El director de cine estadounidense Woody Allen se ha pronunciado sobre la polémica del beso de Luis Rubiales a la jugadora de de la selección española Jenni Hermoso durante la final del Mundial de fútbol femenino: "Es difícil imaginar que una persona pueda perder su trabajo por dar un beso en público", ha señalado el cineasta en una entrevista en el diario El Mundo.
El director que actualmente se encuentra presentando su última cinta Golpe de suerte, en el Festival de Venecia, ha señalado respecto a la polémica del beso: “Sobre el papel, pareció que fue el resultado del momento, que ante la emoción de la victoria, dos personas que se conocían se abrazaron y él le dio un beso a ella. Lo primero que pensé es que no se escondieron, ni la besó en un callejón oscuro. No la estaba violando, era sólo un beso y era una amiga. ¿Qué hay de malo en eso? En la primera información no sabíamos si la mujer se apartó y le dijo: «No hagas eso»"
En la misma entrevista, Allen ha continuando quitando hierro al asunto: “Si fue inapropiado o demasiado agresivo, hay que decirle claramente que no haga eso y que se disculpe. No es que haya asesinado a alguien. Pero lo suspendieron de su cargo y podría perderlo todo. En cualquier caso, me faltan datos [...]. Pero como ciudadano medio, estuvo mal, hizo algo incorrecto... pero no fue como si hubiera quemado un colegio”.
No es que haya asesinado a alguien. Pero lo suspendieron de su cargo y podría perderlo todo
Repreguntado por la posición de poder de Rubiales y la falta de consentimiento que declaró posteriormente Hermoso, el cineasta ha vuelto a rebajar la gravedad de la situación argumentando que se encontraban en un lugar público: “No la estaba besando en su despacho con la puerta cerrada ni nada parecido donde ella estuviera amenazada. Fue claramente a la vista de todos y ella no estaba en peligro. Pero claro, ella tiene todo el derecho a dejar claro que no quiere, y él tiene el deber de pedir disculpas y de asegurar que no lo volverá a hacer. Y hecho eso, seguir los dos adelante”, ha concluido en la citada entrevista.
Acusado de abusos
En el año 1992, Allen fue acusado de abusos sexuales a su hijastra Dylan Farrow, cuando esta era menor de edad. El director siempre ha negado dichas acusaciones y culpado a su expareja, la actriz Mia Farrow, de intoxicar a su hija durante el proceso de divorcio. Aunque el director nunca fue procesado por dichas acusaciones, desde el nacimiento del movimiento MeToo ha sido una de las personalidades más señaladas.
En enero de 2018, Dylan Farrow retomó sus denuncias en una entrevista concedida a la cadena CBS, y varias obras del cineasta fueron canceladas quedándose sin financiación para sacar adelante películas y con el rechazo de las editoriales estadounidenses de publicar sus memorias.