Orden y progreso. No es el escudo de Brasil, es la filosofía que se ha instalado desde hace años en la RFEF. Este organismo privado ha multiplicado su velocidad de producción y realización de proyectos gracias al Plan Estratégico 2020-2024 y ha ampliado, entre otras cosas, los campos de profesionalización dentro del fútbol español. Modelo y referente para UEFA, el éxito de la Federación ha sido involucrar a todas las federaciones territoriales en la creación e implantación del mismo y de ello termina beneficiándose desde la Selección española al equipo de tu barrio.
“Un punto importante es que antes no existía. El Plan Estratégico 2020-2024 comenzó a elaborarse en julio de 2019 y finalizó en enero de 2020 y hay unas 130 personas involucradas directamente para que se cumpla y cerca de 200 en total”, comenta Jorge Mowinckel, Director de Relaciones y Estrategia de la RFEF y uno de los protagonistas de que esta misión esté cumpliendo los plazos previstos.
Para poner en contexto de por qué es necesario esta organización, Mowinckel subraya que “las federaciones deportivas tienen rangos de actividad ilimitados, que van desde el propio deporte a proyectos solidarios o sociales. Sin embargo, lo que sí son limitados son los recursos de personal, tiempo y dinero. Por tanto, la elaboración de este plan sirve para estructurar, optimizar y priorizar objetivos. Sin un plan estratégico es complicado organizar y gestionar todo a la velocidad que se está llevando a cabo ahora”. Sin ello, el desorden es una amenaza.
La RFEF ha multiplicado su velocidad de producción y realización de proyectos gracias al Plan Estratégico 2020-2024
La naturalidad con la que se trazó este plan estratégico es una de las claves para entender su éxito. La RFEF involucró desde el inicio a sus actores más relevantes: las federaciones territoriales, con quienes comparten cuatro de los ocho puntos del Plan Estratégico. La Federación española aprovechó el gancho de UEFA -en 2019 diseñó su plan y pidió la colaboración de las federaciones nacionales- para invitar directamente a dos responsables de cada territorial a realizar un curso de formación del organismo europeo para elaborar sus propios planes.
De este modo, las prácticas de los representantes de cada territorial resultaron ser las bases del Plan Estratégico de la RFEF. “Con dicha metodología y ejercicios de UEFA se plasmó tanto el plan nacional como el de cada territorial. Se acordó con ellas los cuatro objetivos comunes (de los ocho) y la RSC. Nos comprometimos a financiarles para su cumplimiento y ellos a trabajar en esa línea maestra”, resume Mowinckel, quien destaca que desde su posición ya se aprecia el impulso a la profesionalización de cada Territorial.
Adiós a la zona de confort
José Ángel Peláez es el presidente de la Federación Cántrabra de fútbol y el elegido para presidir el Comité de Estrategia de la RFEF. En menos de dos años ya apunta a un cambio de era en el modelo de gestión: “En el mundo del fútbol estábamos acostumbrados al ‘aquí te pillo, aquí te mato’ o al conformismo del sillón de confort. Pero desde la llegada de Luis Rubiales -que es muy inconformista- se ha instalado el cambio. El presidente de la RFEF tenía las ideas muy claras para renovar absolutamente todo”.
“En las federaciones territoriales, antes de este plan, teníamos ideas dispersas y cada uno hacía lo que le parecía. Había aislamiento y cierto oscurantismo entre nosotras”, explica Peláez, “ahora vamos unidas y con objetivos claros. Estoy encantado con la mejoras porque hay una transparencia total. Todos sabemos lo que decide cada una de las 19 federaciones territoriales. Todo el mundo vota y se está al tanto de ayudas públicas, subvenciones y acciones que ejecutamos cualquiera porque todo pasa a través del control de cada una de las territoriales”.
Antes, sin embargo, “era casi la anarquía y si eras una federación fuerte tenías mejor trato que una pequeña. Ahora todos somos iguales gracias al ejercicio de buena gobernanza que se practica. Se nos escucha a todas. El secreto del éxito es que es un trabajo de todas y estamos implicadas al 100%”, puntualiza el presidente de la Cántabra.
Ejercicio de honestidad para señalar las debilidades
La realización de análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas oportunidades) entre otros, comenzaron a sonar en los pasillos de cada territorial con el objetivo de confeccionar un plan que diera orden, sentido y prioridades. Algo de lo que se da cuenta cada primer lunes de cada mes en el llamado ‘Día de Estrategia’, en el que los responsables de cada objetivo y de los diferentes proyectos ponen al día a la Federación española y les explican problemas o éxitos. En este sentido, “tratamos de ayudar o desatascar cualquier asunto”, explica el Director de Relaciones y Estrategia.
“Luis Rubiales sabía que para crecer tenía que existir una buena gobernanza en las federaciones territoriales y que éramos nosotras quienes debíamos realizar el análisis DAFO a partir de un ejercicio de honestidad”, reconoce José Ángel. Fue el primer paso para, entre otras cosas, pasar de un presupuesto de 145 millones a otro de 400 millones de la RFEF. Y esto repercute a nivel territorial “en las ayudas económicas, remodelación de infraestructuras, aumento de becas familias más necesitadas, mejora en las herramientas informáticas a clubes con la transformación digital -ahorran costes y generan más ingresos-...”, indica el presidente de la Comisión de Estrategia de la RFEF.
Además del éxito interno por la realización y cumplimiento a tiempo del plan, en “UEFA nos ha puesto a la RFEF como modelo en Europa: Nos hace un seguimiento y nos señala como referencia”, comenta Mowinckel, aunque su mayor satisfacción es que “se está demostrando que estamos cumpliendo objetivos y avanzando para hacer crecer y potenciar el fútbol nacional en España y el mundo”, el objetivo final detrás de cada uno de los proyectos.
El turno para los clubes
La capilarización de esta evolución en los despachos de nuestro fútbol apunta al siguiente paso que se va a dar este mes: la realización de un curso para que los clubes de Primera Federación, tercer escalón del fútbol español, tengan su propio plan estratégico. Una idea que “está teniendo buena aceptación”, puntualiza Peláez.
José Ángel admite que ya se está comenzando a pensar en el plan a partir de 2025, ¿a qué velocidad irá el fútbol en España por aquel entonces? Este es un proceso vivo y con una parte de aprendizaje que une eficiencia y pasión. El futuro del fútbol ya está aquí y, además de ser ejemplo en el césped, el balompié nacional también ha logrado el reconocimiento internacional por ser un modelo de gestión en los despachos.