Con el confinamiento a causa del coronavirus cada uno de nosotros hemos engordado, de media, unos cuatro kilos. Las largas horas parados, la ansiedad, el aburrimiento y la falta de ejercicio nos han hecho ganar unos kilitos.
Esta grasa 'de más' puede sentar bien a unos, pero muy mal a los que ya tenían sobrepeso, y en España son muchos. Según datos del Ministerio de Sanidad, uno de cada dos adultos (53%) presenta un peso superior a lo recomendable. En el ranking de 13 países (todos europeos) presentados en el informe, España ocupa la sexta posición en prevalencia de obesidad y sobrepeso.
Todo esto, además de acarrear numerosos problemas de salud, puede perjudicar a las personas con kilos de más en el trabajo.
Si has engordado mucho pueden "discriminarte" en el trabajo
Con la desescalada, las ciudades y las empresas recuperan su actividad. Esto es, volveremos a salir a la calle, a reencontrarnos con amigos y familiares y también con los compañeros de trabajos y jefes. Y si hemos engordado demasiado podemos ser discriminados en el puesto de trabajo.
Así lo asegura el Dr. Gontrand López-Nava, director de la Unidad de Endoscopia Bariátrica del Hospital Universitario HM Sanchinarro de Madrid, dedicada al tratamiento de la obesidad y el sobrepeso: "En el puesto de trabajo la imagen de la persona es importante. Pesar más de 10 kilos de lo que sería su peso normal está creando en el trabajador un estigma social que perjudica sus relaciones laborales y su carrera profesional”.
“Por ejemplo, los jefes verbalizan exteriormente sus muchas bajas en la empresa, según afirman los pacientes. En general, las personas obesas superan un mes de baja al año como consecuencia de que deben llevar a cabo más pruebas diagnósticas relacionadas con dolores de espalda y musculares, apnea, colesterol, hipertensión, pruebas radiológicas, TACs, páncreas, vesícula o riñones, etc.; además de pedir permisos más frecuentes para realizar sesiones de fisioterapia y rehabilitación”, añade el Dr. López-Nava.
Las personas obesas no gustan en las empresas
Esta recriminación en el entorno laboral se traduce incluso en "achacar a estos pacientes su impacto negativo para la rentabilidad de la empresa y en el gasto sanitario que generan a la empresa y al sistema sanitario. Paralelamente, para estas personas hacer horas extras es un agravante físico más”.
La consecuencia de esta "discriminación laboral" –continúa el doctor– es que muchas personas obesas debido a su peor estado de salud "padecen aislamiento en su entorno de trabajo, bajan su autoestima, se abandonan incluso más al ver que les cuesta muchísimo adelgazar".
Además, los compañeros de trabajo que constantemente "recriminan a la persona obesa si come mucho o si no es capaz de seguir una dieta, lo que a su vez provoca más ansiedad que puede derivar en incrementar el peso en otros 20 kilos en un año".
Las mujeres obesas sufren más en el trabajo que los hombres
La mujer obesa o con sobrepeso es la que más sufre este “discriminación laboral” dada la presión social estética que impera en los entornos de trabajo y su situación se agrava con la menopausia. Trabajos que precisen estar mucho tiempo de pie también están vetados para los obesos que quieran conseguir empleo.
En definitiva, la persona obesa debe afrontar, además de su situación física y familiar, una situación poco agradable en su empresa.
Como vemos, tener kilos de más no es ni sano ni productivo, al menos no en ambientes laborales. Si quieres adelgazar, aquí tienes una buena selección de artículos. Ahora, con la desescalada, además puedes aprovechar para perder peso paseando.