La noticia estalló con la fuerza de un bombazo. Diez trabajadores de la revista satírica Charlie Hebdo -incluido el director- y dos policías murieron el 7 de enero después de que dos hombres armados con kalashnikovs irrumpiesen en las oficinas del semanario en París. La publicación de unas caricaturas de Mahoma fue el motivo. Dentro del estupor general hubo, claro, disidencias; unas mejor explicadas que otras, pero disidencias al fin y al cabo.
Algunos, guiados por su desacuerdo con el tono satírico de Charlie Hebdo, parecían quitarle hierro a lo esencial: aquello fue un asesinato. Otros, aturdidos por la desinformación o la ignorancia, se estamparon contra el eco de su propia estulticia. En aquellos días donde todo resultaba demasiado cercano y acaso aturdidos, fue posible escuchar y leer las opiniones más diversas sobre este tema , la mayoría magníficamente escritas : desde Salman Rushdie hasta David Brooks, de The New York Times, quien demostró que para ser crítico –real y acertadamente crítico- hay que sujetarse fuertemente de la barandilla. En esta jabonosa escalera, cualquiera puede pegarse un resbalón… y de los buenos.
1.Prada y las blasfemias sabatinas
El escritor y columnista Juan Manuel de Prada se ha desmarcado, casi siempre, gracias a sus opiniones sobre determinados temas. No sorprende que sea polémico, tampoco que embista o arremeta; ni que sea conservador o, acaso, demasiado conservador. Lo que parece extraño es que su columna en el diario ABC del sábado pasado se valiera del desacuerdo ideológico o religioso como pie de entrada a una crítica que sonó a justificación. Podía estar o no de acuerdo Prada en los matices del eslogan Je suis Charlie. La elocuencia de la frase –y la contundencia de los hechos- dejaba más que claro que la protesta iba más allá de la línea editorial : una decena de periodistas asesinados a tiros parecía la prueba incontestable de ello. Sin embargo, el columnista cogió el asunto con las pinzas más resbaladizas y se fue por las ramas espinosas de las creencias. “Llegados a la culminación del dislate, hemos escuchado defender un sedicente derecho a la blasfemia”, escribió.
2. Willy Toledo… “no sabía que existía la revista francesa”
Según el actor español Willy Toledo en Cuba hay elecciones democráticas, Venezuela es un gobierno tolerante y una conspiración capitalista es la causa de todo cuanto ocurre en el mundo. Esta vez, Toledo fue un paso más allá, batió su propio record. Nada más ocurrir el asalto al semanario, aseguró que el vídeo en el que se veía a uno de los terroristas disparando a un policía en el suelo "no es ni más ni menos que un burdo montaje". Tratando de enderezar el entuerto -porque en efecto, no era un montaje-, cayó en el farragoso territorio de las justificaciones. "El Pentágono y la OTAN bombardean y destruyen países enteros, asesinan a millones, cada día ¿De verdad esperamos que no hagan nada?". La perla final, la engarzó Toledo con enjundia, al admitir que él, en realidad, no conocía el semanario Charlie Hedbo. ¿Habría sido conveniente, acaso, tener algo de información sobre el particular?
3. El Financial Times … y su polémico editorial
Tony Barber, editor de Financial Times Europe, escribió un polémico editorial sobre el ataque a Charlie Hebdo cuyo alegato tenía un tufillo a justificación, o al menos así lo interpretaron muchos lectores. "Sería útil utilizar algo el sentido común en publicaciones como Charlie Hebdo o el danes Jyllands-Posten que pretenden defender la libertad cuando provocan a los musulmanes, pero eso es estúpido". Más de 500 comentarios criticaron el artículo Tony Barber. Algunos de los usuarios señalaban que se trataba de un texto "vergonzoso", de "mala educación o simplemente: "pésimo". A la luz de lo que opina Barber, en una sociedad liberal, eso de la libertad de expresión es… ¿anecdótico?
4. Algunos me están diciendo de todo
El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, utilizó también su cuenta en Twitter para pronunciarse sobre el atentado yihadista contra la redacción de Charlie Hebdo. En su mensaje, el político vinculó el terrorismo islamista con la política de inmigración de la Unión Europea, la cual debía restringir –a su juicio- la entrada y la circulación de algunas personas. Y aunque, como el resto de los aludidos, intentó matizar. El asunto fue a peor.
5. “Dios. Con París no. Vuelvan a NY”
En Argentina, la presentadora y periodista Connie Ansaldi dedicó un desafortunado tweet al ataque terrorista a la revista Charlie Hebdo: “Dios. Con París no. Vuelvan a NY”, escribió en su cuenta de Twitter. Pero no fue el único caso. Florencia Saintout, decana de la facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, escribió en su cuenta que "los crímenes jamás tienen justificaciones pero sí tienen contextos". Acaso porque aquello parecía una justificación en toda regla, Saintout obtuvo respuestas de todo tipo: "Tipos como Videla te aplaudirían por escribir eso" o "Exacto, es el nuevo algo habrán hecho".