Cerveza tibia, barro y balones almendrados. Llega febrero. Emerge el VI Naciones. Un favorito incontestable, Inglaterra, inmaculada en 2016 con Eddie Jones como seleccionador. 13 de 13. Ataca como nunca, defiende como siempre. Un tsunami liderado por Itoje. Y en ataque un canal fértil, el del 10-12, donde se divierten Ford y Farrell. Lo peor un calendario con una última parada en Dublín.
Irlanda es la alternativa. Un equipo con rasgos clásicos del rugby irlandés maridados con ramalazos neozelandeses, como su seleccionador. Mucho juego al pie, unos tres cuartos que trabajan dentro de la línea defensiva rival y una tercera que impone un ritmo infernal. No estarán O’Mahony ni Murphy, pero la tercera que estrena el torneo da pánico: CJ Stander, O’Brien y Heaslip. Jackson comienza comienza por el renqueante Sexton.
Los outsiders son franceses y galeses. En el XV del gallo una ausencia sobresaliente: Fofana. Sin el de Clermont la magia la pondrá un descarado medio melé llamado Baptiste Serin. Parece que Francia ha roto a jugar, a juzgar por lo visto en noviembre. Este VI Naciones debe rubricar esa tendencia. Porque el fluir es una actitud y Guy Noves lleva años demostrando que la tiene en Toulouse.
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Gales es un puzzle al que le sobran piezas. Y le toca a Howley armarlo. El seleccionador interino es más atrevido y flexible que Gatland, para bien y para mal. Scott Williams sienta a Jamie Roberts y en la tercera Warburton, sin brazalete, formará con Tipuric y Moriarty (aunque será Faletau el habitual). Tienen sal y pimienta, el problema será ver qué guisan.
Por último Italia, que promete tardes divertidas. Tiene un 10 lo cual es mucho decir en una selección que lleva años jugando a la deriva. Y presume de dos jugadores de primer nivel delante (Parisse) y detrás (Campagnaro). O’Shea quiere hacer ruido en su aterrizaje. Más ruido, porque ya ganó a Sudáfrica en noviembre.
Al ser un año con gira de los Lions por Nueva Zelanda, por lo que habrá un alto nivel competitivo ya que hay muchos que se juegan el billete a la isla de la nube blanca. Por si las moscas les recomiendo una colección de rostros por descubrir que darán alguna alegría a su parroquia. Gente como los ingleses Nathan Hughes y Jonny May, el francés Baptiste Serin, los irlandeses Tadhg Furlong y Garry Ringrose, el galés Scott Williams, los escoceses Zander Fargeson y Cornell Du Preez y el italiano Giorgio Bronzini.
Sostienen los irlandeses que ganar a Francia es un placer. Y ganar a Inglaterra, un deber. Y no son los únicos que lo piensan. ¡Salud y rugby!