El aclamado tenor alemán Jonas Kaufmann, una de las estrellas del firmamento lírico actual, que debuta el próximo viernes en el Liceu en una obra operística, 'Andrea Chénier', ha afirmado este miércoles que le gusta tanto cantar que lo haría igualmente aunque no hubiera gente para escucharle.
En una larga rueda de prensa en la que no ha rehuido ninguna pregunta, ya fuera sobre la situación catalana o sobre la huelga feminista, ha indicado que está "muy contento" de poder formar parte de esta producción de 'Andrea Chénier' durante tres funciones junto a Sondra Radvanovsky y el malagueño Carlos Álvarez, bajo la dirección de David McVicar.
El tenor alemán también ha opinado sobre el conflicto catalán. Ha afirmado que, si Cataluña quedara aislada de Europa, "quizá su situación sería mucho peor que la que tiene actualmente" y ha abogado para que el conflicto se resuelva en una mesa de negociación y no "en la calle con fuerzas militares y policiales".
En una larga rueda de prensa en la que ha contestado todo tipo de preguntas, el aclamado cantante ha dejado claro que no conoce "en profundidad" la situación catalana y que su información es "parcial", pero es partidario de que, "antes de tomar decisiones tan a largo plazo, lo que hay que hacer es poner toda la información encima de una mesa".
Asimismo, ha dicho que ve un cierto paralelismo entre lo que está pasando en Cataluña con la votación de Gran Bretaña sobre el 'brexit', en la que "la gente no era muy consciente de las consecuencias de lo que votaban, tomando decisiones que no son una gran idea".
Hay muchas personas que están preocupadas para no encender el fuego que pueda llevar a destruir la idea de Europa y eso es lo que creo que ha provocado que lo ocurrido en Cataluña"
Por otra parte, considera que en Europa se está viviendo una época "compleja" con problemas como la "delicada" situación de Grecia, la cuestión de los refugiados o los "problemas políticos" en la Europa del Este.
A su juicio, "hay muchas personas que están preocupadas para no encender el fuego que pueda llevar a destruir la idea de Europa y eso es lo que creo que ha provocado que lo ocurrido en Cataluña, que es bastante local, se haya convertido en un conflicto mucho mayor".
Una profesión "egoísta"
Respecto a su profesión ha aseverado que "es bastante egoísta" y ha agregado que, si gusta a los demás, "es un extra, pero canto para mí, lo que también provoca que no me dé miedo el fracaso".
"A veces me preguntan qué pasaría si ahora fracasara y siempre digo que, si tuviera un agente que me obligara a cantar tal o cual cosa o a grabar tal o cual disco, sí podría tener miedo al fracaso, pero, si hago lo que creo que tengo que hacer y me continúan contratando, pienso que no me debo replantear esta filosofía", ha apuntado.
Respecto de la producción en la que participará en Barcelona los días 9, 12 y 15 de marzo, ha dicho que es "una ópera maravillosa" situada en la Revolución Francesa, "que sería imposible situar en cualquier otra época histórica, porque en el verismo es muy difícil explicar la historia de manera diferente, con la música adaptada y sintonizada para expresar las emociones de aquella situación".
Junto a unos compañeros de reparto que ha calificado de "exquisitos" y "fabulosos", no ha escondido que el rol de Andrea Chénier no es fácil, especialmente porque en este tipo de ópera, exponente del verismo, "se vierten muchísimas emociones, no solo la belleza y la ira, también la tristeza y la pasión, todo muy fuerte".
Ha intentado que no le "encasillaran en ninguna categoría, no hacer solo seis o siete roles, porque para mí eso es aburrido"
A su juicio, "debes estar en todo momento al 110 por cien, es un tipo de música que debes vivirla, disfrutarla, porque, si no, el verismo puede ser horrible. Es una música preciosa, que no funciona sin emociones: debes creer en ella, darlo todo, pero sin exagerar".
Sobre el hecho de que no haya actuado antes en una ópera en Barcelona o Madrid, ha señalado que se lo han pedido en varias ocasiones, pero antes de aterrizar en uno de estos dos cosos creía que tenía que actuar en los cinco o seis teatros "fundamentales" del mundo para cantantes de ópera y, "desgraciadamente", ha señalado, el Metropolitan de Nueva York, el Covent Garden, la ópera de Milán y las de París, Viena o Berlín "no son españolas".
Respecto a cómo vive su oficio y el éxito que tiene, ha dicho que siempre ha intentado que no le "encasillaran en ninguna categoría, no hacer solo seis o siete roles, porque para mí eso es aburrido". "Cantar siempre las mismas cosas complica tener nuevas ideas y la música es algo vivo y hay que crearla en cada momento", ha apostillado.
No hay "fórmula del éxito"
Además de la versatilidad, cree que hay que conseguir "que el público note toda la emoción que tú sientes", sin olvidar que hay que dormir bien, comer mejor y practicar ejercicio.
Por otra parte, ha negado tener una "fórmula para el éxito", más allá de tener claro que "primero tienes que conseguir llegar hasta la cumbre y después mantenerte allí arriba, lo que sólo se consigue trabajando y buscando la máxima calidad, cuestionándote constantemente. Cuando te paras y piensas que lo tienes todo estás llegando al principio del final".
Espera que le queden, al menos, quince años de "buena carrera" y ha dejado caer que espera "no ser el próximo Plácido Domingo".
Ante la ambigüedad de esta consideración, ha argumentado que es difícil prever qué ocurrirá dentro de veinte años, pero no se ve haciendo de barítono, como ocurre actualmente con Domingo.
Kaufmann ha recordado que el cantante español "dijo que sólo haría un papel de barítono y luego hubo otro y, seguramente, acabará cubriendo todo el repertorio de barítono; ahora, prácticamente, está haciendo una segunda carrera, con una gran capacidad".
La clave "es que todo el mundo tenga la misma remuneración para un mismo trabajo: cualquier otra cosa sería ridícula"
Demostrando en todo momento su proximidad -"no encuentro en qué me beneficiaría ser una mala persona", ha afirmado-, Kaufmann tampoco se ve ahora formando parte de un grupo como el de los Tres Tenores, pero "nunca se puede decir nunca".
Jonas Kaufmann ha respondido una última pregunta sobre la huelga feminista de este jueves precisando que "en el escenario no tenemos este problema, porque, si hay un papel de soprano, a quien contratan es a una mujer".
Fuera de este ámbito, considera que la clave "es que todo el mundo tenga la misma remuneración para un mismo trabajo: cualquier otra cosa sería ridícula".