Imagine la sabana después de las lluvias. El horizonte está cubierto de cientos de miles de cebras, ñus, gacelas y jirafas. Dirija la mirada donde la dirija, todo bulle lleno de vida. En este paraíso es de suponer que habrá centenares, quizá miles, de depredadores aprovechando la abundancia de recursos. Pero no sucede exactamente así. De hecho, en esta zona el número de depredadores es proporcionalmente menor que en otras donde las presas son menos abundantes o escasean. ¿Qué está pasando en este lugar?
Donde hay más recursos hay menos depredadores.
El equipo de Ian Hatton ha analizado, a partir de estudios anteriores, la biomasa de decenas de miles de poblaciones en 2260 ecosistemas localizados en 1512 puntos del globo. Y lo que indican sus observaciones es que esta relación entre el número de depredadores y presas se repite en todos los ámbitos. En un trabajo publicado este jueves en la revista Science, Hutton desvela una relación matemática que se produce en cualquier biomasa, desde la sabana a las profundidades de los océanos, entre leones y gacelas y entre pequeños microorganismos. El patrón indica que allá donde hay una explosión de recursos los depredadores son tres veces menos abundantes que las presas.
Proporción de predadores/presas en las zonas analizadas
El estudio también indica que en ausencia de predadores las presas aumentan en número si la comida es fácil de obtener, pero siempre hasta un límite a partir del cual empiezan a descender. Los autores señalan como posible causa la competencia por los recursos, pero las causas últimas de estos equilibrios entre unas poblaciones y otras aún se desconocen. A pesar de todo, asegura Kevin McCann, coautor del estudio, lo más interesante es que se ha obtenido una función matemática especialmente simple que permite predecir qué distribución de especies habrá en los distintos ecosistemas. La regla básica, explica, es que siempre habrá proporcionalmente menos grandes depredadores en los ecosistemas ricos en recursos que en los más pobres. "Seguimos asombrados", insiste McCann. "El patrón es simplemente alucinante".
“Seguimos asombrados. El patrón es alucinante".
Una de las posibles causas es la tasa de reproducción más lenta de los grandes depredadores respecto a sus presas, o las restricciones metabólicas de cuerpos más grandes. Aun así, concluyen, no hay elementos suficientemente concluyentes y sí un montón de nuevas líneas para investigar mejor la naturaleza de los ecosistemas.
Referencia: The predator-prey power law: Biomass scaling across terrestrial and aquatic biomes (Science) | Energy flows in ecosystems (Science)