El controvertido debate que ha supuesto hace escasas fechas la salida de prisión del futbolista galés Chad Evans –cumplió condena por un delito de violación- puede que se repita en nuestro país. Y es que el asturiano Álex Arias, hasta hace semanas jugador del Numancia y ahora defendiendo en calidad de cedido al Avilés, afronta un juicio que puede dar con sus huesos en la cárcel si se cumple la petición de pena del fiscal que solicita siete años de prisión y seis de retirada del carnet de conducir por un presunto delito de homicidio imprudente, conducción bajo los efectos del alcohol, conducción temeraria y conducción a velocidad superior a la media.
Todo sucedió hace más de tres años, la madrugada del 15 de agosto de 2011, cuando el asturiano –defendiendo entonces la camiseta del Marino tras haber sido canterano del Oviedo y Espanyol entre otros clubes-, conducía un coche de gran cilindrada en las fiestas de Casillas de Flores, localidad charra. A las 4:30 de la madrugada, según el fiscal, con sus condiciones físicas y psíquicas alteradas por el alcohol y haciendo caso omiso de la limitación de velocidad a 50 kilómetros por hora, circuló a 120 kilómetros por hora. Fruto de este acto dos ciudadanos franceses, el matrimonio formado por Christophe González y Carole Virgine Sindy, fueron embestidos falleciendo en el acto. La Fiscalía señala además que el jugador dio 0,63 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la prueba de alcoholemia.
Árias, por su parte, reconoció haber consumido un par de copas pero aseguró que ese hecho disminuyese su capacidad de conducción. Tras el accidente el jugador ha estado bajo tratamiento psiquiátrico. Además el fiscal solicita una indemnización de poco más de 400.000 euros para la familia de las víctimas.
El jugador aseguró que pocos días después del suceso regresó a Ciudad Rodrigo para poner a disposición de la familia 15.000 euros que tenía ahorrados y un piso del que es propietario y cuya hipoteca se encuentra pagando.
