Aunque la mayoría de nosotros no ha pisado una comisaría en su vida, estamos muy familiarizados con la dinámica policial y con los pasos que dan los investigadores después de un asesinato. Series y películas llevan años contribuyendo a este imaginario colectivo plagado de pruebas de ADN, ruedas de reconocimiento y huellas dactilares, pero ¿qué sabemos de verdad sobre la ciencia que utilizan los forenses en el día a día? Eso es lo que se propone desentrañar J.M. Mulet en su libro “La ciencia en la sombra” (Destino, 2016), una obra en la que recorre las principales técnicas de investigación y repasa algunos de los casos más interesantes.
Si te pregunto si existe el "crimen perfecto" me matas...
No te mato, pero te digo que no. El padre de la ciencia forense, Edmon Locard, decía que el criminal siempre se deja algo en el lugar de los hechos y se lleva algo. El científico forense lo que tiene que hacer es encontrarlo. Con recursos ilimitados y gente competente cualquier crimen debe poder resolverse.
Tuviste oportunidad de vivir una autopsia en directo, ¿es como en las películas?
No se parece en nada. Para empezar la gente piensa en la sala de autopsias de CSI, que parece el castillo de terror, donde todo está en penumbra. En realidad una sala de autopsias es un sitio aséptico, blanco como un quirófano, con muchísima limpieza y muchísima luz.
¿Qué es lo que más te chocó o impresionó?
La naturalidad que tenía la gente, a ti te llamaba la atención pero para ellos es su trabajo. Tienes a una persona abierta y desmontada y a ti te impresiona, pero ellos lo ven con total naturalidad.
"Nos fascina el mal, pero queremos que atrapen al malo"
¿Te da una visión más humilde de lo que somos?
La verdad es que sí, acabamos en "ná".
¿Por qué nos fascinan las historias de muertos y asesinatos?
Porque vivimos en una sociedad tranquila, donde esos sucesos violentos son minoría y todavía guardamos el pasado evolutivo de cuando resolvíamos nuestros conflictos a golpes o mordiscos. Por eso nos fascina el mal. Pero a la vez lo que más nos gusta es que se atrapa el malo.
Si no pillan el malo, nos sentimos mal.
¿Tú has visto muchas películas donde gane el malo? Y si pasa eso la gente se queda con un resquemor, como que no le ha acabado de gustar.
En el libro citas muchas escenas de películas, pero hasta Hitchcock metía la pata, ¿no?
Es que mis abuelos trabajaban en un cine y de muy joven me veía todas películas gratis. En las películas de Hitchcock hay unos fallos forenses brutales, en el libro cito Vértigo pero si buscas encontrarás muchos más.
¿Cuando ves una peli la ves con deformación profesional?
Bueno, digamos que yo le encuentro mucha más riqueza. Yo creo que me lo paso mucho mejor, porque, además del argumento y del placer de ver a los personajes, me fijo en la parte técnica.
En general, ¿la ficción criminalística está bien o es una chapuza?
Hay de todo. Por ejemplo CSI está bastante bien documentada. Creo que es lo la que ha dado inicio a esta fiebre de policía científica y la que ha provocado el cambio de paradigma. Antes casi todas las series eran de violencia y la gente lo resolvía todo a tiros. ‘Starsky y Hutch’, ‘Los Hombres de Harrelson’... Con CSI hemos pasado de los pistoleros a los científicos.
Con CSI hemos pasado de los pistoleros a los científicos.
Pero teníamos a Sherlock Holmes o a Colombo...
Sí, pero ellos lo que hacían era deducción, no utilizaban técnica. Eran un poco como 'El mentalista', en todo caso sería psicología aplicada. Aunque Sherlock Holmes sí que tenía mucha ciencia y fue el precursor de todo esto.
¿Vemos demasiadas películas? Cuéntame eso del tipo que en un juicio en España pidió acogerse a la Quinta Enmienda.
Esto es un caso real, que está en la hemeroteca. Las películas nos influyen mucho, y en España pasó que alguien inculpado de asesinato dijo que se acogía a la Quinta Enmienda para no declarar, pero eso solo se aplica en EEUU, claro. Le tuvieron que decir que en todo caso podía citar el artículo 24 de la Constitución, que no queda tan peliculero.
¿La realidad de un laboratorio forense en España se parece en algo a CSI?
En España tenemos muy buen nivel de ciencia forense, de hecho tenemos a gente a la que llaman de fuera para resolver casos complicados, como Ángel Carracedo, Miguel Botella o Paco Etxeberria, que son referentes mundiales. Otra cosa es que, como en todo, nos faltan medios.
¿Qué hace un bioquímico experto en plantas escribiendo de ciencia forense?
Cuando uno se dedica a la ciencia siempre tiene el riesgo de quedarse en paro. Así que en algún momento hice un curso de genética forense y, aunque al final nunca me dediqué a eso, sí aproveché para dar una materia optativa en la universidad. Cada año se matriculan entre 40 y 50 alumnos y se implican mucho. El año pasado dos alumnos asistieron a un alzamiento de cadáver y estaban entusiasmados.
Además de los átomos, los insectos y la sangre, las plantas también son unas chivatas, ¿no?
Sí, y es una de las cosas donde menos expertos hay y que cada vez está ganando terreno. En el libro cito varios casos resueltos por muestras de polen y semillas de plantas. Los botánicos forenses se quejan de que muchas veces en la escena del crimen no se fotografíen las plantas, y esa información puede ser crucial.
“Si tocas lo que no debes en el laboratorio forense puedes terminar pagando una pensión de paternidad”
¿Qué nos puede decir una planta sobre un crimen?
Como te decía antes, el criminal siempre se deja o se lleva algo, y entre lo que se puede llevar está el polen, las semillas y los restos de hojas. Eso puede servir para localizarlo en un lugar. Gracias al ADN podemos saber a qué planta concreta pertenecen los restos, no a qué especie, sino a qué planta.
Cuentas en el libro que, si un día encuentran tu cadáver, alguien pensaría que aún no has nacido.
Sí, porque como científico he trabajado con Carbono 14 y he estado expuesto a una cantidad mucho mayor que la ambiental. Esto no es un problema para la salud, pero con algo que incorpores cambian tus datos y posiblemente mi esqueleto para radiodatación ya no sirve.
Entrar en el laboratorio de análisis de ADN y andar toqueteando las cosas no es buena idea, ¿no?
Cuando visitamos uno, yo les digo a mis alumnos que no toquen nada porque pueden acabar pagando una pensión de paternidad. Hace poco, en el caso de la muerte de la niña Asunta, se inculpó a un chaval de Madrid que nunca había estado en Galicia porque en el laboratorio forense se contaminó una de las muestras del caso con una de las muestras de este chico que estaba imputado por una acusación de violación. Apareció su perfil de ADN como un perfil que había estado en contacto con Asunta y luego se pudo demostrar que había sido un fallo del laboratorio forense. De hecho en estos laboratorios es obligatorio que todo el mundo se haga el perfil de ADN y que sea público, por si coincide con algún resultado. Y hay un caso muy famoso, conocido como el del fantasma de Heilbronn, en el que se produjeron una serie de delitos inconexos y en los que el perfil salía el de la misma persona. Al final se vio que era una de las operarias de la fábrica que producía los hisopos de algodón, que dejaba accidentalmente su ADN en los propios bastoncillos para tomar muestras.
En España tenemos expertos a la que llaman de fuera para resolver casos complicados
A pesar de utilizar la ciencia más puntera, se pueden cometer errores de bulto, ¿no?
A veces lo que sucede es una serie de catastróficas desdichas. En el libro cuento el caso de una mujer a la que acusaban de haber dado anticongelante a su bebé y era inocente. Lo que pasó fue que el caso tuvo mucho impacto mediático y llegó a afectar a los técnicos de laboratorio que no aplicaron el rigor necesario y dieron por bueno un positivo dudoso. Era un caso muy extraño. Hay un caso bastante escalofriante en España de alguien que fue acusado de asesinar a su hijastro cuando lo que tuvo fue un accidente en el parque y fue el tratamiento el que le causó la muerte. Al final se descubrió que el niño murió por una alergia que le produjo la pomada que le habían puesto.
Casi siempre se encuentra el error...
En este caso sí, pero no quiero pensar en cuánta gente está en la cárcel siendo inocente y no nos hemos enterado.
Y la pseudociencia también se hace un hueco aquí, como siempre.
Pues sí, y ya no solo videntes y charlatanes como los que dicen resolver casos con un péndulo. Los casos que se dice por ahí que se resolvieron con la ayuda de videntes no son verdad y están todos desmontados.
Escribiste sobre alimentos, productos naturales, pseudomedicinas... ¿Con este libro estás dando pistas a tus 'haters' para aniquilarte sin dejar pistas?
Bueno, no me gusta darles ninguna importancia. Seguiré haciendo lo que me dé la gana.
Dame la exclusiva, ¿de qué va el próximo libro?
La editorial no me deja decirlo, pero es muy fácil de imaginar.