Es un tabú poco trabajado, salpicando la infertilidad generalmente a la mujer, pero la fertilidad masculina y los espermatozoides, sus representantes, son parte fundamental de esta ecuación. De hecho, el famoso reloj biológico no es un 'problema' exclusivamente femenino, sino que el hombre también lo sufre, comprobando como la calidad de su esperma se reduce.
Menos concentración de espermatozoides o una menor movilidad se juntan así como factores clave para entender la infertilidad masculina o los problemas de concepción, los cuales se acrecientan con la edad. La prueba, vinculada a este estudio del servicio de Urología del Hospital Mare de Deu dels Lliris (Alcoi, Alicante), demuestra que un hombre de entre 40 y 50 años tiene la mitad de concentración espermática que un hombre de entre 20 y 30 años.
Encontramos así dos disfuncionalidades. Por un lado, la oligospermia, o lo que es lo mismo, una baja concentración de espermatozoides en el semen eyaculado. Por el otro, la astenozoospermia (o astenospermia), donde está alterada la calidad seminal porque hay una menor cantidad de espermatozoides móviles, considerándose esta patología una causa frecuente de infertilidad masculina. En tal caso, la astenozoospermia, explican en reproduccionasistida.com, se produce "cuando al menos el 60% de los espermatozoides son inmóviles".
En cualquier caso, existe la llamada andropausia, donde el organismo masculino comienza a segregar menos testosterona, lo cual puede desembocar en un menor deseo sexual, pero no necesariamente está ligado a una menor cantidad de espermatozoides, por lo tanto, no se pueden considerar equivalentes la andropausia con la menopausia.
Lo que sí es evidente, más allá del mero hecho fisiológico de envejecer, es que ciertos hábitos cotidianos son pésimos aliados de la salud espermática, lo cual redunda lógicamente en menores posibilidades de fecundación.
Cinco enemigos de los espermatozoides y de la fertilidad masculina
A nadie se le escapa que tener una dieta poco saludable o incluir malos hábitos de vida como el alcohol, el tabaco o la drogadicción serán dinamita natural para la fertilidad, independientemente del sexo. Sin embargo, factores quizá no tan obvios acaban siendo también grandes problemas a la hora de la concepción, pasando inadvertidos muchos de ellos.
Obesidad
Aunque la relación directa no está establecida, abunda literatura médica que vincula el exceso de peso con una baja calidad seminal o con una menor movilidad espermática, según prueba esta publicación de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Analizando 14 estudios distintos, los datos obtenidos desvelan que las personas con sobrepeso generan menos esperma.
Con esas pruebas, los hombres con exceso de peso veían así como las posibilidades de tener menos espermatozoides aumentaba un 11% respecto a los hombres de talla normal, mientras que los hombres obesos tiene un 42% más de posibilidades de tener un bajo recuento de esperma, lo cual nos lleva a otro enemigo natural de la fertilidad en el hombre.
Alimentación
Prácticamente a nadie se le escapa que lo que comamos acaba teniendo que ver, de una forma u otra, con nuestra salud. Lógicamente, el semen y la cantidad de espermatozoides no iban a permanecer ajenos a los cambios en nuestra dieta, ni al abuso de cierto tipo de alimentos en detrimento de otros. Así lo atestigua esta publicación de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), que menciona que en los últimos 40 años se ha reducido el porcentaje de espermatozoides en los varones occidentales en más de un 60%, citando a este estudio.
Mencionan así el consumo de carnes rojas y de procesados, además de las famosas grasas trans, los derivados de la soja (ya que contiene fitoestrógenos), ciertos pesticidas y herbicidas e incluso ciertos productos lácteos como la leche y el queso, según este estudio. En el lado opuesto de la balanza para mejorar la calidad del semen, lo que podemos imaginar: pescados azules, frutos secos y frutas y verduras.
Ropa interior demasiado ajustada
La batalla de los calzoncillos importa a nuestra salud testicular, ya que la correcta medida o sujeción influye de forma negativa o positiva en ellos. Por un lado, un calzoncillo demasiado holgado puede favorecer ciertas patologías como la epididimitis o torsión testicular. Por el otro, un calzoncillo muy apretado puede favorecer la denominada hipertermia, una causa habitual de reducción de la calidad seminal.
La bolsa escrotal está perfectamente diseñada para mantener una temperatura ligeramente más baja que el resto del cuerpo, pero el hecho de recurrir a calzoncillos que compriman el escroto hace que esa ventaja natural, la de la tener unos cuantos grados menos, se pierda. Esos grados de más suponen perder parte de la calidad seminal y dificulta la espermatogénesis, aunque sea de forma puntual, por lo cual no es recomendable una ropa interior demasiado apretada.
Sedentarismo
Tampoco se le puede escapar a nadie que no moverse de una silla, bien sea por afición o por cuestiones laborales, sea beneficioso para nuestra salud seminal. Así lo prueba un estudio de la Universidad de Huazhong (China), del que se hace eco la agencia de prensa Reuters.
El estudio, llevado a cabo en 746 varones chinos con tallas y pesos similares, además de sin antecedentes de ETS o de exposición radioactiva, probó que aquellos que hacían más deporte y de forma más intensa tenían una mayor movilidad de esperma que los que hacían menos deporte. En cualquier caso, la investigación no reportaba cuánto deporte era necesario, lo cual no significa que no debamos movernos.
Alcohol
El consumo de alcohol es uno de los tóxicos más comunes del estilo de vida occidental y una carga dinamitera para cualquier parte de nuestro cuerpo. Como era de esperar, la salud sexual y reproductiva no iba a escaparse de las garras de unas copas de más, o de esas cervezas con los amigos. Encontramos así factores que se agravan por su consumo, como la disfunción eréctil.
Un hecho que también refrendan desde Clínica Mencía, en Salamanca, donde recomiendan reducir el consumo de alcohol si buscamos una mayor fertilidad, explicando desde su web que "a mayor consumo de alcohol, más probabilidad de que se produzca una disminución de la producción de testosterona y de espermatozoides maduros. Algo que también explican desde Healthline, ya que se modifica la liberación de gonadotropinas, lo que afecta a la producción de esperma. La única ventaja es que, en varones adultos, hablamos de fenómenos reversibles si se deja de beber alcohol.