El confinamiento tuvo un efecto positivo sobre los índices de lectura, que crecieron en España a lo largo de 2020. Esta es una de las principales conclusiones del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2020, cuyas principales cifras se dieron a conocer hace dos semanas. El estudio, elaborado para la FGEE, con el patrocinio de CEDRO y en colaboración con el Ministerio de Cultura y Deporte, muestra cómo la lectura y el libro han ayudado a buena parte de la población a sobrellevar un año complicado. Lo vivido desde marzo hasta hoy lo ha reconfigurado todo, incluido el consumo y la producción cultural.
Justo en un año en el que el sector perdió sus dos eventos más importantes en España: Sant Jordi y la Feria del Libro de Madrid, los grandes sellos buscan reconfigurar sus principales objetivos y sectores como distribuidores y librerías buscan recolocarse tras las medidas de confinamiento que condicionaron el desarrollo de los principales negocios. El 2020 puso freno a un proceso continuo de expansión y recuperación de industria editorial en España, que registró en 2019 su sexto año consecutivo de crecimiento. Según el avance del informe de Comercio Interior del Libro 2019, en el ejercicio previo a la pandemia de la covid-19, el sector mejoró sus cifras en un 2,4%, hasta los 2.420,64 millones de euros.
La industria del libro constituye el primer sector cultural del país por sus datos de facturación. Su tejido empresarial está formado, fundamentalmente, por pequeñas y medianas empresas, que son las que padecieron con más fuerza los efectos del parón. Según los principales portavoces de la industria, la paralización de la actividad como consecuencia de las medidas adoptadas para combatir la pandemia ha supondrían un descenso de la facturación del conjunto del sector del libro estimado inicialmente en unos mil millones de euros, 800 en el mercado interior del libro y 200 en el mercado exterior. Una vez analizada la situación vivida durante el primer semestre del año, la Federación de Cámaras del Libro (FEDECALI), considera que resulta más necesario que nunca que Gobierno y partidos políticos apuesten por un Pacto por el Libro y la Lectura. Si España quiere ser un estado cultural de verdad tiene que fijarse en Estados con políticas culturales activas. Los modelos son muy claros: Francia y Alemania.
Lector joven y urbanita
Aunque muchos tacharon las magnitudes del Barómetro de la lectura como exageradas, las principales cifras apuntan a un efecto menos pernicioso del que se esperaba de la pandemia. En concreto, los datos reflejan que, en 2020, el 68,8% de la población española leyó libros, lo cual supone un despegue de la tendencia con respecto a datos anteriores. De estos lectores reunidos , un 64% lo hizo por ocio, en su tiempo libre. El 23,1% leyó por trabajo o estudios, porcentaje que cae con respecto a 2019 (27,5%). Si bien el porcentaje total de españoles que leyó un libro en 2020 creció ligeramente (0,3 puntos), el barómetro refleja un incremento en el porcentaje de lectores en tiempo libre, que pasa del 62,2 en 2019 al 64%, y acumula una subida de siete puntos porcentuales en los últimos diez años.
Estas cifras sólo son claras si se comparan con las de años previos y podrían apuntar a un repunte concreto, no a la consolidación de una tendencia previa. Sólo falta revisar el histórico para comprobarlo. Los estudios elaborados por los editores en años anteriores demuestran el crecimiento de los lectores más jóvenes en los últimos cinco años hasta situarse en el 65,8% de la población, lo que supone un aumento de 2,8 puntos. Sin embargo, una cifra se ha mantenido desde hace cinco años: un 40,4% de los consultados estudio asegura no leer nunca o casi nunca, una estimación parecida a la que ha ofrecido el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) al registrar que un 39,4% de los españoles admitía no leer jamás.
El tramo con mayor población lectora es la comprendida entre los 14 y los 24 años (73,8% de población lectora en tiempo libre). A partir de los 25 años se produce una caída en los índices de lectura (64,2%). Se recupera entorno a los 35 años y vuelve a caer de forma significativa entre la población con edad superior a los 65 años (49,2% de la población). Cerca de un 85% de los que leen más asiduamente son universitarios. En todos los grupos de edad, entre las mujeres sigue habiendo un mayor porcentaje de lectura de libros en tiempo libre que entre los hombres.
¿Más librerías? ¿Más dinero público?
Si el porcentaje de lectores de libros ha crecido en 2020 también lo ha hecho el porcentaje de compradores. El 51,7% de la población compró un libro en este año. Esto representa 1,3 puntos con respecto a 2019. Si analizamos lo ocurrido desde 2010, el porcentaje de compradores de libros se ha incrementado en 11 puntos porcentuales. Un año más, el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros pone de manifiesto que las librerías son los lugares preferidos por los lectores para acceder a los libros.
La librería tradicional se mantiene como el principal canal de compra de libros no de texto. Un 71,1% de los compradores eligieron estos establecimientos para la adquisición de algún ejemplar. Le sigue Internet como canal de compra (incluidas las plataformas de las librerías), que fue elegido por el 38,4% de los compradores en alguna de sus adquisiciones. Entre la población con edades comprendidas entre 25 y 44 años, este porcentaje sube hasta el 49%.
Estas cifras explican la política de apoyos oficiales al sector. Después de tres años de prórrogas a las cuentas de Cristóbal Montoro, el Gobierno presentó en 2020 un borrador de las cuentas nacionales para su aprobación en el Congreso de los Diputados. En lo que a la partida destinada a Cultura respecta, la destinada a libros era una de las más altas de los últimos años: un 3,7% más, al pasar de 914 a los 948 millones de euros. Si a eso se suman los 200 millones de fondos europeos extraordinarios que se destinarán a esta área, el incremento es del 25,6%.
En el proyecto de presupuestos de 2021 la partida más alta corresponde a los programas de Promoción y cooperación cultural y de Promoción del libro y publicaciones culturales, que aumenta un 190 y un 64%, las cifras más altas del conjunto con respecto a los epígrafes de Música y danza, Teatro, Cinematografía, Museos y de Exposiciones, que tienen una dotación conjunta de 163 millones de euros. A pesar del aumento previsto para 2021, la financiación para la cultura representa solo un 0,3% de los Presupuestos Generales del Estado, a pesar de que la industria cultural española genera el 3,2% del Producto Interior Bruto (PIB), según el Anuario de Estadísticas Culturales 2019 publicado por el Ministerio de Cultura y Deporte.