¿Qué habría pasado si Lady Jane Grey, la joven reina que solo estuvo nueve días en el trono antes de ser decapitada, hubiera sobrevivido? Imagina un mundo donde Jane escapó a su trágico destino y su vida y la de Inglaterra tomó un rumbo diferente. Esta es la premisa con la que arranca 'My Lady Jane', la serie de Amazon Prime que está siendo todo un éxito durante este verano. Como anuncia el propio tráiler de la serie la joven "podría haber sido la líder que Inglaterra necesitaba. En cambio, la historia la recuerda como la última damisela en apuros. ¡Al diablo con eso!"
Basada en las novelas de éxito de Brodu Ashton, Cynthia Hand y Jodi Meadows, la ficción mezcla parte de la historia real de Lady Jane Grey, un relato trágico y complejo que involucra intrigas políticas, luchas religiosas, y la ambición de las élites inglesas durante el siglo XVI, con algunas licencias creativas y de ciencia ficción.
¿Quién fue Lady Jane Grey?
Lady Jane Grey, también conocida como Juana Grey, nació en octubre de 1537 en una familia noble con vínculos cercanos a la monarquía. Era la hija mayor de Henry Grey, marqués de Dorset (luego duque de Suffolk), y Frances Brandon, quien era la sobrina de Enrique VIII. A través de su madre, Jane tenía un reclamo legítimo al trono ya que su abuela, María Tudor, era la hermana del rey.
Para entender la importancia de la figura histórica de Jane Grey hay que tener en cuenta el contexto histórico que se vivía en Inglaterra durante esos años. A mediados del siglo XVI, el país estaba profundamente dividido por cuestiones religiosas. Después de la Reforma, iniciada por Enrique VIII, Inglaterra se encontraba en una encrucijada entre el protestantismo y el catolicismo. Cuando el joven rey Eduardo VI, un ferviente protestante, cayó gravemente enfermo de tuberculosis en 1553, surgieron temores sobre el futuro religioso de Inglaterra. Eduardo temía que su hermanastra María, una devota católica, revirtiera las reformas protestantes si ascendía al trono.
Por ello John Dudley, duque de Northumberland y principal consejero de Eduardo VI vio en Jane, prima lejana del monarca, una oportunidad para mantener el poder y preservar la fe protestante en el país. A través de maniobras políticas, convenció al enfermo rey de nombrar a Jane como su sucesora, argumentando que María e Isabel (la otra hermana de Eduardo) eran hijas ilegítimas de su padre Enrique VIII, conocido por su turbulenta vida amorosa ya que se casó seis veces para buscar a un heredero varón.
Para entender el contexto de la línea de sucesión al trono hay que tener en cuenta que María I era la hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, este fue el primer matrimonio del rey y fue anulado porque no se consideró a María como heredera legítima. Por su parte, Isabel fue fruto de su relación con Ana Bolena, a la que decapitó bajo acusaciones de infidelidad y traición.
El breve reinado de Jane Grey
El 6 de julio de 1553 Eduardo VI falleció, y el 10 de julio Jane fue proclamada reina de Inglaterra, a pesar de que muchos la consideraban una usurpadora. Su reinado tan solo duró del 10 al 19 de julio de 1553. Esto hizo que la joven Tudor pasará a la historia con el sobrenombre de 'la reina de los nueve días'.
Cuando ascendió al trono el apoyo popular y político se inclinó rápidamente hacia María Tudor, quien contaba con un fuerte respaldo entre la nobleza y el pueblo. María reclamó la corona y, tras reunir un ejército, se dirigió hacia Londres. El 19 de julio de 1553 Jane fue depuesta.
Tras esto, la joven fue encarcelada en la Torre de Londres. Inicialmente, María Tudor mostró cierta indulgencia hacia Jane, viendo en ella a una joven manipulada por la ambición de otros. Sin embargo, la situación cambió cuando Thomas Wyatt lideró una rebelión en 1554 contra María, intentando colocar nuevamente a Jane en el trono. Aunque Jane no tuvo participación en la revuelta, María I decidió que la ejecución de Jane era necesaria para asegurar su reinado.
El 12 de febrero de 1554, Lady Jane Grey fue ejecutada en la Torre de Londres.