Villar apoya a las federaciones territoriales que van a la huelga y con eso cierra un círculo, ya que antes de la huelga y el apoyo de Villar llegó la invitación del presidente a hacer el paro. Es decir, Villar y sus apoyos en las territoriales se retroalimentan para hacer ruido y que no mueran sus reivindicaciones en la guerra abierta contra el Consejo Superior de Deportes.
El último comunicado de la RFEF muestra el "apoyo incondicional a todas las federaciones territoriales que, de manera abierta y transparente, tomaron la decisión de suspender todas las competiciones en sus demarcaciones". No es baladí el término "transparente" ya que en toda esta guerra subyace la intención del CSD por implementar la ley de transparencia en el RFEF, un punto al que Villar y los suyos llevan tiempo resistiéndose.
También desglosa los motivos por los que las federaciones territoriales están en huelga. El principal, teóricamente, es la obligación de cotizar a la Seguridad Social por parte de entrenadores y monitores que cobren un sueldo, por bajo que sea. Pero ese es solo uno de los argumentos que marca la RFEF como pretexto para detener el fútbol modesto. Por ejemplo, la RFEF también señala la "gravísima injerencia" del CSD, una realidad que, según Miguel Cardenal, nunca ha sido convenientemente explicada.
Más, también se quejan por el reparto de las Quinielas y por problemas con el reintegro de las subvenciones del fútbol aficionado, que el CSD exige por la ausencia de justificación de las mismas. Por si no hubiese pocos líos con esos la RFEF mete también en la lista un problema que corresponde mucho más al fútbol profesional que al aficionado, que es el que está en huelga: el reparto de derechos audiovisuales.
La mayor parte de estos puntos, especificados todos en el comunicado de la RFEF, no forman parte de la argumentación de las territoriales en sus propias misivas.
Curiosa es también la lista de territoriales que han ido a la huelga. A tenor de la lista parecerían que han sido quince las instituciones que han decidido el paro del fútbol, pero cuando se mira con atención se ve que hay algo de trampa. Entre las convocantes, por ejemplo, está la federación Vasca de fútbol, pero también la Gipuzcoana, la Alavesa y la Vizcaína, que en buena lógica deberían de haber sido obviadas, al estar incluidas en la primera. Lo mismo ocurre con la federación Canaria, que aparece por sí misma y también las dos provincias que las componen. Es decir, las quince federaciones anunciadas son en realidad diez entre las que se incluyen las dos federaciones más pequeñas, Ceuta y Melilla.
Según reza el comunicado la huelga fue secundada por 332.404 deportistas federados y 19.410 equipos, lo que llevó a la suspensión de cerca de 10.000 partidos de fútbol base en todas sus categorías, pre-benjamín, benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil y aficionado, tanto en fútbol femenino, fútbol sala y fútbol. Hay que considerar que todos esos deportistas no secundaron necesariamente la huelga, pues en realidad al no celebrarse partidos tampoco tenía sentido acudir a jugarlos.
El paro del fútbol tiene algunas triquiñuelas más, como por ejemplo que cuatro de las territoriales que teóricamente se han detenido, Cataluña, Extremadura, Cantabria y Castilla-León, tenían programados pocos partidos (solo Tercera y División de honor Juvenil) para este fin de semana por las fiestas de Carnaval. La federación asturiana, que detuvo el fútbol la semana anterior, sabía cuando lo hizo que la mayor parte de los partidos que tenían previstos disputar no se iban a poder jugar, pues la nieve se acumulaba en los campos. Lo que sí es cierto es que la mayor parte de territoriales ha seguido a Villar, pues en las próximas semanas se espera que haya más federaciones que entren en huelga.
La RFEF termina su comunicado remarcando "la imperiosa necesidad de ser escuchados", y no descartan más huelgas y en más sitios. De lo que no hablan, aunque en su momento se especuló con el tema, es de la opción de parar también el fútbol profesional no enviando árbitros a los partidos. Aquello fue una amenaza velada y filtrada -Villar nunca habla en público- quizá demasiado fuerte como para mantenerla.