Cultura

'Un escándalo de Estado': un antithriller sobre el narcotráfico

Thierry de Peretti dirige la adaptación al cine de la investigación periodística de 'Libération'

En 2015, un redactor del periódico francés Libération y un infiltrado del gobierno francés descubrieron un escándalo que apuntaba directamente a la República, relacionada en un caso de narcotráfico. Los periodistas que siguieron el caso, Hubert Avoine y Emmanuel Fansten, lo publicaron en el libro L’infiltré: De la traque du Chapo Guzmán au scandale français des stups y ahora el director de cine Thierry de Peretti lleva esta fascinante investigación a la gran pantalla.

Un escándalo de Estado es el título con el que llega a España este viernes, después de haber competido en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián en su pasada edición, donde se hizo con el premio a la mejor fotografía para esta película, que navega entre el cine negro, la "buddy movie", las investigaciones periodísticas o el thriller. Según ha señalado a Vozpópuli el cineasta, esta cinta es "una mezcla de todos estos géneros", pero también un "diario íntimo entre dos personas que no se habrían conocido nunca porque son muy distintas".

"La droga y la lucha contra ella viene a ser un telón de fondo para hacer un thriller pero un poco enfermo y decadente", explica el cineasta, responsable también de películas como Les Apaches (2013) o Una vida violenta (2017), que por primera vez sale de su zona de confort -su Córcega natal- para buscar el atractivo narrativo a esta historia real, que se convierte en un antithriller más preocupado por la documentación que por la acción y que promete no decepcionar. No hay nada que pueda envidiar a otros títulos del género.

La película arranca en el momento en el que los agentes de aduanas franceses incautan siete toneladas de cannabis en el corazón de la capital. En ese mismo día, Hubert Antonie (Roschdy Zem), un antiguo topo, contacta con Stéphane Vilner (Pio Marmai), periodista, y le asegura que puede demostrar la existencia de un narcotráfico de estado liderado por Jacques Billard (Vincent Lindon), figura mediática y policía francés de alto rango.

Según explica De Peretti, lo que más le llamó la atención fue la relación que se estableció "entre dos personas tan diferentes como son el periodista y el infiltrado". "Por un lado, el primero tiene una personalidad muy contemporánea, alguien al que puedo conocer, que forma parte de mi entorno, muy parisino, que trabaja con diferentes esferas de la sociedad, y por otro el infiltrado, el traficante, que llega de un ambiente sociocultural completamente distinto que relaciono más con el pasado", cuenta.

Al mismo tiempo, el director también tuvo "la oportunidad de entrar en un gran medio como Libération". "Nos abrió las puertas para el rodaje, y tuve la posibilidad de pasearme por la Costa del Sol, por donde entra toda la droga a Europa, y también la posibilidad de llevar a cabo una puesta en escena con profundidad y complejidad", agrega.

El director de Un escándalo de Estado pasó "un año y medio" con estos periodistas y fue "a todos los lugares que los redactores narran en su investigación periodística". Por ello, en cierto modo considera esta película "como un diario íntimo" de ese tiempo que pasó con ellos. Además, cuenta que tuvo la oportunidad de participar en el día a día del periódico con "su ritmo cotidiano". "No es una película de periodistas, pero sí es periodística en cierto sentido", apunta.

El GAL y el narcotráfico

Uno de los aspectos que más interesarán al espectador español es la mención al GAL, algo que al cineasta le resulta "hasta cierto punto familiar". "Es uno de los aspectos que más me han interesado porque yo soy corso y todas las películas que he hecho hasta el momento vienen del ambiente de Córcega", señala el director sobre el nacionalismo de su región de origen.

"Lo que he podido ver es que esas personas que durante un tiempo sirvieron a los GAL se convirtieron en personalidades muy importantes como traficantes de drogas y como elementos con los que cuenta el Estado para negociar de manera paralela. Esta película me ha servido para hacerme preguntas morales, el hecho de combatir el mal con el mal, estas cuestiones que despiertan la existencia de estas policías paralelas", ha concluido.

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