No hay nada mejor para resolver un problema que conocerlo en profundidad. Con esta idea, la Fundación Gas Natural Fenosa introdujo en su Plan de Vulnerabilidad, aprobado hace un año, la creación de una Escuela de Energía, con la finalidad de formar a trabajadores sociales tanto de las entidades del tercer sector como de las Administraciones Públicas y hacer así posible que puedan asesorar de la mejor manera posible a colectivos vulnerables en materia de eficiencia energética. Además, estos colectivos también pueden acceder a la escuela.
El programa de formación de la escuela pretende formar a los trabajadores sociales en buenas prácticas de ahorro y eficiencia energética para que las puedan trasladar a las personas en situación de vulnerabilidad. Pero además, también les proporciona materiales e instrumentos para llevar a la práctica las medidas que aprenden en la escuela.
La formación se basa en cuatro aspectos fundamentales. El primero tiene como gran protagonista la factura eléctrica. El buen conocimiento de un documento que, en principio, resulta complicado de analizar permite la adaptación de la tarifa a las necesidades de cada familia y la optimización de los recursos.
La vivienda es el segundo apartado en el que se centra la formación, que hace hincapié en aquellos pequeños cambios en los hogares que tienen como resultado un notable ahorro energético. Los programas de la escuela también incide en los hábitos de consumo, cuya adaptación a las necesidades de cada hogar arroja sorprendentes beneficios. Y, por último, la formación se completa con todo lo relacionado al bono social, cuyo nuevo reglamento acaba de ser aprobado por el Gobierno, así como otro tipo de ayudas públicas que pueden solicitar los colectivos vulnerables.
Tres programas de formación
Todos estos puntos están agrupados en los tres programas de formación que ofrece la escuela de energía de la Fundación Gas Natural Fenosa. El primero de ellos es el denominado Programa Ahorro, que aborda todo lo relacionado con la factura, la energía en el hogar y el bono social; el segundo es el Programa Eficiencia, que incluye los aspectos conectados con la vivienda y los hábitos de consumo; y, por último, el Programa Legislación, que aborda las diferentes normativas en torno a la pobreza energética, tanto en el ordenamiento jurídico español como en el de la Unión Europea.
La labor de la escuela de energía no termina en este punto. También se encarga de la elaboración de guías divulgativas y de una página web para dar a conocer consejos y medidas para la optimización en el consumo de energía, con el fin de reducir la factura y minimizar así el impacto de la vulnerabilidad energética. El año pasado, la escuela de energía formó a cerca de 1.500 personas en toda España.
"Este proyecto está inspirado en el modelo de soluciones que están aplicando países como Austria, Bélgica o Hungría para paliar la pobreza energética y que comprenden programas de formación para los profesionales que trabajan a diario con el colectivo vulnerable. En estos países ha resultado muy efectivo y esperamos que aquí también lo sea", apunta Martí Solà, director general de la Fundación Gas Natural Fenosa.
La escuela también proporciona formación directamente para personas en situación de vulnerabilidad energética, como explica Jesús Moix, uno de sus profesores. "Para ellos ofrecemos sesiones algo más cortas y que están centradas en la factura, en cómo optimizarla y qué ayudas existen. Les pedimos que traigan sus facturas a las sesiones y les ayudamos a resolver las dudas in situ".
Una gran acogida
Almudena Laguillo, responsable de la Escuela de Energía de la Fundación Gas Natural Fenosa, asegura que la acogida de la formación que se ofrece es muy positiva, tanto por parte de las familias vulnerables como por los trabajadores sociales. "Hemos descubierto que era una necesidad que tenían estas personas. Les ponemos al alcance de su mano los conocimientos que antes debían buscar por su cuenta".
Tal ha sido la respuesta de los colectivos a los que va dirigida la formación que "en muchos lugares donde hemos realizado una formación nos piden nuevas sesiones para profesionales de la misma Administración o para familias que atienden".
Los trabajadores sociales que han pasado por la Escuela refrendan este testimonio. Mónica Rodríguez, trabajadora social en el Ayuntamiento de Tordoya (La Coruña) y miembro del Colegio Oficial de Trabajo Social de Galicia, considera muy positiva y útil la experiencia. "Había muchas cosas que no sabía y que aprendí en las sesiones. Por ejemplo, que poner burletes en las ventanas es una de las medidas que permiten reducir la factura energética".
La trabajadora social reconoce haber aprendido mucho de la experiencia y que ésta ha resultado de lo más práctica. "Ahora contactamos con familias que atendemos y que sabemos que tienen problemas con las facturas energéticas para que vengan a visitarnos y les podamos trasladar todo nuestro conocimiento".