La Comunidad de Madrid está llena de lugares singulares en los que parece detenerse el tiempo y sumergirse en la historia y la cultura de España. Cuatro de esos emplazamientos se encuentran ubicados en la comarca de Las Vegas y la Alcarria madrileña, en el sureste de la región. Todas estas localidades comparten la condición de ser Villas de Madrid, un distintivo que otorgaba determinados privilegios a los municipios que lo ostentaban durante la Edad Media y que hoy deja constancia de su rico patrimonio histórico-cultural.
“La comarca de las Vegas y la Alcarria es una gran desconocida que ofrece una oferta turística diferente a la de otras zonas de la región. Una oferta en la que la naturaleza y los paisajes se abrazan con la historia y la tradición. Agroturismo, museos, historia y arquitectura convierten la zona en una excelente opción para visitar en familia, en pareja o con amigos, y a un paso de Madrid", explica a Vozpópuli la responsable de Turismo de la zona.
Agroturismo, museos, historia y arquitectura convierten la zona en una excelente opción para visitar en familia, en pareja o con amigos, y a un paso de Madrid
Una oferta que, además, “cuenta con infraestructuras y una rica programación de actividades que la hacen aun más atractiva para el visitante”, añade esta especialista.
Nuevo Baztán: pura innovación en el Siglo XVIII
Esta singular localidad fue fundada alrededor del año 1.700 por el político y figura de la Ilustración Juan de Goyeneche y Gastón. Este auténtico visionario proyectó un complejo industrial único en su género, destinado a albergar a los profesionales, obreros y gestores, y en el que las viviendas convivían en armonía con graneros, talleres y centros administrativos en una organización concéntrica y jerárquica. El proyecto supuso la materialización de una visión urbanística moderna y avanzada, completamente inédita para la España de la época.
Declarado Monumento Histórico Artístico en 1941 y Bien de Interés Cultural en el año 2000, hoy, los visitantes de Nuevo Baztán siguen asombrándose de un trazado simétrico y funcional que prefiguró el diseño urbano moderno. También es muy reseñable un patrimonio perfectamente conservado en el que destacan su conjunto de plazas o el Palacio de Goyeneche, situado en el centro del complejo, en la Iglesia de San Francisco Javier.
Villarejo de Salvanés: un lugar de cine
Esta villa, situada entre los ríos Tajo y Tajuña, fue un importante centro administrativo y militar, sede de la influyente Orden de Santiago, como atestigua la imponente Torre del Homenaje de su fortalza amurallada.
No muy alejado del castillo, la localidad reserva una sorpresa al visitante amante del séptimo arte. Y es que el Museo del Cine de Villarejo de Salvanés cuenta con una de las mejores colecciones de Europa en su género. Entre sus piezas, una impresionante colección de proyectores cinematográficos y valiosas muestras que se remontan a los tiempos de Edison o los hermanos Lumière.
Colmenar de Oreja: historia y gastronomía
Los orígenes de Colmenar de Oreja se remontan a hace nada menos que 2.000 años, Es un destino que se caracteriza por ofrecer una perfecta fusión entre patrimonio, gastronomía y arte.
El epicentro de la villa es su Plaza Mayor, una auténtica joya de la arquitectura castellana porticada levantada sobre soportales de piedra y con balconadas de madera. Otros imperdibles de la localidad son la Iglesia de Santa María la Mayor o el Museo Ulpiano Checa, considerado como uno de los mejores museos municipales dedicado a un único artista.
La gastronomía de Colmenar de Oreja es otro de sus grandes atractivos, una gastronomía que ahonda en la tradición castellana y que se nutre de los productos de la tierra. Mención aparte merece el enoturismo. En su casco histórico se concentran hasta ocho bodegas que producen vino con Denoninación de Origen Vinos de Madrid.
Chinchón: sabor, historia y arquitectura
Perderse por el casco histórico de Chinchón es adentrarse en la historia de Madrid, y su corazón, la Plaza Mayor, uno de esos rincones dentro de la Comunidad que trasciende fronteras y es un referente internacional. Esta famosa plaza porticada cambia su fisionomía para albergar todo tipo de eventos, desde espectáculos taurinos, hasta mercados u obras teatrales, además de ser un hervidero de actividad y centro neurálgico de la vida del pueblo durante todo el año. Otros puntos de interés que el viajero no debe pasar por alto son el Castillo de los Condes, el Parador de Turismo, emplazado en un antiguo monasterio, o la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
Pero Chinchón es además un rico centro gastronómico, con restaurantes de gran tradición por los que han pasado estrellas de cine, literatos, políticos y todo tipo de celebridades.
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