El Ayuntamiento de Barcelona ha dejado claro que no descarta la posibilidad de acoger nuevamente los Juegos Olímpicos en un futuro, manteniendo así viva la aspiración olímpica que impulsó a la ciudad desde los Juegos de 1992. El concejal de Deportes, David Escudé, aseguró durante la conferencia ‘Rethink BCN’ organizada por Foment del Treball, que la capital catalana está abierta a postularse para los Juegos Olímpicos a partir de 2036, dejando entrever que este sueño podría materializarse en algún momento hasta el 2044.
"La llama olímpica siempre está encendida", afirmaba Escudé, que se refirió al sentimiento de orgullo y legado intangible que dejaron los Juegos de 1992. Aunque aún no se ha discutido formalmente, el concejal destacó que el gobierno municipal siempre está dispuesto a estudiar esta posibilidad: “Nos encantaría que en 2036 Barcelona pudiera optar de nuevo a ser candidata olímpica. Lo trabajaremos”.
Las aspiraciones olímpicas de Barcelona
El evento ‘Rethink BCN’ reunió a David Escudé con Gerard Esteva, presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), quien se mostró igualmente entusiasta respecto a la idea de una nueva candidatura olímpica. Para Esteva, sería una oportunidad no solo para revitalizar el deporte en la ciudad, sino también para continuar construyendo el legado urbanístico y social que han dejado los grandes eventos deportivos en las calles de la ciudad española.
Más allá de los Juegos Olímpicos, el Ayuntamiento de Barcelona también está centrado en otros grandes objetivos deportivos, como la ambición de acoger la final del Mundial de Fútbol de 2030, que se celebrará conjuntamente entre España, Portugal y Marruecos. Según Escudé, la ciudad tiene claras sus metas y trabajará con ambición para lograrlas: “Quiero a mi ciudad lo suficiente como para ser lo más ambicioso posible y luchar al máximo de los máximos por esa final".
Fortalecer la infraestructura deportiva
El futuro deportivo de Barcelona no se limita solo a la organización de eventos internacionales, sino también a la mejora y modernización de las infraestructuras existentes. Escudé destacó la necesidad de actualizar algunas de las instalaciones que se construyeron para los Juegos Olímpicos de 1992, muchas de las cuales requieren cierta renovación urgente. Además, Escudé reveló que el Ayuntamiento tiene planeado construir nuevos equipamientos en la ciudad, como un polideportivo subterráneo en la zona de Glories, cuyas obras están previstas para comenzar en el actual mandato, en estos años.
En cuanto a los grandes eventos internacionales, Escudé también mencionó que Barcelona no ha renunciado a la posibilidad de albergar la 'final four' de la Euroliga de baloncesto en el futuro, aunque ha descartado que esto ocurra en 2025 debido a la falta de tiempo. Sin embargo, no se cierra la puerta para futuras ediciones.
Por su parte, Esteva subrayó la necesidad de continuar invirtiendo en equipamientos deportivos, destacando las limitaciones geográficas de Barcelona y la falta de espacio para crecer. Propuso soluciones creativas, como la posibilidad de cubrir las rondas de la ciudad para ganar más espacio destinado al deporte, una iniciativa que podría contribuir a aliviar la saturación de estas instalaciones deportivas.
La proyección internacional de Barcelona
David Escudé también defendió el impacto positivo que ha tenido la celebración de la Copa América de Vela en Barcelona, tanto a nivel deportivo como urbanístico. Para el concejal, este evento ha servido para recuperar el orgullo de la ciudad y ha sido un ejemplo exitoso de colaboración público-privada. Esteva, por su parte, cuantificó el impacto económico directo de las entidades deportivas en la ciudad en 2.500 millones de euros, apuntando el legado económico y social.
Además, la salida del Tour de Francia en 2026 también se suma a la lista de grandes eventos que consolidan la posición de Barcelona como una de las capitales deportivas más importantes del mundo. Escudé aseguró que la ciudad seguirá trabajando para albergar acontecimientos de esta magnitud cada año en el ámbito cultural.
Barcelona ha demostrado en los últimos años su capacidad para organizar eventos de talla mundial, y la posibilidad de albergar unos nuevos Juegos Olímpicos, junto con la final del Mundial de Fútbol de 2030, son solo algunos de los proyectos que podrían consolidar aún más su estatus como capital del deporte. Con una combinación de infraestructura moderna y una visión a largo plazo, la ciudad está preparada para afrontar cualquier desafío deportivo que se presente.