No es una novela con sexo, sino una novela de sexo. A algunos les ha dado por llamarle el libro del "porno para mamás" o la normalización del sadomasoquismo. Lo que sí es cierto es que Cincuenta sombras se ha convertido en un superventas al mejor estilo de los vampiros de Stephanie Meyer, sólo que algo más subido de tono, pero no necesariamente mejor escrito.
En sus dos primeras semanas de venta en España la novela de la ejecutiva de televisión británica E. L. James vendió 38.000 ejemplares, escalando holgadamente al primer puesto de superventas y colocándose en línea con su recepción internacional: más de 20 millones de libros de la trilogía vendidos en un tiempo récord.
La que ya se ha convertido en la novela del verano -aunque sus lectores suelen ser mujeres de más de 30 años- trata de las relaciones (casi exclusivamente sexuales) entre Anastasia Steele, una joven estudiante de literatura, de 21 años, virgen, y Christian Grey, un apuesto y multimillonario empresario de 27 años, aficionado al sexo poco convencional. Ella le firma un contrato de sumisión y él la inicia en los placeres del sadomaso, con ataduras y azotes incluidos.
La trilogía se encuentra conformada por Cincuenta sombras de Grey, que narra el inicio del encuentro entre Anastasia Steele y Christian Grey; a ése sigue Cincuenta sombras más oscuras, que se centra en el conflicto que atraviesa Steele sobre si continuar o no su relación con Christian Grey o no, y Cincuenta sombras liberadas supone la etapa más comprometida de una relación que comenzó siendo sólo sexo.