El escritor barcelonés Javier Calvo considera que su último título, El jardín colgante, con el que obtuvo este año del Premio Biblioteca Breve, debe leerse como una novela de género ambientada en la época de la Transición española, más que como una novela política y social.
En una entrevista con la Agencia Efe, Calvo aseveró que presentar esta obra como "política", como ya han hecho algunos críticos literarios, puede "suscitar cierto desconcierto", aunque no obvia que "la política y las cuestiones sociales impregnan la trama".
Si hace un par de años, en Corona de flores, apostaba por un relato policial, gótico y victoriano, ambientado en la Barcelona de 1877, ahora se traslada al frío invierno de 1977 en una Ciudad Condal con agentes secretos, infiltrados, grupos armados y un meteorito que cae en la cercana población de Sallent.
Se trata de un relato que forma parte de un proyecto más amplio, que proseguirá dentro de dos o tres años con otra novela sobre el presente, con el que quiere "retratar cómo funcionan los cambios sociales y políticos y qué se sacrifica con estos cambios". A su juicio, el género policial, a diferencia de otros, "es muy flexible y permite hacer al escritor lo que le dé la gana".
"En mi caso, no me constriñe en absoluto y me ayuda mucho en mi relación con el lector, porque una vez, a partir del misterio y de diferentes interrogantes que se abren en la trama, el lector se mete en la Historia, se pueden transmitir todas las ideas y todas las metáforas que quieras", apostilló.
En este caso, se fija en un período muy conocido, y del que se puede hablar con sobreentendidos, en el que se formularon "unas normas del juego político que ya están consolidadas y que pocos cuestionan hoy", explicó. Es, asimismo, una narración, de ritmo trepidante y con momentos de humor hilarante, en el que las mentiras tienen su protagonismo.
"En la Nueva España -escribe en una de las páginas- la verdad ya no existe porque una legión de hombres silenciosos la ha emparedado detrás de un muro de cemento. Y al dejar de existir la verdad, también ha dejado de existir la mentira".
Rememoró Calvo que inició la escritura de El jardín colgante en el año 2011, uno de los más extraños de "nuestras vidas" con la mirada puesta en lo que estaba ocurriendo a su alrededor, con fenómenos contestatarios como los del movimiento de los indignados, que "pasaron -apunta- muy deprisa y sin apenas repercusión, si se tienen en cuenta los resultados electorales del pasado noviembre".
Este hecho le remite a una imagen que también aparece en la novela "como de alguien que despierta de un hechizo y que luego vuelve a dormirse". Sobre el proceso que ha seguido para documentarse, indica que recorrió la prensa de la época en un intento de poder representar hechos históricos.
Nacido en Barcelona en 1973, Calvo, además de escritor y periodista, es traductor literario y cuenta con varios premios como el Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón 2011. Debutó en 2001 con los relatos de Risas enlatadas y dos años más tarde publicó su primera novela, El dios reflectante. También es autor de Los ríos perdidos de Londres, Mundo maravilloso, Suomenlinna y Corona de flores.