazos abiertos y les daremos asesoría para que todo avance lo mejor posible. Necesitamos propuestas serias que generen empleo en una de las épocas más complicadas para el sector cultural".
El mustio legado de Carmena
Cuando Manuela Carmena perdió el ayuntamiento en favor de Almeida, en el mes de mayo de 2019, diversas asociaciones culturales hicieron un balance amargo de sus cuatros años. El principal reproche fue el desdén hacia la figura del pequeño y mediano empresario nacional, actitud muy visible en el sector de la música en directo. Más Madrid apostó por dedicar gran parte de su presupuesto a los grandes festejos gratuitos (Dos de Mayo, San Isidro, Orgullo Gay…) mientras a las salas pequeñas y medianas se les ponían trabas incluso para colocar barras frente a sus establecimientos durante esos días. “La sensación general que tuvimos fue la de rechazo a la figura de la empresa de base. Nos transmitían que si llevábamos varias décadas con nuestras salas ya habríamos hecho dinero suficiente y no éramos una prioridad”, me comentaron en 2019 integrantes de la asociación La Noche en Vivo. Más Madrid consideraba más emblemático un proyecto como Mad Cool, vinculado a la multinacional Live Nation, que el maltrecho tejido de salas de la ciudad.
La historia de Mad Cool abarca desde aglomeraciones temerarias en 2018 hasta intervenciones del Defensor del Pueblo
Mientras Nacho Cano abona una cantidad superior a los 450.000 euros anuales, Mad Cool disfrutó de subvenciones de un millón de euros y aspiraba a multiplicarlas por cuatro. El Ayuntamiento de Carmena les otorgó la enorme extensión de terreno todo el año, que la empresa alquilaba a capricho a cualquier otro negocio musical que quisieran, por ejemplo un concierto de Metallica en mayo de 2019, a pesar de la oposición creciente de los vecinos, molestos por el ruido excesivo de los directos.
La trayectoria de Mad Cool ha estado plagada de episodios rechazables, desde las aglomeraciones de 2018, con colapso en muchos puntos del recinto y caos de movilidad, hasta las quejas del Defensor del Pueblo por la pasividad del festival ante las molestias causadas a los vecinos por contaminación acústica. La izquierda nunca hizo casus belli de todas estas irregularidades.
La legislatura de Manuela Carmena se caracterizó por una continua improvisación en el campo cultural, que hizo sospechar que su partido nunca tuvo un plan solvente para la capital. No se trata de un simple juicio subjetivo, sino que está corroborado por hechos como la dimisión de Guillermo Zapata recién nombrado concejal de Cultura, el tortuoso periodo de una Celia Mayer que terminó siendo destituida y la excéntrica decisión final de Carmena de asumir ella misma el cargo para ahorrarse polémicas. Una inestabilidad constante que complicó el trabajo cotidiano. ¿No es preferible dedicar estos años en la oposición a mejorar la estrategia política antes que poner palos en las ruedas de artistas que invierten su patrimonio en reactivar el sector cultural?
El documental ‘La creación de Malinche’ se estrena el próximo 12 de octubre en Netflix