Fue una rueda de prensa incómoda. Ni la ganadora del 62 Premio Planeta de Novela, Clara Sánchez, por su obra El cielo ha vuelto, ni Ángelez González Sinde, finalista por El buen hijo, han llegado a explicar por completo de qué trataba cada una de sus historias. Un rumor de desaprobación y suspicacia recorrió la rueda de prensa inmediata al anuncio del galardón al escuchar como premiada con la mención finalista de uno de los premios económicamente mejor dotados de la literatura en español el nombre de cineasta, guionista y ex ministra de cultura de José Luis Rodríguez Zapatero, Ángeles González Sinde -ocupó ese cargo entre 2009 y 2011-, quien concedió ayudas al sector editorial y a las bibliotecas e impulsó, además, una ley contra las descargas ilegales -tema que copó la rueda de prensa preparatoria y en el que José Manuel Lara hizo especial énfasis-.
Al ser preguntada por los dos años de incompatibilidad -todavía no cumplidos- entre sus intereses como ex ministra de cultura y el recibimiento del título de finalista del 62 Premio Planeta -dotado con 150.000 euros-, Ángeles González Sinde ofreció anoche por respuesta a los periodistas un gesto quedo, un silencio vago, un insistente mesarse los cabellos a la vez que respondía: "No veo ninguna incompatibilidad. La Ley lo permite (...)". Sobre las supicacias que esto pudiese levantar, dijo: "Las mismas suspicacias que se tuvieron cuando pasé del guión a la política ahora la tienen con que escriba, que es mi oficio. Ahora quiero probar otros géneros, al margen del audiovisual y la novela infantil. Cada quien puede reinventarse, como en efecto lo hace el protagonista de la novela", dijo, refiriéndose al protagonista de El buen hijo, una historia que, dice, se le "impuso" en estos últimos dos años. Hasta ahora, el único ministro de Cultura que ha recibido el premio Planeta fue Jorge Semprún, en 1977, por Autobiografía de Federico Sánchez, 11 años antes de llegar al Ministerio. “He venido muchas veces a esta cena y siempre quería volver, pero a improvisar discursos como escritora premiada. Me he esforzado mucho por llegar hasta aquí”, dijo la exministra.
"Las mismas suspicacias que se tuvieron cuando pasé del guión a la política ahora la tienen con que escriba, que es mi oficio"
Tras aludir a que había hecho literatura infantil y que había trabajo en guión cinematográfico -"ya sé que a los guionistas no nos consideran buenos escritores", dijo-, Sinde hizo lo posible por no contestar a las preguntas de los periodistas sobre el evidente conflicto de intereses entre las medidas puestas en marcha como ministra -muchas de ellas orientadas a la industria editorial- y el reconocimiento concedido por Grupo Planeta. El asunto llegó hasta tal punto que, después de las preguntas al respecto hechas por Vozpópuli y eldiario.es, Carlos Crehuedas, director de relaciones externas del Planeta, pidió -en ese al El Confidencial, tercer medio que hizo la misma pregunta- que se atuviese a la temática de las novelas e invitó a Sinde a no contestar.
El 62 Premio Planeta estuvo precedido este lunes 14 por una rueda de prensa en la que el presidente del Grupo Paneta, José Manuel Lara, fue especialmente enfático sobre la necesidad de luchar y avanzar en temas de protección de la propiedad intelectual, área en la que -no sin polémica- Ángeles González Sinde se aplicó con una legislación cuyo reglamento fue finalmente aprobado y puesto en marcha por los populares nada más llegar al Gobierno,dando origen a la Ley Sinde-Wert. Al hablar del origen de este libro con el que se ha alzado como finalista, Sinde explicó que lleva trabajándolo mucho tiempo y que lo retomó al dejar el Gobierno. “Necesitaba tiempo de silencio y soledad, que es lo que se necesita para la escritura de una novela”.
En una versión tampoco muy entusiasta, la ganadora, Clara Sánchez, ha hablado de su novela, El cielo ha vuelto, como una novela sobre la desconfianza.
En una versión tampoco muy entusiasta, la ganadora, Clara Sánchez, ha hablado de su novela, El cielo ha vuelto, como una novela sobre la desconfianza. En ella cuenta la historia de una modelo de éxito que descubre cómo la oscura predicción que le hizo una vidente tiempo atrás se convierte en realidad: alguien desea su muerte y le está haciendo la vida imposible. El libro desarrolla la idea, según su autora, de "hacia dónde nos pueden llevar las personas en un momento de debilidad como este". Para reforzar la noción de la vulnerabilidad y de los mecanismos psicológicos de las personas sometidas a presión, Sánchez ilustró: "No sabes adónde te puede llevar la gente, ni siquiera el cajero de tu banco". Al ser interrogada sobre más detalles de la trama del libro, la novelista sugirió que, lo mejor, sería leer la historia. "No quiero decir más nada", zanjó.
Acerca de la elección del tema -una modelo en el mundo de las apariencias- Clara Sánchez adujo que este surgió "mientras miraba una revista, en la peluquería". "Quise retratar una novela de personajes como estos, sin voz, como Kate Moss. La hemos visto miles de veces pero no sabemos cómo piensa ni qué siente", dijo Clara Sánchez, ganadora de esta edición del Planeta 2013 y escritora galardonada con el los Premios Alfaguara en el año 2000 y el Nadal en 2010.
La carrera literaria de Sánchez incluye también El palacio varado (1993), Desde el mirador (1996), El misterio de todos los días (1999), Últimas noticias del paraíso -por la que recibió el Premio Alfaguara de Novela 2000- Un millón de luces (2004), Presentimientos (2008) y Lo que esconde tu nombre. Obtuvo en 2010 el Premio Nadal de Novela, galardón que la consolidó comercialmente.
El independentismo, un rumor entre plato y plato
Ya el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, había calentado los motores el día anterior en una rueda de prensa marcada por el rumor de fondo de la tensión que genera el tema del independentismo. La ceremonia de entrega del premio, que se celebró en Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, contó con la presencia del presidente de la Generalitat Artur Mas y el Secretario de Estado para la Cultura, José María Lassalle. El cartel político no pudo ser más cordial.
En un momento en que el sector editorial se ha contraído 20%, las opciones apuntan a vender. No es de extrañar entonces que el doblete femenino.
El literario, sin embargo, no dio tampoco mucho más de sí. Sánchez, autora de una obra continuada -y premiada- pero poco contundente -para algunos que ven en la suya una escritura demasiado ligera- confirma así las directrices dadas por el jurado y según las cuales, este año, un grupo de manuscritos obedecían a una escritura femenina y de temática intimista. En un momento en que el sector editorial se ha contraído 20%, las opciones apuntan a vender. No es de extrañar entonces que el doblete femenino tenga una razón: en España quienes más leen son las mujeres (un 64%) de entre los 25 y los 54 años.
62 ediciones y superventas navideño
El de este año fue un Planeta para el que sonó como candidato hasta el defensa central del Real Madrid, Sergio Ramos, chascarrillo de última hora que periodistas e interesados comenzaron a intercambiarse entre risas. Y es que la suspicacia sobre un premio que la mayoría considera concedido de antemano forma parte del deporte especulativo que rodea el veredicto del jurado.
Cierto o no, el Planeta es uno de los premios más codiciados por los escritores y –por supuesto- por sus editores. Su dotación para el ganador asciende a 601.000 euros –el finalista recibe 150.250 euros-, lo que le convierte en el premio literario en castellano mejor dotado. El asunto, claro, no termina ahí. Envuelto en una potente operación de marketing, el ganador se convierte no sólo en el superventas del invierno, sino que se coloca –o es lo deseable- entre los más vendidos del curso. El año pasado, con Lorenzo Silva y Mara Torres, se alcanzaron los 40 millones de ejemplares vendidos.
Y a juzgar por la convocatoria, las cifras apuntan a que el premio, organizado desde 1952, sigue teniendo peso. Para la edición de este 2013, la Editorial Planeta recibió un total de 478 novelas candidatas. La procedencia de los manuscritos –lo han señalado los propios organizadores- fue más variada que en otras ocasiones y aunque la gran mayoría procedía en su mayoría de España, un total de 64 obras fueron enviadas desde Sudamérica, 33 desde los Estados Unidos y Canadá, y más de una veintena desde alguno de los países europeos.