El pasado 9 de febrero Vozpópuli adelantó que "Luis Enrique se lo piensa. El asturiano, que ha logrado éxitos incuestionables, aún no ha resuelto su futuro y la directiva hace meses que trabaja en los diferentes escenarios. Uno es que el técnico se marche de periodo sabático y haya que sustituirle, para lo que ha realizado varios movimientos".
Cuando anoche Rakitic confesaba la sorpresa de los jugadores por la decisión, no mentía. En el vestuario no tenían idea alguna porque Unzúe no lo había comentado. Pero tanto la dirección deportiva azulgrana como la directiva estaban al tanto desde hacía semanas de que el asturiano se estaba tomando un tiempo para decidir su futuro. Por eso la decisión no les ha cogido por sorpresa.
En estos momentos son dos los nombres que toman ventaja en la lista de canidatos al banquillo del Camp Nou: Ernesto Valverde y Jorge Sampaoli. El primero encabeza la lista de Josep María Bartomeu. El Txingurri ya ha sido llamado a filas por el presidente azulgrana en dos ocasiones, pero en ninguna de ellas ha querido dar el paso. Ahora parece que el momento es bueno para ambas partes. Además la decisión de Luis Enrique de comunicar ahora su marcha deja margen de maniobra a todas. La eventual salida de Valverde del Athletic abriría las puertas de San Mamés a otro entrenador que gusta en Bilbao, Gustavo Toto Berizzo. Un hombre que llega avalado por sus resultados en Vigo con el Celta, su buen juego y por ser discípulo de Marcelo Bielsa. Un técnico de la llamada Tercera Vía, la que se abrió camino entre menottistas y bilardistas.
La otra opción, la de Jorge Sampaoli, tiene un apoyo casi decisivo, el de Lionel Messi. El jugador tiene buena relación con su compatriota y vería con buenos ojos la llegada al banquillo azulgrana. Sin embargo, hay varios obstáculos que solventar. El primero, convencer a Bartomeu que acceda, pues su idea es contar con "alguien de la casa" y Valverde lo es. En el entorno de Messi no son especialmente optimistas a este respecto.
Monchi y una cláusula de 2 millones
Sampaoli no quiere distraerse ahora y está centrado en las opciones en Liga y Champions de su actual equipo. Una vez acabe la temporada, quien quiera ficharle tendrá que pagar una cláusula de rescisión que roza los dos millones de euros. El técnico está feliz en Sevilla, pero vincula una posible permanencia en Nervión a algunas variables. Entre ellas la del futuro de Monchi, una de las grandes incógnitas del sevilismo.
Además de Valverde y Sampaoli se manejan otros nombres como el de Óscar García Junyent, a quien le lastra su falta de experiencia en equipos de primer nivel. Ronald Koeman y Eusebio se han descartado al manifestar su intención de seguir en el Everton y la Real Sociedad respectivamente. Los movimientos de la dirección deportiva se acelerarán en las próximas semanas y Valverde parece el mejor colocado, pero todo puede dar un vuelco. El sevillismo aguanta la respiración y el barcelonismo comenzará a pronunciarse a partir de hoy mismo sobre sus preferencias para suplir al exitoso Luis Enrique.