Soledad Puértolas fue la quinta mujer en ocupar un sillón en la Real Academia Española desde la fundación de la institución en 1713. A ella le correspondió en 2010. Lo hizo con un discurso en el que reflexionó sobre los personajes secundarios del Quijote, un tema que le permitió retratar la complejidad del retrato que hizo Cervantes de una España que sigue vigente, a pesar de los más de cuatro siglos que han transcurrido desde su publicación.
Licenciada en Periodismo, la aragonesa comenzó a ser conocida como escritora a finales de los años setenta cuando ganó el Premio Sésamo por su primera novela, El bandido doblemente armado (1979). Diez años después de alzó con el Premio Planeta por Queda la noche (1989) y con el Premio Anagrama de Ensayo por La vida oculta (1993).
Su obra literaria y periodística es amplia. Entre sus libros más recientes se encuentran Historia de un abrigo (2005), Compañeras de viaje (2010), Mi amor en vano (2012), El fin (2015), Chicos y chicas (2016), Lúcida melancolía (2017) y Música de ópera (2019). En 2012 publicó una versión modernizada del clásico la Celestina.
Como parte de una institución que atiende el lenguaje, uno de los recursos más importantes con el que cuenta una sociedad, Soledad Puértolas analiza y comenta en esta conversación el peso que tienen las palabras y la trascendencia de su uso, justo en momentos como este. También reflexiona sobre qué tiene que decir en el presente una institución como la RAE con tres siglos de historia.
¿Qué importancia ha cobrado el lenguaje en este momento social y político? Se lo pregunto por el uso que se ha hecho de las palabras. Desde expresiones como desescalada hasta otras como nueva normalidad.
Cuando se produce una situación nueva, las palabras cobran un gran relieve. Queremos caracterizar lo mejor posible la situación. No es de extrañar que en estos momentos se hayan impuesto palabras nuevas.
¿Qué significado cree que tendrán de ahora en adelante determinadas palabras como enfermedad, virus o pandemia?
Cada ser humano tiene su propio historial de enfermedades. La historia de la humanidad incluye la historia de las enfermedades y de todo aquello que las causa. Deberíamos ser más conscientes de eso. Quizá esta pandemia nos empuje a reflexionar.
¿Cómo pensar la España que surge de este proceso? ¿Qué punto de vista ofrece la cultura, y en especial el lenguaje, para eso?
El lenguaje levanta acta de lo sucedido. Es especialmente relevante en momentos así, cuando algo inesperado irrumpe en la vida humana. En cuanto a la cultura, actúa como antena. Emite y recibe a la vez las ondas que se transmiten en el aire que y que cobran expresión cultural. Aún es pronto para conocer el impacto que la pandemia ha tenido en nuestras vidas, pero, sin duda, en algún momento, la cultura dará testimonio de ello.
Si pensáramos en un conjunto de palabras con las cuales describir a la España contemporánea. ¿Cuáles serían?
Desconcierto, miedo, desconfianza, vitalidad, deseos, teléfonos, pantallas.
En su discurso de ingreso a la RAE, en 2010, disertó sobre los personajes secundarios del Quijote, en especial los femeninos. Diez años después, ¿cuáles cree que son los secundarios cervantinos que mejor describen España?
Centré mi discurso en los personajes secundarios que de un modo u otro suponían para don Quijote unos aliados. Sin embargo, lamentablemente, los otros, los que se burlan de él, los que le desprecian y le utilizan para sus propios fines son más numerosos. La España que describe Cervantes tiene esa complejidad. En la actualidad, sucede lo mismo. Los personajes secundarios más visibles, los que hacen más ruido, no suelen ser los más interesantes. Pero, por fortuna, existen, también, los otros, los aliados.
Entiendo que la RAE teletrabaja desde la declaración del estado de alarma. ¿Cómo fue el proceso de reuniones de los académicos en el confinamiento?
Trabajar desde casa ha sido una buena iniciativa. Eso nos ha mantenido en contacto y pendientes de las palabras que definen la situación actual. Discutir sobre ellas y formular definiciones claras se lleva el mayor tiempo de nuestras reuniones.
La Cultura será fundamental de ahora en adelante, todavía más. ¿Cómo puede la RAE colaborar en ese proceso?
Estando presente en la vida de todos. Compartiendo sus dudas sobre las palabras. La RAE es un elemento más de nuestra sociedad y sabe que el lenguaje interesa a todos los hablantes.
¿Cree que la irrupción de la epidemia ha restado visibilidad al debate sobre el lenguaje inclusivo?
Sigue siendo una cuestión abierta, en evolución. No se pueden dar soluciones tajantes. El uso lo irá diciendo. No se trata de una cuestión aislada. Hay que tratarla como parte de un todo.