Madrid ha comenzado a decir adiós esta noche de Joan Manuel Serrat en el primero de los tres conciertos que dará el artista dentro de su última gira, un público cómplice que en pie ha ovacionado al "Nano", quien se despide "con alegría" de los escenarios tras una carrera "plena".
"Cuán lejos parecía este día cuando empecé la gira en abril pero, como dijo Tarradellas, ¡Ya soms aquí!", dijo Serrat a los miles de seguidores que abarrotaban el Wizink Center de Madrid: “Me despido de ustedes, de una ciudad que tanto amor me ha dado y tanta complicidad he sentido.”
El artista catalán inauguró la gira "El vicio de cantar. Serrat 1965-2022" el 27 de abril en el Beacon Theatre de Nueva York y la finalizará el próximo 23 de diciembre en el Palau de Sant Jordi de Barcelona, su tierra, donde dará el adiós definitivo. Estos meses ha ofrecido conciertos, además de en Estados Unidos, en República Dominicana, México, Colombia, Costa Rica y numerosas ciudades españolas.
En pie y con una gran ovación recibieron los madrileños al cantante, que comenzó el espectáculo con “Dale que dale”, del poeta Miguel Hernández. “Olvídense de nostalgias y melancolías, déjenlas a un costado y súbanse a la moto, que estamos a punto de arrancar”, pidió Serrat al inicio del concierto. Pero era difícil no ser nostálgico con la canción que interpretó a continuación: “Mi niñez”, a la que siguió "El carrusel del furo”, en la que habla de su abuelo, fusilado por los franquistas sin que su cuerpo se haya recuperado hasta la fecha, ha contado el cantante.
“Lucia”, “Señora” o "Algo personal" fueron otras de las famosas canciones que cantó el artista, aplaudido y vitoreado constantemente por el público, que ha disfrutado de una carrera "plena y divertida", en la que ha vivido cosas que no le hubieran pasado de haber sido profesor adjunto en ciudad de provincias.
Anécdotas e intimidades salpicaron el concierto de Serrat, que recordó también a Miguel Hernández, "un hombre sencillo y sensible que amaba por encima de todo la libertad y la vida y ambas cosas se las quitaron", poeta del que también cantó los versos de “Nanas de la cebolla” a los que puso música su buen amigo Alberto Cortez. Y a esa melodía le siguió “Para la libertad”, que volvió a poner en pie al público.
En un tono más festivo interpretó “No hago otra cosa que pensar en ti”, canción que interrumpió para preguntarse "¿qué es una canción?. Alexa, qué es una canción?" y recordar con gratitud a todos los cancioneros y canciones que se le han pegado en todos estos años "a la entretela del alma".
“Tu nombre me sabe a hierba” y “Hoy puede ser un gran día“ fueron otras de las canciones más aplaudidas, de Serrat, que hizo una llamada de atención sobre el cambio climático y la necesidad de cambiar el comportamiento para salvar el "planeta enfermo". Y criticó a los que tienen la posibilidad de "hacer más cortos los plazos pero siguen ocupados en amasar dinero", para cantar después “Pare”.
Dos horas después de comenzar el concierto interpretó su melodía por excelencia “Mediterráneo" y, posteriormente, se dirigió al público para cantar la emotiva "Esas pequeñas cosas" y emocionar a los asistentes con Antonio Machado y "Caminante no hay camino".
"Estaba convencido de que este concierto sería maravilloso", dijo, que aseguró que estaría cantando en el escenario "hasta echar el bocio", para cantar a continuación otros clásicos como "Penélope" y poner punto final con "Fiesta".
Tras la cita de la pasada noche, le quedan por delante solo 6 conciertos: dos más en Madrid (13 y 14 de diciembre), el del próximo día 10 en Andorra la Vella y los tres últimos el 20, 22 y 23 de diciembre en Barcelona.
Mazarino
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