La cultura responsable de la expansión de la agricultura en Europa central hace 8.000 años no mostraba signos de estratificación poblacional, es decir, se vivía en igualdad. Un equipo internacional de investigadores dirigido por Pere Gelabert y Ron Pinhasi, de la Universidad de Viena, y David Reich, de la Universidad de Harvard, ha elaborado con esa conclusión el conjunto más completo de datos genéticos del Neolítico temprano de Europa central hasta la fecha. Su estudio se publica en 'Nature Human Behaviour'.
La expansión de la agricultura en Europa central tuvo lugar en el sexto milenio a. C. En pocas generaciones, los agricultores de la región de los Balcanes se expandieron por el valle del Danubio hasta la actual Francia y hacia el este hasta la actual Hungría y Ucrania. Las huellas culturales de los agricultores son homogéneas en toda esta zona y abarcan miles de kilómetros, pero la falta de datos genéticos de varias familias dificulta comprender si estas comunidades vivían en igualdad social o evaluar qué individuos fueron los que migraron a través del continente.
Un equipo de investigación de más de 80 genetistas, antropólogos y arqueólogos que estudian las particularidades sociales de la cultura de la cerámica lineal (Linearbandkeramik, LBK) ha integrado nuevos datos genéticos de más de 250 individuos con amplios conjuntos de datos: estudios óseos, fechas de radiocarbono, contextos de enterramiento y datos dietéticos. El estudio de los vínculos genéticos entre esos individuos neolíticos ha demostrado que el pueblo LBK se expandió cientos de kilómetros en tan solo unas pocas generaciones. El primer autor Pere Gelabert, científico del Departamento de Antropología Evolutiva de la Universidad de Viena, afirma en un comunicado: "Hemos encontrado con éxito parientes lejanos en Eslovaquia y otros en Alemania Occidental, a más de 800 km de distancia". "En este estudio", explica el autor correspondiente Ron Pinhasi, "informamos por primera vez de que las familias de los yacimientos de Nitra (Eslovaquia) y Polgár-Ferenci-hát (Hungría) no difieren en cuanto a los alimentos que consumían, los ajuares funerarios con los que fueron enterrados o sus orígenes. Esto sugiere que las personas que vivían en estos yacimientos neolíticos no estaban estratificadas en función del sexo familiar o biológico, y no detectamos signos de desigualdad, entendida como acceso diferencial a los recursos o al espacio".
La cultura LBK llegó a su fin alrededor del año 5000 a. C., y se han propuesto varias hipótesis sobre su colapso. Algunas sugieren que fue un período de crisis social y económica, a menudo asociado con episodios de violencia generalizada. Uno de los eventos más famosos es la Masacre de Asparn-Schletz (Baja Austria), donde se recuperaron más de 100 individuos de un sistema de zanjas. Junto con Herxheim (Alemania), este yacimiento representa uno de los conjuntos más grandes conocidos de individuos asesinados violentamente durante el Neolítico temprano, con esqueletos que muestran signos de violencia y fracturas múltiples. Gelabert afirmó: "Nuestro meticuloso estudio genético de los individuos de Asparn-Schletz mostró que menos de 10 estaban relacionados genéticamente, lo que desafía la hipótesis de que la masacre representó a una sola población".
Estudios antropológicos previos realizados por un equipo de bioantropólogos dirigidos por Maria Teschler-Nicola del Museo de Historia Natural de Viena observaron una falta de mujeres jóvenes, y los nuevos datos confirman además una ausencia total de familiares. La presencia de muchos niños entre las víctimas abre la puerta a múltiples interpretaciones de este notable evento de violencia neolítica.