Reuniones familiares, cenas de empresa, salidas con amigos… las navidades son, sin duda, una época de festejos y excesos. Unos excesos que habitualmente derivan en la ya temida resaca que puede acompañarnos tras una noche de abuso de alcohol.
Según el Instituto sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, se denomina resaca “al conjunto de síntomas que ocurren como consecuencia de beber demasiado alcohol”. Según el organismo, los síntomas más característicos son “cansancio, debilidad, sed, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, dolor de estómago, vértigo, sensibilidad a la luz y al ruido, ansiedad, irritabilidad, sudor y presión arterial alta”.
Eso sí, estas manifestaciones pueden variar según la persona. Aunque estos síntomas suelen durar unas horas, 24 como máximo, a veces pueden durar más de lo esperado (llegando incluso a los tres días).
Los trucos más eficaces para combatir la resaca
Dejando las lamentaciones de lado, aliviar los síntomas de la resaca es el objetivo de muchos que, habitualmente, recurren para ello a los fármacos. Aunque no es la única solución. Para que estás navidades venzas los malestares ocasionados por los excesos, y teniendo claro que no existen las soluciones mágicas, te contamos algunos trucos caseros que te ayudaran a combatir la resaca.
Evita el café
Es probable que tras una noche de fiesta, lo primero que te apetezca a la mañana es tomar un café. Sin embargo, este es un gran error. Al tratarse de un estimulante, es probable que nos haga sentir mejor por unos momentos. Sin embargo, puede perjudicar la deshidratación causada por el consumo de alcohol. Además, algunos estudios apuntan a que la cafeína puede empeorar algunos síntomas como el dolor de cabeza y el aumento de la presión arterial. Y, probablemente, no sea lo que mejor siente a tu estómago.
Bebe mucha agua
Uno de los factores que contribuyen a la resaca es la deshidratación causada por el alcohol, por lo que para combatirla hay que volver a hidratar el cuerpo. Beber agua se convertirá en tu mejor aliado para acabar cuanto antes con los síntomas. También puedes optar por infusiones y bebidas isotónicas, que además aportarán un extra de minerales para recuperar el equilibrio.
Ni una gota de alcohol
Aunque parece una obviedad, son muchos los que creen que una de las maneras de acabar con la resaca, es añadiendo más alcohol al cuerpo. Al menos durante unos días, es mejor olvidarse de las bebidas alcohólicas para permitir al cuerpo recuperarse.
Toma vitamina C
Los alimentos ricos en vitamina C, como la naranja, el brócoli, las fresas o el pimiento rojo, se convertirán en tus mejores aliados para superar los síntomas. Además de ayudar al hígado a metabolizar el alcohol, sus propiedades antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres que se liberan cuando el organismo se está desintoxicando.
Haz algo de deporte
Puede parecerte una locura, y probablemente sea de las cosas que menos te apetezcan cuando sufres resaca resaca, pero hacer algo de ejercicio físico te ayudará a combatir los síntomas Así, activaremos la circulación haciendo que todas las partes del cuerpo reciban los nutrientes necesarios para funcionar bien. Eso sí, nada de deportes que requieran un gran esfuerzo físico, salir a andar o a entrenar moderadamente en el gimnasio es lo adecuado.
El descanso, tu gran aliado
Si cuando te levantas con resaca tu cuerpo solo te pide volver a meterte en la cama, es por algo. Además de las horas de sueño que le robamos para disfrutar de una fiesta, el cuerpo necesita reponerse y descansar para recuperarse tanto a nivel físico como interno.
Olvídate de la ‘comida basura’
Cuando estamos de resaca, lo que más apetece es la llamada ‘comida basura’ o ‘fast food’, alimentos grasos, ricos en sales y azúcares que el cuerpo metabolizará con dificultad en su estado. Además, estas comidas pueden empeorar la acidez y el malestar estomacal que produce el exceso de alcohol, y en el caso de los alimentos azucarados, pueden aumentar aún más los niveles de azúcar en sangre potenciando el desequilibrio metabólico que ya sufre nuestro organismo.