Una musculatura más fuerte nos ayuda mucho a nivel físico, hace que nos sintamos más enérgicos y evita muchas lesiones y enfermedades también relacionadas con el paso del tiempo. Pero es que además, unos músculos más potentes pueden también ayudarnos a vivir más felices y satisfechos con nosotros mismos. ¿Sabías que hay un músculo al que los orientales llaman el músculo del alma?
Mucho se ha escrito sobre la felicidad. Vivimos en un mundo donde a pesar de disfrutar cada vez más de una calidad de vida moderna, nos resulta difícil sentirnos satisfechos con nuestra existencia. Se han buscado razones y se ha propuesto una infinita cantidad de soluciones, y al final, numerosos estudios clínicos han presentado una inesperada realidad: cuanto más músculo tenemos, más felices somos.
Los últimos estudios científicos son unánimes: el bienestar psicológico está directamente vinculado a nuestro índice de masa muscular. Y es que siempre hemos sido conscientes de la importancia de una musculatura desarrollada como base de un estilo de vida saludable, pero nunca hemos tenido en cuenta su implicación en nuestra salud mental. Ahora la ciencia lo tiene claro: cuando desarrollamos musculatura, nos sentimos más felices y también menos ansiosos.
La felicidad y el ejercicio físico son similares en dos aspectos únicos: ambos refuerzan el sistema inmunológico y desencadenan la producción de endorfinas. Además, tanto el trabajo muscular como la felicidad conducen a una mayor producción de anticuerpos, la proteína especial producida por el sistema inmunitario y encargada de destruir cualquier antígeno, ya sean bacterias, virus o cualquier otro invasor indeseado, y se ha demostrado que el ejercicio físico es capaz de aumentarlo en un 300 por ciento.
Salud mental y musculatura
La autora Gretchen Reynolds, de las más leídas del New York Times, publicó un libro titulado 'Los primeros 20 minutos', en el que plantea que la clave para obtener el mayor nivel de felicidad y beneficios para la salud no está en convertirse en atleta profesional. Por el contrario, se necesitan únicamente 20 minutos para obtener la mayoría de estos beneficios. Y es que todos sabemos que el ejercicio nos ayuda a tener unos músculos tonificados y una mayor inmunidad para combatir la depresión.
Con tantos beneficios adicionales, no debería sorprender que las recientes investigaciones llevadas a cabo en Yale y Harvard muestren que estar en forma es, de hecho, una manera de ser más feliz, pero... ¿existe realmente un vínculo directo entre la musculatura o el ejercicio físico y la felicidad? La respuesta es un rotundo sí. Se ha demostrado que el ejercicio mejora los patrones de sueño, reduce la ansiedad y es responsable de la creación de nuevas células cerebrales en la parte del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria.
El músculo del alma
Como siempre recalcamos, a la hora de hacer ejercicio para sentirnos mejor, más enérgicos y con un estado de ánimo mejor, es importante ejercitar todo nuestro cuerpo y de varias maneras. Es recomendable practicar ejercicio varias veces a la semana e ir intercalando ejercicios más cardiovasculares con otros de fuerza. Pero hay un músculo al que debemos prestar atención y que muchas veces se nos pasa por alto: el psoas, al que se conoce también como el músculo del alma.
El psoas es un músculo muy grande que va desde la cara anterior de las lumbares hasta la pierna y es un potente flexor de la cadera y un rotador externo del fémur, que nos ayuda a estabilizar todo el cuerpo, ya que está relacionado con el equilibrio estructural, el rango de movimiento, la movilidad articular y funcionamiento de los órganos del abdomen. A esto debemos añadirle que este músculo conecta la columna vertebral (las cinco vértebras lumbares) con las piernas, por lo que es clave para caminar, poder estar de pie y levantar las piernas sin problemas.
¿Por qué le llaman el músculo del alma? Es un término que se ha adquirido de las culturas orientales, donde tiene su origen. Porque es un órgano de percepción con un componente muy importante emocional, ya que está compuesto por tejido bio-inteligente, que representa nada menos que nuestro sentimiento de supervivencia.
Es un mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones, ya que está conectado con el diafragma (músculo motor de la respiración) a través del tejido conectivo. Si se contrae por el estrés, nos dolerá la espalda. “Cuanto más flexible y fuerte esté el psoas, más podrá nuestra energía vital fluir a través de huesos, músculos y articulaciones”, explican desde la clínica Fisioterapia Xirgú.
Por eso, es bueno estirarlo siempre que hagamos ejercicio. Podemos hacerlo tumbados boca arriba y subiendo primero una rodilla hacia el pecho presionando con las manos para acercarla lo máximo que podamos. Luego repetimos con la otra pierna. También podemos flexionar un pierna llevando la rodilla por encima de la otra mientras estamos tumbados, rotar la cadera e intentar muy despacio y sin forzar que la rodilla toque el suelo.
Cómo se desarrolla la musculatura
¿Se precisan para ello largas horas levantando pesas en el gimnasio? Como todo en esta vida requiere tiempo y perseverancia, pero es importante que seamos conscientes de nuestros objetivos y capacidades y de que no es imprescindible ganar un músculo excesivo, que por otro lado es muy difícil de conseguir. Como normas generales, si queremos aumentar la masa muscular, la nutrición es clave, ya que deberíamos consumir más calorías de las que gastamos. Además, tenemos que ir aumentando las cargas, las repeticiones y las series y también es bueno llevar un planning en el que sepamos el entrenamiento que nos corresponde cada día respetando también los días de descanso.
Además, existen técnicas que favorecen la generación de la musculatura, como el concepto de Musculación Estética, creado por la empresa española Wonder Medical. “Quienes nos dedicamos a la creación de músculo siempre supimos que la depresión se reduce apenas comienzas a desarrollar tu cuerpo y aumentar la fuerza. Lo interpretamos como un incremento de la autoconfianza, que es imprescindible no solo para los deportistas de élite, sino para cualquier persona”, nos explica Alexander Pérez, ingeniero y fundador de ese concepto cuya tecnología ofrece una combinación de emisiones electromagnéticas y neuromusculares que trabajan simultáneamente sobre los seis principales grupos musculares.