Da nombre a un país y no hay ciudad en Sudámerica que no lleve su nombre. Dos siglos después de su muerte, Simón Bolívar sigue siendo un mito nacional para la región. El epíteto de ‘Libertador’ tiene acarreada una profunda carga ideológica que indica su posición en lo más alto de los panteones nacionales sudamericanos. Los relatos nacionales se conformaron en base a las diferentes rupturas con España, que desde el primer cuarto del siglo XIX fueron desgajando los propiedades coloniales españolas en América, y Bolívar aparece en ellos como el principal héroe.

Bolívar era hijo de una rica familia criolla venezolana y se educó en un ambiente ilustrado. Nacido en 1783, creció con el espíritu de las revoluciones liberales que en menos de 20 años habían cortado la cabeza al representante de una de las principales monarquías europeas y transformado Francia en una república. La misma fuerza con la que unos kilómetros al norte de Venezuela, una serie de colonias se habían agrupado y habían logrado independizarse de la principal potencia mundial y señora de los mares. 

Dentro de esta educación liberal, en sus escritos y pensamiento siempre destacó Montesquieu como principal referente. Y es está mezcla del pensamiento de la Ilustración con los ejemplos franceses y estadounidenses la que conforma su proyecto político, crear unos Estados Unidos de Hispanoamérica. 

"Un solo gobierno"

En uno de los escritos políticos más relevantes, la Carta de Jamaica (1815), Bolívar expuso su idea de crear una gran confederación de repúblicas unidas: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación... Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse”, señalaba el político. Y recalcaba que su principal anhelo era “más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.

Antes de iniciar las revoluciones americanas, Bolívar había viajado por Europa y había visitado Francia, Reino Unido y España, y cuando volvió a Caracas en 1807 era un claro partidario de romper con España, muy inspirado por la figura de Francisco Miranda.

El proyecto bolivariano según el historiador venezolano Germán Carrera Damas se estructura en tres niveles: primero “independencia”, seguida de una “integración” multiterritorial para salir de la estrechez provincialista y lograr una ecuanimidad continental que condujese a un nuevo “orden constitucional”.

Bolívar fue responsable directo de varias de las emancipaciones y líder de de la Gran Colombia que unió a los antiguas  Virreinato de la Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela, la Real Audiencia de Quito y el Gobierno de Guayaquil. Este estado con un gobierno centralizado fue conformado en el congreso de Angostura de 1819 y ratificado en el Congreso de Colombia dos años después en el que se creó su constitución.

Pero el sueño de Bolívar se enfrentó a la compleja realidad sociopolítica, y las diferencias regionales e ideológicas en torno a la federación, y el proyecto bolivariano de la Gran Colombia cayó con una década de vida. Durante sus últimos años, el militar trató de mantener su proyecto y en 1828  impuso un fuerte gobierno central y una presidencia vitalicia con plenos poderes. El Libertador se había convertido en un dictador.

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