José María Aznar pasó esta semana por Bilbao. El ex presidente del Gobierno acudió a un conocido hotel de la capital vizcaína para impartir la conferencia titulada El fortalecimiento de España en el País Vasco. Pero lo que más se fortaleció fue la división en el seno del PP vasco. Cuentan los presentes que se respiraba la tensión entre los diferentes dirigentes y ex dirigentes del partido en Euskadi. Una formación donde los problemas no paran de crecer en los últimos tiempos.
Aznar visitó Bilbao invitado por la Asociación Esteban de Garibay, que está presidida por el exdelegado del Gobierno en el País Vasco Carlos Urquijo. Este último está considerado como parte del PP más duro en Euskadi. Al igual que ocurre con otros de los presentes en el acto. Entre ellos había dos ex líderes del PP vasco como María San Gil y Carlos Iturgaiz.
A nadie se le escapa que San Gil e Iturgaiz no son los mejores amigos del actual presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, quien no acudió al acto de Aznar porque estaba en Vitoria para asistir al homenaje en recuerdo de Fernando Buesa y Jorge Díez, asesinados por ETA veinte años atrás.
No estaba Alonso pero sí estaban otros primeros espadas de los populares vascos como Iñaki Oyarzabal y la secretaria general, Amaya Fernández. Sentados muy cerca de ellos estaban también otros cargos del PP más afines a las ideas de Aznar, como la concejal en Bilbao Raquel González o la diputada en el Congreso Bea Fanjul.
Las discrepancias entre ellos quedaban al descubierto mientras Aznar pronunciaba su discurso. El ex jefe del Ejecutivo y ex presidente del PP se mostraba abiertamente "en contra" del acuerdo para el traspaso de la gestión económica de la Seguridad Social a Euskadi cerrado esta semana entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Ejecutivo de Íñigo Urkullu porque supone, a su juicio, "el principio del fin" de la Caja Única y "de un instrumento de solidaridad entre españoles".
Los San Gil, Iturgaiz o Fanjul aplaudían con entusiasmo esta y otras afirmaciones. Pero el ánimo era un poco menos encendido entre los Oyarzabal o Fernández, que, como todo el PP vasco actual, abogan por la defensa de la foralidad y del cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika.
La visita de Aznar, en suma, incomodaba a quienes llevan el timón del PP vasco y contentaba a sus compañeros de filas que abogan por un cambio de rumbo.