La okra, este vegetal cuyo nombre científico es Abelmoschus esculentus, no solo es un ingrediente versátil en la cocina, sino que también ofrece una serie de compuestos que han demostrado tener efectos antidiabéticos. Diversos estudios resaltan su capacidad para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los picos de azúcar después de las comidas.
Un aliado ancestral contra la hiperglucemia. La okra, conocida también como quimbombó, quingombó u ocra, es una planta fanerógama tropical de la familia de las malváceas, originaria de África. Su fruto comestible ha sido utilizado por diversas culturas a lo largo de la historia no solo como alimento, sino también por sus propiedades medicinales. En Turquía, por ejemplo, las semillas de okra se han usado tradicionalmente como remedio para la diabetes. Y es que la okra contiene dos elementos clave:
- Rhamnogalacturonan: este polisacárido, presente en la okra, se ha identificado como un potente compuesto antidiabético.
- Flavonoides: la okra contiene flavonoides como la isoquercitrina y la quercetina 3-O-gentiobiosida, que ayudan a reducir el azúcar en sangre al inhibir ciertas enzimas.
Estudios clínicos recientes han comenzado a explorar los efectos de la okra en pacientes con prediabetes y diabetes tipo 2. Una revisión sistemática y meta-análisis de ocho estudios clínicos, con un total de 331 pacientes, encontró que el tratamiento con okra redujo significativamente los niveles de glucosa en sangre en ayunas. Los resultados mostraron una diferencia media de -14.63 mg/dL en los niveles de glucosa en ayunas en comparación con el placebo.
Sin embargo, los estudios sobre los efectos de la okra en la hemoglobina glicosilada (HbA1c), un indicador del control glucémico a largo plazo, no mostraron resultados significativos. A pesar de esto, los investigadores sugieren que la okra puede ser un complemento dietético útil, especialmente en pacientes con prediabetes o diabetes tipo 2, debido a su potencial para regular la hiperglucemia.
Un superalimento con potencial terapéutico
La okra se ha mostrado prometedora en la reducción del azúcar en sangre gracias a su riqueza en polisacáridos y antioxidantes flavonoides. Su capacidad para estimular la síntesis de glucógeno hepático y la regeneración de los islotes pancreáticos podría aumentar la secreción de insulina y retrasar la absorción intestinal de glucosa. Además, su contenido en compuestos fenólicos podría mejorar la resistencia a la insulina y la función de las células β-pancreáticas al reducir el estrés oxidativo.
Aunque la evidencia actual se inclina a favor de su efecto positivo en la reducción del azúcar en sangre, se necesita más investigación para validar completamente su potencial terapéutico en humanos. Los estudios futuros deberían incluir ensayos clínicos a largo plazo con tamaños de muestra adecuados y una metodología rigurosa para examinar los efectos de la okra en diferentes parámetros del control glucémico.
Mientras tanto, incluir la okra en la dieta puede ser una forma natural y efectiva de ayudar a regular el azúcar en sangre. Su versatilidad en la cocina permite disfrutarla en diversas preparaciones, tanto cruda como cocida. Sin embargo, es importante recordar que una dieta equilibrada, combinada con actividad física y un control adecuado del peso, es esencial para optimizar el control del azúcar en sangre y prevenir enfermedades crónicas.