Un depósito a plazo es un producto bancario en el que entregamos nuestro dinero a la entidad durante un plazo determinado, por ejemplo, un depósito 6 meses, a su finalización obtenemos la cantidad entregada más los intereses pactados. Es decir, es una forma de prestar nuestro dinero al banco a cambio de una remuneración.
Se consideran productos de ahorro e inversión de bajo riesgo, ya que el capital y los intereses están garantizados por la entidad y por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de cada país, hasta un máximo de 100.000 euros por titular y entidad.
Características de los depósitos bancarios
Tienen una serie de características que los definen y que debemos tener en cuenta a la hora de contratarlos:
- El importe: es la cantidad de dinero que entregamos al banco al contratar el depósito. Puede haber un importe mínimo y/o máximo establecido por la entidad.
- El plazo: es el tiempo que dura el depósito, desde que lo contratamos hasta que lo recuperamos. Puede ser desde unos días hasta varios años, según el producto.
- El tipo de interés o TIN anual: es el precio que nos paga el banco por nuestro dinero. En un depósito a plazo fijo, el tipo de interés se fija al inicio de la contratación y se mantiene hasta su vencimiento.
Un depósito a plazo es una forma de prestar nuestro dinero al banco a cambio de una remuneración
- La TAE (Tasa Anual Equivalente): recoge la retribución que recibiremos. La TAE incluye además del TIN, los gastos y comisiones asociados.
- La liquidación de los intereses: es el momento en el que el banco nos abona los intereses generados por el depósito. Puede ser al vencimiento, si se pagan todos los intereses al final del plazo, o de forma periódica, si se pagan cada mes, trimestre, semestre o año, según proceda.
- La cancelación: es la posibilidad de recuperar el dinero antes de que termine el plazo. Normalmente, la cancelación anticipada suele conllevar una penalización o comisión, que deberá especificarse en el contrato. Esta comisión no podrá ser superior a los intereses brutos que haya generado el depósito desde que se contrata hasta que se cancela de manera anticipada.
Tipos comunes de depósitos bancarios
Existen diferentes tipos de depósitos bancarios según sus características, que se adaptan a las preferencias y necesidades de cada ahorrador. Estos son algunos de los más comunes:
- Depósitos a plazo fijo: son los más sencillos y habituales. Ofrecen un tipo de interés fijo durante todo el plazo, que se conoce desde el principio.
- Depósitos estructurados: Ofrecen un tipo de interés variable que depende de la evolución de un activo subyacente, como una acción, un índice bursátil o una cesta de valores. Por tanto, su rentabilidad estará ligada a la evolución de ese activo.
- Depósitos combinados: Ofrecen una parte del dinero a plazo fijo y otra parte a plazo variable, vinculada a la contratación de otros productos, como pueden ser, a modo de ejemplo, un fondo de inversión, un plan de pensiones o un seguro de vida.
Importancia y ventajas de los depósitos a plazo fijo
Son una opción de ahorro e inversión muy importante para muchas personas, ya que tienen una serie de ventajas que los hacen atractivos. Estas son algunas de ellas:
- Seguridad: Son productos de bajo riesgo, ya que el capital y los intereses están la solvencia de la entidad y por el FGD hasta 100.000 €. Además, no están sujetos a las fluctuaciones del mercado, por lo que no hay posibilidad de pérdida.
- Rentabilidad: Ofrecen una rentabilidad conocida y asegurada desde el principio, que se puede comparar fácilmente entre diferentes productos y entidades. Además, hay depósitos que ofrecen rentabilidades muy competitivas.
- Facilidad: Son productos de fácil contratación, gestión y seguimiento. Se pueden contratar en cualquier momento. Tampoco suelen tener comisiones ni gastos asociados salvo en caso de cancelación anticipada.
- Diversidad: Ofrecen una gran variedad de opciones, que se adaptan a las preferencias y necesidades de cada ahorrador. Hay depósitos de diferentes importes, plazos, tipos de interés, liquidaciones y cancelación anticipada.
En conclusión, los depósitos a plazo son una alternativa de ahorro muy interesante para quienes buscan seguridad, rentabilidad y facilidad. Sin embargo, no todos los depósitos son iguales y conviene conocer sus características, tipos y ventajas antes de elegir el que mejor se adapte a nuestras necesidades.
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