Primero se aplazó la Feria del Libro de Madrid. Ahora se suspende Sant Jordi, la primera y más importante cita para la industria editorial, y que se celebra el 23 de abril, fecha señalada en ocasión del Día del Libro y que saca a la calle a miles de personas. La cita catalana es el reclamo editorial por excelencia y acaso el más visible en una ciudad que se vuelca en el libro.
Este martes, durante la tercera jornada de aislamiento tras la declaración del estado de alarma, el sector del libro catalán, en el cual participan libreros, editores, distribuidores y artes gráficas, ha acordado de suspender Sant Jordi y celebrar el Dia del Llibre "al margen del 23 de abril, antes de las vacaciones de verano con paradas y firmas de autores en la calle".
En el supuesto de que por Sant Jordi las autoridades sanitarias ya hubieran levantado la prohibición de abrir las librerías, la Cámara del Libro propone "celebrar un 23 de abril redimensionado y adaptado a las circunstancias de aquel momento, a pesar de que no sería posible organizarlo, como hasta ahora, con las paradas y firmas de libros en la calle".
Sant Jordi es un momento clave para la colocación de libros y novedades. Cataluña concentra casi la mitad del mercado editorial español: un 49%. Entre esta comunidad autónoma y Madrid se concentra el 92,9% de la facturación global. Es de sobra conocida la fuerza del libro en español que se asienta en Cataluña.
En Barcelona están concentradas 290 editoriales afiliadas a Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), entre ellas el Ggrupo Planeta, el primero en España y el sexto en todo el mundo y que agrupa más de cien sellos, 15.000 autores y vende un promedio 130 millones de libros cada año.
En 2019, el Gremio de Libreros de Cataluña la facturación del pasado Sant Jordi se incrementó un 0,6 % con respecto a 2018 hasta alcanzar los 22,16 millones de euros y los 1,64 millones de ejemplares vendidos. EL aplazamiento, o en tal caso su suspensión, es un golpe duro para un sector que ya vislumbra el tiempo de vacas flacas. Si la crisis de 2008 supuso pérdidas de hasta 40%, la crisis del Coronavirus tendrá repercusiones mucho más graves.
Una lista larga...
El pasado 4 de marzo, la Feria del Libro de Londres canceló su edición de 2020, que tendría lugar en el Centro de Convenciones Olympia, en West Kensington, del 12 al 14 de marzo. El asunto supuso un revés para cientos de editores, agentes literarios y autores, ya que es el evento editorial más grande del Reino Unido y centro neurálgico de venta de derechos. Reúne a visitantes provenientes de 135 países y 25.000 profesionales del sector editorial que asisten de manera habitual.
No fue la única cita del sector que sucumbe ante el control y prevención de la epidemia. La Feria del Libro Infantil de Bolonia, que debía abrir sus puertas en esa ciudad italiana el 30 de marzo, aplazó su apertura. A comienzos de semana, el Salón del Libro de París desconvocó su inauguración, prevista para el 20 de marzo, y justo el martes se canceló la Feria del Libro de Leipzig, en Alemania, un día después de la confirmación del primer caso de coronavirus en el estado federado de Sajonia.
La Feria del Libro de Buenos Aires y Bogotá también se suspendieron. Los destivales literarios dirigidos al gran público también. La primera Bienal de Literatura de Madrid, prevista del 26 al 29 de marzo también fue aplazada.