Fue uno de los pocos pintores españoles de su generación que obtuvo reconocimiento internacional. A comienzos del siglo XX, justo cuando París crepita como centro de la cultura y las vanguardias europeas, Joaquín Sorolla (1863-1923), el valenciano despunta con lo mejor de su pintura. Son sus años de oro: recibe el gran premio de la Exposición Universal, expone en la galería de Georges Petit, uno de los principales divulgadores de los impresionistas; comienza su exposiciones en Berlín, Dusseldorf, Colonia, Londres, Nueva York, Boston, Chicago y San Luis. Su éxito en el extranjero apuntala su éxito en España. Una exposición reconstruye el éxito de esos años. Se trata de Sorolla, un pintor español en París, una muestra que finalmente llega a Madrid tras su paso por Munich y Giverny y que podrá verse desde el 24 de noviembre y hasta el 19 de marzo en la casa museo del artista, situada en pleno centro de Madrid.
Es la primera muestra internacional de estas dimensiones que acogerá la Casa Taller de Sorolla en Madrid
Coproducida junto con la Kunstalle de Munich y el Museo de los Impresionistas de Giverny , Sorolla, un pintor español en París llega a España luego tras recibir más de 350.000 espectadores tras su paso por Alemania y Francia ambos espacios. Comisariada por Blanca Pons-Sorolla (bisnieta del pintor) y María López Fernández, se trata de la primera muestra internacional de estas dimensiones que acogerá su Casa Taller. Se exhiben 66 pinturas a partir de las cuales se traza un recorrido por sus grandes hitos artísticos, desde sus primeros viajes a la capital francesa en 1885 hasta su traslado a Nueva York, ya como artista consagrado. La exposición es un mosaico de ese ascenso y permite al espectador comprender la consolidación personal y artística de un pintor cuya vida muchos ignoran.
Un Sorolla que pocos conocen
Nació en un hogar modesto de la ciudad de Valencia. Sus padres eran comerciantes de telas. Fallecieron ambos con una semana de diferencia en una epidemia de cólera cuando Joaquín Sorolla tenía apenas dos años. Él y su hermana crecieron en casa de su tío, un cerrajero de profesión, que intentó enseñarle el oficio. Sorolla sin embargo estudió Bellas Artes en Valencia. En los años siguientes decidió trasladarse a Madrid. En esa década tiene su gran encuentro con la obra Velázquez, en quien encuentra un tema de análisis y estudio. En ese tiempo presenta sus obras en los grandes certámenes internacionales, especialmente en las exposiciones de Berlín, Munich y Viena, en la Bienal de Venecia y, por supuesto, en el Salón de París. Durante aquellos años afina su técnica y temática. Pinta al aire libre. Construye un estilo que integra el paisaje y las escenas de la vida cotidiana y en el que la luz se erige como protagonista . Su carácter mediterráneo, colorido y brillante recibe una muy buena acogida en Europa. Su pintura tiene un carácter vibrante, suelto y vigoroso que le valdrá no pocos reconocimientos.
Su pintura tiene un carácter vibrante, suelto y vigoroso que le valdrá no pocos reconocimientos.
Su lugar de mayor impacto será la capital parisina. En 1893 recibe por primera vez un premio en el Salón de la Societé des Artistes con El beso de la reliquia, un cuadro que retrata una España atávica de sacristía. Dos años después, su imponente Regreso de la pesca es adquirido por el Estado francés para la pinacoteca del Palacio de Luxemburgo. En 1900 es la apoteosis: recibe el gran premio de la Exposición Universal, donde expone Triste herencia, un cuadro social y la explosión de luz que es Cosiendo las velas, que ha sido el cuadro estrella de la exposición tanto en los montajes de Munich como de Francia. Son los años de mayor reconocimiento. Celebra su primera exposición en solitario, con 450 obras, en la galería de Georges Petit, uno de los principales divulgadores de los impresionistas y se abre paso con exposiciones en Berlín, Dusseldorf, Colonia, Londres, Nueva York, Boston, Chicago y San Luis. Su éxito en el extranjero apuntala su éxito en España, donde el pintor se dedica a pintar retratos de personajes de la aristocracia, incluido al rey Alfonso XIII.
De las 66 obras que podrá ver el espectador, 35 pertenecen al Museo. Las demás pertenecen a colecciones particulares e instituciones culturales se deis países como Museo Ca'Pesaro, Venecia (Italia); Bellas Artes de Bilbao (Bilbao); Colección Bancaja y Diputación de Valencia (Valencia); Museo Carmen Thyssen (Málaga); Museo de Pau (Francia); Hispanic Society de Nueva York (EE.UU); Museo de Filadelfia (EE.UU); Museo de Bellas Artes de Cuba (Cuba).