De entre 35.000 asistentes el viernes y otros 35.000 el sábado, uno de ellos tuvo una idea fatal. Se trató del joven natural de Madrid D. P. R., de 26 años, un habitual del populosísimo festival musical SOS 4.8. Una vez acabadas las actuaciones del primer día, más allá de las 6 de la mañana del sábado 4, el joven decidió lanzarse al río Segura desde el puente de la Fica, a escasos metros de la entrada del recinto. La corriente y el fango capturaron su cuerpo de tal forma que desapareció de la vista de sus amigos, siendo incapaz de salir a la superficie. Hicieron falta dos horas para hallarlo, ya sin vida, a unas decenas de metros del lugar donde había saltado. Una muerte en directo, evitable e inesperada como pocas, que sin embargo pasó desapercibida para la mayoría de festivaleros que a esas horas aún pululaban por los alrededores del auditorio Víctor Villegas y el recinto ferial murciano, donde se ha celebrado por sexto año consecutivo el festival de música independiente, SOS 4.8.
Este suceso en extrañísimas circunstancias se convirtió rápidamente en la comidilla de todos los asistentes al festival y de toda la ciudad, cuyos naturales no daban crédito de la verdadera capacidad depredadora de las aguas de un río que transcurre en apariencia apacible e inofensivo. En fallecidos, el SOS ha quedado empate a 1 este año con el otro masivo festival celebrado este fin de semana: el Viñarock en Villarrobledo (Albacete), donde otro joven de 25 años y también de Madrid cayó fulminado por una parada cardiorrespiratoria mientras presenciaba el concierto del grupo vallecano SKA-P.
Toque glamouroso
Pero esto pretendía ser una crónica musical y como tal continuará. El SOS ha logrado en su sexto año mejorar si cabe un poco más los números de sus anteriores ediciones. Un éxito de público arrollador, hasta el punto de que por momentos el tránsito era difícil entre tanta gente en el interior del recinto. Por no hablar de las virguerías que han tenido que hacer muchos asistentes para poder alojarse, bien fuera en Murcia capital (los más afortunados), pueblos y ciudades limítrofes (la mayoría). El precio es la clave para que tanta gente haya decidido pasarse este fin de semana por allí, pues los 40 euros de media que han pagado la mayoría por dos días de asistencia suponen una tercera o una cuarta parte mínimo de lo que puede costar alguno de los otros grandes festivales que le hacen competencia por estilo de música, como son el BBK Live en Bilbao (que este año traerá a Green Day y Depeche Mode), el Primavera Sound de Barcelona o el Festival Internacional de Benicasim.
Mientras un joven moría entre el fango del río Segura, otro sufría una parada cardiorrespiratoria mortal en el otro gran festival del fin de semana
Precios bajos y organización, puntos fuertes. El sonido resultó, sin embargo, decepcionante por momentos. Especialmente el viernes, día en el que los esperadísimos Bloc Party apenas sacaron partido de algunos de sus excelentes temas (la potente 'Banquet', por ejemplo) con un concierto algo soso. Tras ellos acudieron a escena Crystal Fighters, un curiosísimo grupo londinense que ha recogido buena parte del folk euskaldun para fusionarlo con reggae, electrónica, funk y sonidos cogidos de la naturaleza. El resultado es fascinante, porque además los británicos interpretan canciones frenéticas como 'I love London' junto con preciosas baladas electrónicas como 'Plage', que aseguran tanto los momentos emotivos como los bailables. Tras cuatro años desde que lanzaron sus primeros sencillos, Crystal Fighters se han consolidado como un grupo referencia por su estilo y espíritu altermundista, pese a lo cual no tienen miedo de poner música al anuncio de un teléfono móvil de Sony.
French touch
Hablando de anuncios, hubo que esperar al sábado para escuchar en directo uno de los temas más esperados del fin de semana. Se trata de 'Midnight City', el gran hit de los franceses M83 que ha puesto banda sonora al excelente comercial del nuevo Renault Captur. M83 era la cabeza de cartel del sábado, a la mejor hora en el mejor escenario, y no defraudó por su espectáculo de temas épicos aderezados por fuegos artificiales y excelente iluminación. El grupo originario de Antibes ha bebido en parte de otros clásicos del pop electrónico francés como Air o Daft Punk, no tan somnífero como los primeros ni tan eléctrico como los segundos.
El broche final a la fiesta, para dos artistas galos plenamente electrónicos. Los primeros fueron Justice, parisinos que llevan años construyendo himnos gamberros como 'We are your friends' o 'Civilization' que, como no, también puso sonido a un anuncio de Adidas. En Murcia se limitaron a pinchar música, no a construirla, por lo que ver un directo suyo sigue siendo una asignatura pendiente en España. Por último, el francés de adopción Vitalic realizó un impecable live para dar a conocer los temas de su último disco, 'Rave Age', que lanzó en octubre y que le ha devuelto al estrellato como productor siete años después de su excelente disco 'OK Cowboy' que le convirtió en una estrella del firmamento electrónico.