Y así será hasta junio, cuando se publique Stockholm, primer disco en que Hynde ha aceptado figurar bajo su propio nombre. Grabado en la ciudad sueca, contará con diversas colaboraciones, las más llamativas las del imperecedero Neil Young y la de un inopinado John McEnroe, el mítico tenista que hace años hizo sus pinitos en el mundo del rock. De momento, tenemos un interesante adelanto en forma de vídeo con la canción Dark Sunglasses.
Pero la importancia de The Pretenders -y por tanto de Hynde- en el rock’n’roll y pop de principios de los años 80 está fuera de toda duda. Nacida en Estados Unidos, donde formó sus primeras bandas, emigró a Londres a mediados de los años 70, ejerció como crítica musical en la revista New Musical Express y trabajó en la tienda de ropa propiedad de Malcolm McLaren, futuro factótum de Sex Pistols. Por tanto, vivió de primera mano la explosión punk de finales de década, siendo amiga y colaboradora de bandas como The Clash y The Damned.
Despertando de un mal sueño
Finalmente se decidió a montar su propio grupo, acompañada de la guitarra de James Honeyman-Scott, el bajo de Pete Farndon y la batería de Martin Chambers, publicaron en 1980 su primer disco, Pretenders I. Sin lugar a dudas, puede considerarse uno de los mejores debuts de la historia, danzando entre un rock’n’roll de guitarras potentes, melodías puramente pop y actitud punk. La versión del tema de The Kinks Stop your sobbing o canciones como Brass in pocket les alzaron a los primeros puestos de las listas de ventas. Puestos que no abandonaron con la continuación, simplemente titulado Pretenders II y con canciones tan directas como Message of love.
Pero como si se estuvieran despertando de un mal sueño, en 1982 expulsaron al bajista Farndon por su adicción a las drogas, justo dos días antes de que fuera el propio Honeyman-Scott quien falleciera de un ataque al corazón provocado por el consumo de cocaína. Apenas un año después, Farndon moría por las mismas causas. Casi de la noche a la mañana, The Pretenders había quedado reducido a su mínima expresión, pero una vez rehecha la banda, aún lanzaron en el 84 el más que interesante Learning to crawl, con memorables temas como el inolvidable Back on the chain gang, y dos años después, Get Close, que contenía el éxito Don’t get me wrong.
Desde entonces, la carrera de Chrissie Hynde ha seguido de manera discontinua, con algunos parones para dedicarse al cuidado de sus hijos (estuvo casada con dos grandes estrellas: Ray Davies de The Kinks y Jim Kerr de Simple Minds). Siempre ha dado muestras de un fuerte carácter -que le ha hecho activista de causas como el vegetarianismo o los derechos de los animales- y que le ha llevado a participar en actos de contenido social y político. Pero siempre será una de las más insobornables figuras que dio la llamada Nueva Ola. Simplemente, una rockera.